Portada » Educación Artística » Evolución del Interiorismo Francés: Del Absolutismo de Luis XIV al Estilo Luis XV y XVI
El concepto de apartamento surge con fuerza dentro del estilo Luis XV, aunque sus orígenes son anteriores. Estos espacios reflejan un cambio de mentalidad, donde la etiqueta y el protocolo de la corte se trasladan al espacio privado, redefiniendo la manera de entender los lugares de sociabilidad en Versalles.
Este cambio es inseparable de la llegada de Luis XIV y su nueva concepción del estilo de vida. El Rey Sol concentró todo su poder en el absolutismo; todo giraba en torno al monarca. Luis XIV trasladó este concepto político a la arquitectura, creando el Palacio de Versalles y un estilo decorativo acorde con su visión de la política, la sociedad y la economía. Para ello, contrató a una vasta red de interioristas, ebanistas, escenógrafos y arquitectos capaces de representar ese concepto de rey sol y el heliocentrismo de la monarquía.
Con la llegada de un nuevo monarca, Luis XV, los espacios se transforman debido a un cambio en la personalidad del rey. Luis XV era un monarca más tímido e introvertido, que restaba valor a la pompa de la corte y reformó la etiqueta y el protocolo, buscando una corte más íntima. Por ello, las personalidades individuales se vuelven cruciales en el interiorismo.
La vida de Luis XV estuvo marcada por la llegada de Madame de Pompadour, conocida como su favorita, quien revolucionó el concepto de interiorismo. Ella rápidamente comprendió la personalidad de Luis XV (un rey casado y con una hija) y se instaló en Versalles. Pompadour se convirtió en la gran mecenas de las artes de Luis XV, potenciando todas las artes decorativas:
Los apartamentos se ubicaban en secciones específicas del Palacio de Versalles, reutilizando y redecorando estancias ya existentes. Estaban situados lejos del circuito principal de la corte para asegurar mayor intimidad, generalmente en la parte alta para obtener más luz y evitar el tránsito protocolario.
Un apartamento solía tener:
El rey organizaba allí actos sociales, mayoritariamente cenas para un máximo de 15 personas. La Familia Real y Madame de Pompadour elegían cautelosamente a los invitados nocturnos. Existía una gran disputa por asistir a estas cenas, ya que en los apartamentos no existía etiqueta ni protocolo. Los reyes se servían ellos mismos y, al terminar, recogían el servicio de mesa. El Duque de Croi, en sus memorias, describió constantemente la cualidad de estos espacios como pequeños.
Esta nueva escala requería una tipología de mueble diferente a la utilizada en el estilo Luis XIV. Por ello, Madame de Pompadour impulsó la redecoración integral, afectando tanto al mobiliario como a los elementos inmuebles.
El concepto de apartamento evolucionó. Mientras Luis XV los mantenía dentro del palacio principal, Luis XVI los trasladó fuera de Versalles, construyendo edificios maravillosos en los jardines: el Petit Trianon.
Estas nuevas estancias continuaron rompiendo el protocolo, pero añadieron un elemento fundamental: el concepto del jardín. Los parterres y la rosaleda se integraron en el entorno del edificio, creando una corte paralela a la que residía en Versalles.
Esta necesidad de cambio surgió porque Versalles era percibido como:
El final de esta era fue el declive de Versalles como residencia favorita tras la Revolución Francesa, evento que marcó el paso del Antiguo Régimen a la Edad Contemporánea, afectando a Francia y España.
Los interiores se caracterizaron por:
La paleta de colores cambió drásticamente, abandonando los tonos oscuros por los claros. Destacaron el verde y el rosa, colores que se denominaron rosa Pompadour y verde Pompadour por la moda impuesta por Madame de Pompadour.
Surgió un invento nuevo: el ascensor. Madame de Pompadour, que padecía problemas respiratorios, solicitó su creación para subir los cinco pisos hasta su apartamento. Estos ascensores contaban con un banco y funcionaban mediante poleas. (Madame de Pompadour falleció a los 37 años de neumonía, lo que indica la atención que Luis XV prestaba a estos procesos).
Madame de Pompadour, gran amante del teatro, potenció su desarrollo y fue mecenas de las artes decorativas. Entre los elementos utilizados en los apartamentos se encontraban la porcelana en azul de Pompadour (jarrones, chocolateras).
Con Luis XVI, la decoración se recarga, utilizando boiseries más completas hechas de madera y yeso con un espejo (tremaux). Aunque la paleta de colores seguía siendo clara, predominaba el dorado.
La tipología del mueble era pequeña, de maderas claras y fácilmente transportable, apta para ser tapizada con sedas bordadas de colores vibrantes.
Madame de Pompadour revolucionó la estética; en sus retratos, siempre aparecía junto a alguien de un oficio para proyectar la imagen de benefactora de las artes. En esta época también se popularizó el gusto por lo oriental, conocido como chinoiserie, que se reprodujo en palacios y casas.
Surgieron nuevos espacios potenciados por las mujeres, siendo el tocador (o la toilette) totalmente novedoso. Las mujeres ganaron protagonismo en estos ámbitos.
En el tocador se ubicaban:
Estos elementos marcan una serie de adelantos estéticos significativos.
