Portada » Español » Géneros de Opinión en Periodismo: Prensa Escrita y Medios Audiovisuales
La teoría de los géneros establece las noticias y los comentarios como la primera gran diferenciación a la hora de establecer un sistema de géneros independientes. Los comentarios serán siempre elementos surgidos a partir de la noticia, por lo que se entiende que, desde el punto de vista periodístico, existe la necesidad de que los lectores estén informados antes de entrar de lleno en el periodismo de opinión. La inmersión de los géneros periodísticos de opinión en los informativos e interpretativos, así como su influencia en modelos dialógicos, hace que el estudio se complique considerablemente.
Los teóricos utilizan la terminología «artículo» y «comentario» para referirse de forma generalizada a todo aquello que se puede entender como opinión, pero, a su vez, comienzan con ello la definición de dos géneros independientes con características y definiciones propias. Los diferentes autores y escuelas determinan numerosas categorías a la hora de establecer los nombres de los distintos géneros de opinión.
Utilizaremos el término Texto de Opinión o Argumentativo para englobar lo que en otros contextos se denomina comentario o artículo.
Los textos de opinión o argumentativos tienen como nexo común: siempre hacen referencia a ideas basadas en hechos actuales. En caso de hacer referencia a cuestiones ajenas a la actualidad inmediata, siempre tendrán que ser vigentes y ser fruto de una cuestión colateral o el preámbulo de un evento que probablemente se producirá en breve.
Los editoriales en un periódico pueden ser redactados por varias personas, pero siempre y cuando su contenido elaborado corresponda y coincida con el criterio que la línea editorial de ese medio establece previamente. Aquí no hay libertad a la hora de opinar; la opinión es una y es la del medio de comunicación. Los autores de los editoriales son los directores de los periódicos o periodistas o especialistas de la plantilla del periódico que conocen y trasladan de forma anónima la ideología del diario. Los miembros del comité editorial o consejo editorial son redactores jefes, jefes de sección, subdirectores, miembros del consejo de administración… en definitiva, empleados con responsabilidades en el medio. El equipo editorial de un periódico no solo se limita a la redacción de contenidos, sino que también organiza y programa los demás contenidos de opinión, tanto dentro de la sección específica del medio como a lo largo del resto de la publicación. Coordinan firmas externas, las aportaciones de los especialistas del medio, las cartas al director, etc.
El resto de contenidos de opinión de un periódico no tienen por qué coincidir con la línea editorial del periódico, pero habitualmente el medio de comunicación lo que hace es reforzar su posición con la participación de terceros que, supuestamente y de forma independiente, apoyan esa postura. En el caso de los periodistas especializados que trabajan en las diferentes secciones del periódico, la opinión no suele desviarse de la postura oficial del medio. La cláusula de conciencia puede ser una referencia en este sentido, pero lo habitual es la abstención sin recurrir a ese extremo.
Todo esto debe entenderse, además, como un sistema de protección del propio medio, puesto que las opiniones publicadas en el mismo inicialmente son responsabilidad de sus autores, pero el director, el editor y, en último caso, el impresor (responsabilidad en cascada) son los responsables finales del contenido publicado.
Por todo ello, los únicos espacios protegidos de tal responsabilidad serían aquellos que se reservan al derecho de rectificación por orden judicial o aquellas tribunas abiertas en las que se responde a una demanda muy concreta y argumentada.
El calado de un texto de opinión tiene tres sustentos básicos para alcanzar su objetivo de Persuasión. En primer lugar, la validez del Argumento; en segundo lugar, el Prestigio del autor y, por último, la Influencia del medio que lo publica.
La opinión en un periódico no siempre se publica en la sección de opinión, pero sí es importante saber que, en caso contrario, ese contenido debe ser identificado de forma clara para que el lector sepa qué es lo que está leyendo (recursos tipográficos, diseño de la pieza…).
La mayoría de los periódicos insertan sus editoriales de forma habitual en páginas interiores. En los casos en los que la línea editorial del periódico es más agresiva y comprometida con unos determinados principios, el editorial aparece en primera página. En algunas ocasiones, se sitúa el comienzo del editorial en primera página —vinculado a su noticia de referencia— para continuar en páginas interiores.
La mayor parte de los periódicos de tirada nacional incluyen uno o varios editoriales, y solo los diarios más pequeños renuncian a este contenido de forma sistematizada por la falta de medios para afrontar su realización.
Los comentarios tienen una cabida lógica en secciones como economía, internacional, etc. Las críticas, indudablemente, tienen su lugar privilegiado en las páginas de cultura.
El periodismo muchas veces ha sido considerado como un subgénero literario; pero en estos momentos cada vez se tiende más a la inclusión de noticias de actualidad en muchos medios. La implantación ha sido tal que ha creado sus propios subgéneros y, además, se ha implantado en otros ámbitos (aparte del escrito) como la imagen y el sonido. La teoría de los géneros literarios se clasificaba en lo lírico, lo dramático y lo narrativo, donde solía incluirse el periodismo. Ahora, la realidad periodística también ha creado sus propios subgéneros que, en parte, siguen este criterio. La tradición literaria aporta la estructuración, la prensa el enfoque periodístico y lo audiovisual el relato y la narrativa específica. Pese a todo, hay que reconocer que cuando los sistemas no están muy desarrollados se tiende a la implantación de elementos de organización de la prensa en los sistemas audiovisuales. Lorenzo Gomis afirma sobre los géneros que: «Los géneros representan la sedimentación de la experiencia del trabajo colectivo en diversos medios de información, el dominio técnico que distingue al profesional del periodismo de quien no lo es, la posibilidad de hacer llegar al receptor el mensaje con relativa rapidez y seguridad. Los géneros son formas asimiladas por el hábito, formas que pueden enseñarse y aprenderse».
Mauro Wolf afirma: «Hablamos de géneros para indicar modos de comunicación socialmente establecidos, reconocibles en el seno de determinadas comunidades sociales. Los géneros, según esta acepción, se entienden como sistemas de reglas a las cuales se hace referencia (explícita o implícita) para realizar procesos comunicativos, ya sea desde el punto de vista de la producción o de la recepción».
Los géneros no responden a delimitaciones temáticas, sino a determinadas formas de tratamiento y estilos. No hay que confundir el género de un programa con los géneros informativos, que son el modo y no el contenido.
La combinación de unas reglas y de unos modos por parte del autor para expresar una necesidad comunicativa da lugar a los géneros. Cuando hay una repetición de formas por parte de varios autores, encontramos el nacimiento de un nuevo género que es susceptible de ser ligeramente modificado por cada uno de ellos. Los géneros son algo vivo en el tiempo y en la forma. En unas épocas reinan unos sobre otros y, en todo momento, el autor puede conjugar diversas características de cada uno de ellos. Si alguien, en algún momento, elabora una fórmula distinta, ese será un caso aislado, pero si los profesionales contemporáneos repiten las fórmulas con todas o muchas de sus peculiaridades, estaremos hablando de un nuevo género informativo.
Se defendía que los planteamientos expresivos en prensa eran válidos para la televisión. La existencia del término géneros audiovisuales tiende a generalizarse, ya que se busca los elementos comunes a todos los géneros audiovisuales.
Se abordarán con la expresión «géneros informativos audiovisuales» no todos los géneros informativos en todos los medios, sino que solo lo harán en los audiovisuales. Pero también hay que delimitar que se referirán no a todos los actos de los sistemas audiovisuales, sino que lo harán solo de aquellos que mantengan elementos informativos.
Los medios audiovisuales se plantean dos cuestiones que la prensa no aborda: la relación entre géneros de programas y géneros informativos. Hay que matizar dos aspectos:
Lo característico de los géneros informativos audiovisuales viene definido por su lenguaje y sus enfoques. La radio y la televisión se parecen más entre sí que con los géneros de la prensa escrita.
Las entrevistas en prensa son indagadoras y después pueden trasladarse en formato pregunta-respuesta, reportaje o noticia. En televisión puede ser en directo o en diferido, pero siempre destaca sobre todo el sentido paralingüístico de la misma.
Mediante este grupo de géneros, el autor expresa sus ideas, opiniones, valoraciones, interpretaciones o sentimientos respecto de la realidad o da fe de lo que ha visto. Es una actitud subjetiva o testimonial.
No se trata de demostrar una opinión de forma gratuita, sino que se pretende inyectar cierta opinión en los receptores.
Es imposible, en el fondo, hacer un programa informativo sin opinión, ya que partimos de la base de elegir uno de los modos de presentar ese hecho y eso ya es opinión.
Aquí encontraremos editoriales, comentarios, críticas y crónicas. Los tres primeros llevan una densa carga subjetiva (en orden decreciente). En la crónica, pese a prevalecer la exposición de los hechos, también hay una parte valorativa importante del autor. En televisión no encontramos estos géneros tan bien determinados como en prensa.
El editorial es el máximo exponente de la subjetivización del medio en la expresión de ideas. La referencia a los hechos es mínima, solo la suficiente para que el destinatario la asocie a los hechos. El comentario no es profuso en hechos, pero sí más que el editorial. La crítica ofrece unos hechos con su análisis. En la crónica hay más hechos que interpretación.
En el comentario, que aparece menos que en la prensa, se cuenta con la presencia del comentarista, pero se evita el busto parlante. La crítica cuenta con elementos audiovisuales de lo referido. La crónica encuentra al cronista en el espacio y lugar del tema tratado para observar su situación en lo referido.
Una cuestión son los programas y otra, los géneros. Un programa puede contener varios géneros informativos, pero un género informativo no puede contener varios programas. Es la diferencia entre programa como contenido y sus aspectos configurativos. Los géneros de programas (mejor, tipos de programas) se dedican a estudiar la organización dentro del programa, mientras que los géneros periodísticos organizan los tratamientos de la información.