Portada » Música » El Fascinante Mundo de la Música Romántica: Época, Estilos y Compositores Clave
El Romanticismo musical se sitúa cronológicamente entre los años 1800 y 1890, aunque en algunos países su influencia se extenderá hasta principios del siglo XX. La transición desde el Clasicismo es un proceso lento y poco definido, lo que nos permite hablar de una continuidad estilística.
La música alcanza su época más brillante, convirtiéndose en un lenguaje privilegiado por encima de otras artes. Transmite la esencia de las artes y se fundamenta en la exaltación de las pasiones. Los compositores buscan influir en el ánimo del oyente.
El piano se convierte en el instrumento estrella, capaz de crear atmósferas íntimas. Compositores como Beethoven son figuras cumbre de esta época.
Los compositores románticos, con Beethoven como modelo, conciben la música como un medio de liberación del alma en un mundo materialista. Son genios creadores cuyo talento a menudo no es comprendido por la sociedad, lo que puede llevar al aislamiento y al sufrimiento. Escriben obras sin encargo, buscando la eternidad y la futura apreciación de su talento. Pertenecen a la clase media ilustrada.
El Lied (término alemán para ‘canción’) es una forma breve escrita para voz (generalmente barítono) y piano, sobre un texto poético preexistente. Su característica principal es la fusión entre texto y música, creando una atmósfera íntima a través de melodías bellas y expresivas. El piano se pone al servicio de la melodía del cantante.
El piano fue el instrumento predilecto de los compositores románticos por varias razones:
Alcanzó su máximo desarrollo y se hizo accesible a la burguesía. Se interpretaba en familia o entre amigos, en formatos como dúos, tríos y nonetos. El cuarteto de cuerda (dos violines, viola y violonchelo) fue especialmente popular, con obras a menudo sencillas para ser interpretadas por aficionados en reuniones íntimas.
Esta forma continuó cultivándose, volviéndose cada vez más larga y compleja. Se buscaba el máximo rendimiento de los recursos de las grandes orquestas sinfónicas de la época. Ejemplo destacado: la Novena Sinfonía (Sinfonía Coral) de Ludwig van Beethoven (1824).
Los conciertos para piano destacan por los extraordinarios momentos de lucimiento solista, el virtuosismo, el carácter íntimo y expresivo del piano, y sus grandes posibilidades técnicas polifónicas.
Las exigencias del virtuosismo para violín se multiplicaron, combinando una técnica instrumental virtuosa con un gran lirismo. Figura clave: N. Paganini.
Una sinfonía que, en lugar de basarse en una estructura formal abstracta, se desarrolla en torno a la descripción de un programa o argumento, generalmente de carácter literario. Ejemplo: Sinfonía fantástica de H. Berlioz.
Composición en un solo movimiento, basada en elementos poéticos o descriptivos. Ejemplo: Preludio de F. Liszt.