Portada » Español » La Estructura del Lenguaje: Planos, Fonética y Fonología
La lengua conecta dos sustancias heterogéneas: el ámbito de los significados y el del sonido. El sonido es la materia en la que exteriorizamos los signos. En el lenguaje distinguimos dos planos: contenido (o significado) y expresión (o significante), y cuatro niveles: sustancia y forma del contenido, y sustancia y forma de la expresión.
La naturaleza de los signos no consiste precisamente en favorecer la comunicación, sino en permitir distinguir entre elementos diferentes. Sin la posibilidad de crear distinciones entre elementos de la expresión y del contenido, no habría comunicación. Es fundamental comprender la diferencia entre forma y sustancia del signo lingüístico.
Un código es una asociación estable y regular entre el orden de la expresión y el del contenido. La expresión concreta de las lenguas verbales es fónico-acústica. Desde el punto de vista físico, está constituida por toda la gama de sonidos que el aparato fonador humano es capaz de producir y que el aparato auditivo es capaz de percibir. Estos sonidos tienen diversas características (amplitud, timbre, etc.). Este material fónico constituye la sustancia de la expresión de las lenguas verbales. Por ejemplo: en español, la porción de sustancia fónica que hay entre /a/ y /e/ se divide en segmentos diferentes, y la parte de sustancia fónica entre ambas está en dos áreas distintas. En cambio, en árabe esta diferenciación es inexistente. Por lo tanto, podríamos decir que en español dividimos en dos la porción que en árabe es una. Se puede afirmar que cada una de las dos lenguas da forma de manera distinta a la misma porción de sustancia fónica, o que la misma sustancia tiene una forma distinta en cada una de las dos lenguas. La expresión de un código tiene dos aspectos: una forma (estudiada por la fonología) y una sustancia (estudiada por la fonética) de la expresión.
Esta misma distinción es aplicable al plano del contenido. La sustancia del contenido está constituida por la totalidad de los significados pensables (morfología, sintaxis, gramática), y la forma del contenido (semántica) por la manera en que esta sustancia se estructura. Por ejemplo, en latín se utilizan dos formas diferentes para el blanco y el negro (mate y brillante), mientras que en español solo se usa una; si se quiere expresar una variedad de ese color, se utiliza una nueva palabra. Es decir, la misma porción de contenido (sustancia del contenido) que el latín divide (forma) en dos partes, está cubierta en español por una sola. La forma del español, en relación con estos términos, es distinta de la del latín.
La fonética es el estudio general de las características de los sonidos del habla y se puede dividir en:
Las vocales se producen como consecuencia de un flujo de aire que sale por el tubo fonador sin encontrar estrecheces u obstáculos notables en ningún punto. Lo que determina las vocales es la variación de la posición de la lengua en la boca, concretamente respecto al paladar. Se clasifican según tres dimensiones principales:
También existen articulaciones vocálicas que se producen con el paso del aire a través de la nariz. En este caso se denominan nasales, y las no nasales, orales.
Se producen por un flujo de aire que proviene del tracto fonador, el cual está completamente cerrado o fuertemente estrechado. Se clasifican según su modo y punto de articulación.
Cuando las cuerdas vocales se separan, el aire de los pulmones pasa entre ellas sin ningún obstáculo; estos sonidos se denominan sordos. Cuando las cuerdas vocales están juntas, el aire de los pulmones las hace vibrar repetidamente al pasar; estos sonidos se denominan sonoros.
Una vez que el aire ha pasado a través de la laringe, se dirige hacia arriba a través de la boca o de la nariz. Se pueden distinguir los siguientes puntos de articulación:
Es necesario hacer esta distinción para poder clasificar algunos sonidos:
Fonología: Es la rama de la lingüística que describe el sistema y los patrones de los sonidos de una lengua. Se ocupa de los aspectos mentales o abstractos de los sonidos en el lenguaje, y no de su articulación concreta. Es la base de todas las variaciones en las diferentes articulaciones físicas de estos sonidos. Se ocupa de la función distintiva de los sonidos y se encarga, ante todo, de la identificación de fonemas mediante la prueba de conmutación. Por lo tanto, el fonema es el nombre que se le da a una clase de sonidos conmutables entre sí.
Fonemas: Son la unidad básica de la fonología, la unidad mínima y sucesiva de la segunda articulación. Se definen también como un conjunto de rasgos distintivos o pertinentes. Antonio Quilis afirma que “es la unidad lingüística más pequeña, desprovista de significado, formada por un haz simultáneo de rasgos distintivos”. Cada uno de los sonidos que distinguen significados en una lengua. Los fonemas son entidades abstractas, ya que ningún hablante, cuando produce enunciados, emite fonemas; emite solo sonidos. Los fonemas a los que los sonidos hacen referencia son clases abstractas. El nombre que se le da a cada fonema es puramente arbitrario.
Fonos y Alófonos: Mientras que el fonema es la unidad abstracta de sonido, existen versiones diferentes cuando este se produce en el habla real. Podemos describir esas versiones diferentes como fonos. Son unidades fonéticas y aparecen entre corchetes. Cuando tenemos un conjunto de fonos, todas ellas versiones de algún fonema, nos referimos a ellos como los alófonos de ese fonema.
La distinción clave entre fonema y alófono es que al sustituir un fonema por otro se produce un cambio de significado, mientras que al sustituir un alófono por otro solo resulta una pronunciación diferente de la misma palabra.
Las distinciones fonémicas de una lengua se pueden identificar gracias a pares y conjuntos mínimos de palabras. Cuando dos palabras se diferencian solo por un fonema que aparece en la misma posición, se dice que estas dos palabras constituyen un par mínimo.
Cuando un grupo de palabras se puede diferenciar cambiando un fonema (siempre en la misma posición), tenemos entonces un conjunto mínimo. Por ejemplo: vocálico (pasar-pesar) y consonántico (bata-pata).
Rasgos distintivos: Si tomamos las palabras gota-kota, y analizando desde el punto de vista articulatorio, la /k/ y la /g/ son lo que las diferencian. Ambas son oclusivas y velares, pero se distinguen por ser sorda y sonora, respectivamente. Estos son los llamados rasgos distintivos; en este caso, solo hay un rasgo que las diferencia, pero puede haber más. Estos rasgos pueden ser funcionales o redundantes.
Los conjuntos mínimos nos permiten observar si existen patrones definidos en las combinaciones de sonidos permitidas en una lengua. Existen combinaciones de fonemas que no son posibles o que han sido formadas sin obedecer a alguna de las restricciones sobre la secuencia o la posición de los fonemas. El conjunto de estas restricciones se denomina fonotáctica de una lengua y forma parte del conocimiento fonológico de cada hablante.
Una sílaba debe contener un sonido vocálico. El tipo más común de sílaba en la mayoría de las lenguas tiene una consonante delante de la vocal y se suele representar como “CV”. Los elementos básicos son el ataque (consonantes) y la rima (núcleo-vocal, coda-consonante). Tanto el ataque como la coda pueden tener más de una consonante o grupo consonántico. Las lenguas que cuentan con grupos consonánticos de este tipo son pocas, siendo en la mayoría de los casos “CV”.
Dado que nuestras conversaciones son rápidas y espontáneas, nuestras articulaciones se mueven de un sonido a otro sin detenerse; a este proceso se le denomina coarticulación. Los efectos de la coarticulación incluyen:
Estos dos efectos se producen en el habla de todo el mundo, y el intento de evitar estos patrones en una lengua resultaría en un habla artificial.