Portada » Educación Artística » Maestros y Rupturas: Pintura Romántica, Postimpresionismo y la Obra Escultórica de Rodin
Con la caída de Napoleón y la consolidación de los regímenes políticos de la Restauración, que intentan borrar cualquier vestigio de la Revolución francesa, el Romanticismo encarna en la política, la literatura, la filosofía y todas las artes los principios revolucionarios. El Romanticismo es un grito de libertad y se difunde como una revolución.
En cuanto a la pintura, sus pioneros se han formado en los talleres de David. La pintura romántica rechaza lo neoclásico y enlaza con los valores de la pintura clásica.
El Postimpresionismo supone una recuperación de la importancia del dibujo y la preocupación por captar no solo la luz, sino también la expresividad de las cosas y las personas iluminadas. Con este nombre hacemos alusión a una serie de artistas que son los padres de la ruptura hacia las vanguardias en la primera mitad del siglo XX y también a una serie de artistas que reaccionan contra el Impresionismo en el que se han formado.
Van Gogh, holandés, llega a París en 1886, aprende la técnica impresionista, y en febrero de 1888 se establece en Arlés. Pinta paisajes y figuras serpenteantes, flamígeras. Los cipreses llameantes, los suelos que parecen estremecidos por terremotos, los edificios de líneas retorcidas, son sus temas preferidos. En Auvers-sur-Oise pinta sus últimas obras maestras. El 27 de julio de 1890 se suicida.
La noche estrellada nos sitúa en el momento cumbre de su producción. Es un cuadro nocturno, pintado en su estancia en el hospital psiquiátrico de Saint Rémy. En un tiempo en que la iluminación artificial era muy pobre, se trata de un nocturno auténticamente puro. El vértigo de las estrellas parece devorar la oscuridad, dando a la obra un resplandor fosforescente. El cuadro incorpora, además, uno de los asuntos favoritos del artista: los cipreses. En La noche estrellada aparecen dos cipreses llameantes, uno grande y otro pequeño. Su dinamismo vertical es el contrapunto a la vorágine horizontal de las estrellas. Por otro lado, la subrayada verticalidad de los árboles contiene la fuerza del cosmos horizontal.
Cézanne no vio reconocido en vida su genio. A partir de 1885 y hasta su muerte vive retirado en la Provenza, solitario y desconocido, meditando sobre las relaciones entre la forma y el color. Busca en la naturaleza las formas esenciales, las figuras geométricas (prisma, cilindro, esfera, pirámide). Los árboles son cilindros, por ejemplo. Esta geometrización llega a su grado máximo en La montaña de Santa Victoria o en Los jugadores de cartas.
Otra figura postimpresionista es Gauguin, interesado en la exaltación del color, y autor de obras como Le marché.
El Impresionismo ejerció en las décadas finales del siglo XIX una profunda influencia en todas las artes. La personalidad de Auguste Rodin es una de las más grandes de la escultura.
Sus estudios de modelado con Carpeaux le enseñan a plasmar el movimiento; pero son dos viajes los que conforman su estilo:
Su arte rompe todos los cánones académicos. El beso (1886) señala el inicio de su época más fecunda, que incluye obras como El pensador, Los burgueses de Calais y Balzac.
En su técnica se funden la técnica impresionista, que con la rugosidad de las superficies y la multiplicación de planos obtiene efectos de luz, la vida profunda y la fuerza colosalista de sus figuras. Su estilo deriva hacia formas simbólicas, como La catedral. El deterioro de la anatomía de Los burgueses de Calais anuncia el Expresionismo. Su lenguaje escultórico, ya insinuado en las obras de Miguel Ángel, es el punto de partida de la escultura del siglo XX.