Portada » Lengua y literatura » La Novela Contemporánea: Tendencias y Autores Esenciales en España e Hispanoamérica
A partir de los años 70, la novela española experimenta un retorno al relato tradicional, priorizando la historia en sí misma. Predomina un sentimiento de desencanto, una visión irónica y distante de los problemas colectivos, en beneficio de temas más íntimos como la soledad, las relaciones personales, el amor, el erotismo y la infancia. Aunque no se refleja directamente la actividad política, los medios de comunicación ejercen una notable influencia.
En 1975, surge un realismo renovado que reivindica el placer de narrar. El interés principal radica en contar una historia, siendo la trama y el argumento el eje central de la obra.
Durante los años 80 y 90, destaca la metanovela, donde el narrador reflexiona sobre aspectos teóricos de la ficción, trasladándolos a menudo como tema del propio relato. Un ejemplo es La orilla oscura de José María Merino.
Muy valorada por los lectores, la novela histórica se integra dentro de una tendencia general europea. Se caracteriza por su gran precisión histórica, documentando meticulosamente el periodo, los acontecimientos y los personajes. Ejemplos notables incluyen El capitán Alatriste de Arturo Pérez-Reverte y Los girasoles ciegos, que reconstruye la historia de España desde la Guerra Civil.
Se observa una invasión de traducciones de novela negra europea y norteamericana. Los autores españoles adoptan estos modelos y los adaptan a su contexto, como Andreu Martín y Juan Madrid.
Esta corriente presenta una visión desencantada de la vida, con protagonistas jóvenes y una marcada presencia de violencia. Incluye continuas referencias musicales y cinematográficas (especialmente inglesas), así como la jerga del mundo de la noche y las drogas.
Caracterizada por la búsqueda de la perfección formal. Un ejemplo es El lápiz del carpintero de Manuel Rivas.
Se centra en el análisis y la explicación de los diferentes aspectos de la cultura occidental desde posturas eruditas.
Cercana al ensayo, difumina la frontera entre ambos géneros. Adopta un tono cercano a lo autobiográfico y da cauce a digresiones sobre las preocupaciones del autor.
A mediados del siglo XX, se produce un abandono de la novela regionalista. Los autores hispanoamericanos incorporan influencias vanguardistas, nuevas técnicas narrativas y nuevas ideologías como el surrealismo, el existencialismo y el psicoanálisis. Esto da origen a una nueva poesía y al Realismo Mágico.
El Realismo Mágico combina elementos fantásticos con la realidad, presentando dos variantes principales: lo real como maravilloso y los hechos fabulosos como reales. Sus rasgos comunes incluyen:
El Boom de los 60 representa una profusión de la novela hispanoamericana, profundizando en las tendencias anteriores. Sus características principales son:
Los Narradores de los 70 plasman la vida de los personajes, retornando a una narración más realista. Abordan temas amorosos, irónicos, feministas y paródicos. Ejemplos incluyen a Laura Esquivel (Como agua para chocolate) y Roberto Bolaño (Los detectives salvajes).
Tendencias de esta época:
El cuento experimenta una evolución temática similar a la novela (brevedad, poco desarrollo de situaciones). En 1940, una renovación lo convierte en un género más original.
El microrrelato es una tendencia hacia la brevedad en los relatos que precisa de un lector activo y participativo. Se diferencia de otros microtextos porque cumple con los principios de narratividad (narrador, personajes, argumento, tiempo, espacio). Augusto Monterroso llevó la brevedad al extremo con obras como El dinosaurio.