Portada » Psicología y Sociología » Desarrollo Socioafectivo en Educación Infantil: Estrategias, Adaptación y Manejo de Conflictos
La afectividad está presente en todas las actividades que se realizan en la escuela infantil. Por tanto, se incidirá en todo momento en el desarrollo socioafectivo de los/las niños/as.
Es importante respetar la manifestación de las emociones negativas y acompañar al niño/a que las muestre.
Rutinas, entradas y salidas, juego sensoriomotor, juego simbólico, canciones, marionetas y la asamblea. La asamblea es el momento más privilegiado porque es en este momento donde se hacen preguntas para saber cómo están los/las niños/as.
Todas las actividades destinadas a la satisfacción de necesidades básicas y a la adquisición y consolidación de hábitos de autonomía llevarán implícito un componente afectivo. Además, es importante recalcar la importancia del tacto a la hora de satisfacer esas necesidades (por ejemplo, cuando cambiamos un pañal).
En el juego sensoriomotor, el factor afectivo de quien cuida al bebé le dará confianza y contribuirá a su desarrollo. Spitz enfatiza que el tacto es muy importante. También es muy importante el factor afectivo en el juego simbólico, ya que sirve para el ensayo de emociones.
Además de aparecer en todas las actividades, podemos programar algunas en las que se trabaje de manera prioritaria:
Se establecen contactos previos con las familias (reuniones, entrevistas).
En estas se debe informar sobre pautas para realizar el período de adaptación. Es muy importante la intervención en esta fase porque en la mayoría de casos la incorporación a la escuela infantil se realiza en el período en que el vínculo de apego se está definiendo.
Se recomendará a los familiares que lleven un objeto de apego durante el período de adaptación.
Informar sobre la evolución y adaptación de los/las niños/as.
Las regresiones corresponden a etapas evolutivas anteriores ya superadas. Se asocian a los celos. Estos se producen por alguna circunstancia que comporte una vivencia de pérdida de la afectividad y la atención recibida.
La causa más frecuente es el nacimiento de un hermano/a. La conducta de celos se manifestará de forma diferente según el lugar que ocupe el hijo/a entre los hermanos/as: desobediencia, retraimiento, rabietas, fastidio hacia el bebé. Pero en algunos casos, los/las niños/as son muy colaboradores en el cuidado de su hermanito y no parecen celosos, aunque tienen celos encubiertos. Se portan así para contentar a sus padres, ya que están en el período de gracia. Es fundamental dejar claro que hay que permitir que expresen sus celos.
De los 3 a los 6 años hay una preocupación habitual por la persona fallecida (idea de irreversibilidad).
Comportamientos mediante los que manifiestan su frustración por la incapacidad de hacer o conseguir lo que quieren.
Entre el año y medio y los 4 años.
Conflicto entre los deseos de autonomía del niño/a y las limitaciones que se le imponen. También puede ser por hambre o sueño. Hay que tener en cuenta que aparecen a una edad en la que el lenguaje no está todavía suficientemente elaborado como para poder expresar las necesidades y sentimientos.
