Portada » Psicología y Sociología » El Sujeto en la Psicología Social: Vínculos, Interacción y Representaciones Sociales
La Psicología Social plantea una concepción del sujeto como un ser bio-psico-social, es decir, un sujeto social e históricamente determinado que se configura en un interjuego entretejido de vínculos y relaciones sociales. El individuo, los grupos, las organizaciones y las instituciones son diferentes formas en que emerge lo social.
El sujeto así concebido se constituye como ser humano en una trama vincular (familia) que conformará la estructura básica de su grupo interno. De ahí en más, toda su vida se caracterizará por un interjuego constante entre su mundo interno y el mundo externo. Su posibilidad de aprendizaje y desarrollo saludable dependerá de la fluidez y dinámica de este interjuego. Consideramos al sujeto sano en la medida en que mantenga una relación mutuamente transformante con la realidad.
Desde esta concepción, la «acción» es entendida como el centro del desarrollo y la configuración subjetiva.
El sujeto aparece entonces bajo un doble carácter: como agente, actor del proceso interaccional, y a la vez, configurándose en ese proceso, es decir, emergiendo y siendo determinado por las relaciones que constituyen sus condiciones concretas de existencia. Nuestra reflexión —la que planteamos como Escuela— parte de una definición del sujeto como «sujeto de la necesidad». Sin embargo, el eje real de nuestro análisis se sitúa en la contradicción interna inherente a ese sujeto como ser vivo: el interjuego entre la necesidad emergente del intercambio material del organismo con el medio y la satisfacción de dicha necesidad.
Esa contradicción interna vuelca al sujeto sobre el mundo externo en busca de la fuente de la gratificación en la relación con otro sujeto. La necesidad, experimentada como tensión interna, reenvía o reabre ese interjuego, en tanto promueve en el sujeto la realización de un conjunto de operaciones materiales y simbólicas, a las que se denomina conducta. Esta determina en él una acción concreta, transformadora, destinada a la satisfacción de la necesidad. La acción transforma y modifica el contexto, pero también al protagonista de la acción, adquiriendo entonces la condición de aprendizaje.
Cuando se plantea que la interacción no solo es un proceso motivado y, en consecuencia, direccional y con sentido, sino que es también un proceso eficaz, hacemos referencia a este fenómeno de internalización. Este efecto de la interacción configura el mundo interno de cada sujeto como una reconstrucción fantaseada de la red vincular en la que cada sujeto emerge y en la que resuelve la contradicción interna entre la necesidad y la satisfacción.
Es a partir de esa eficacia de la interacción, de esa capacidad de transformar estructuralmente al sujeto (ya que, como dijimos, por la internalización de la trama vincular se configura y se modifica su mundo interno), que caracterizamos al proceso interaccional como una dialéctica entre sujetos. En esa internalización recíproca, o inscripción intrasujeto de la trama interaccional, se constituye el vínculo como tal, de la misma manera que se constituye, a partir del mismo principio organizador, esa trama o red vincular más compleja que es el grupo.
Para Moscovici, la representación social se basa en la interacción. Es la elaboración de un objeto social (socialmente relevante que dispare un proceso de comunicación) por parte de la comunidad. Para que surja, debe haber algo que genere una discusión y comunicación público-colectiva, demostrando la relevancia social del objeto.
No existe una única representación de algo. Las representaciones sociales se construyen cuando hay cambios en las condiciones de vida y no surgen acerca de cualquier objeto social. Para que una representación exista, deben coexistir representaciones diferentes y en cierto conflicto entre sí dentro de la sociedad. Las representaciones son construidas por la realidad.
El proceso por el cual un objeto (por ejemplo, el psicoanálisis) se transforma en representación es consecuencia de dos movimientos:
Es la materialización de lo abstracto, la visualización de lo invisible. Consiste en la transformación que sufren los objetos de conocimiento hasta que entran a formar parte de los objetos sociales. Estas transformaciones tienen que ver con la significación de los objetos e incluyen:
Es el proceso por el cual algo que era extraño se va haciendo más familiar, integrándose en el pensamiento y el lenguaje cotidiano.
