Portada » Educación Artística » Grandes Obras Maestras de la Pintura Moderna: Un Recorrido por el Arte del Siglo XIX
La obra La Noche Estrellada representa el paisaje que Van Gogh veía desde su habitación en el psiquiátrico de Saint-Rémy, en la Provenza. Desde allí se observa el pueblo con la iglesia y las montañas al fondo.
Predomina la formulación pictórica. Van Gogh utiliza una pincelada gruesa, marcando claramente cada trazo con ritmos diferentes. Los contornos de las casas y las montañas están definidos por una línea gruesa de color negro. Él aplicó el color directamente a la tela y los trazos tienen ritmos diferentes. Utiliza trazos rectos para las casas y ondulantes para el cielo. Predominan los colores fríos con una gama de azules y verdes, resaltados por trazos negros y utilizando el amarillo como contraste para mostrar los focos de luz de las casas y de los astros. La luna está rodeada de un aura amarilla que la hace confundir con el sol.
El paisaje nocturno presenta dos partes bien diferenciadas. En la parte inferior está la tierra, con el pueblo, del que destaca la iglesia con su torre en forma de aguja. Arriba está el cielo, con la luna y las estrellas que irradian su luz con formas circulares. El ciprés, a la izquierda del cuadro, sirve para unir ambas partes. En este cuadro hay perspectiva, aunque no es la matemática; el ciprés establece el primer plano y da profundidad al cuadro, en un segundo plano está el pueblo y al fondo la cadena de montañas.
La obra presenta ritmos diferentes; hay un contraste entre la claridad y el movimiento del cielo y la quietud y la oscuridad del pueblo. El dinamismo del cielo se muestra con los trazos ondulantes que se combinan entre sí, mientras que para mostrar la quietud del pueblo utiliza trazos rectos.
Se trata de un conjunto muy riguroso y vibrante a través de sus trazos ondulantes y verticales. La representación del paisaje es fruto de la voluntad del artista, ya que no se trata de una representación fiel a la realidad; la torre de la iglesia no es la de Saint-Rémy, sino que corresponde a las iglesias holandesas. Hay una estrecha conexión entre las formas representadas y el estado de ánimo del artista. El color, pues, no se corresponde con la realidad, sino con las emociones del artista. Así pues, el artista nos muestra un paisaje donde plasma sus emociones y su subjetividad.
Postimpresionista. El estilo de Van Gogh, absolutamente personal, es pura fuerza expresiva. Él pintaba con colores vivos, plasmando los trazos de forma muy enérgica e incluso violenta. Su obra está influenciada por el Impresionismo, pero fue más allá de los postulados impresionistas de la luz y el color. Para la representación del espacio, muy original, se inspiraba en el arte japonés, que realizaba encuadres muy originales, y en la línea griega que contorneaba las figuras. Los paisajes de Van Gogh expresan también una profunda espiritualidad. El tratamiento religioso del paisaje había sido iniciado por Friedrich, pintor romántico alemán, y retomado por otros artistas como Millet. Su obra influirá en los expresionistas, como Munch y los alemanes (Kirchner y Kokoschka), que expresaron sus emociones a través de la pintura. Van Gogh se convertirá en un icono de la modernidad cultural.
Es un paisaje nocturno donde se manifiesta el interés por la expresión de los colores de la noche, además del sentido de esta como tiempo de misterio, soledad y angustia. El artista holandés crea por encima del realismo y va más allá de mostrar los efectos de la naturaleza. Este es el lienzo donde se reproduce su tensión interior; la luz y el color son el medio para expresarla. Este paisaje nocturno fue pintado en 1889 en el sanatorio de Saint-Rémy, donde Van Gogh fue ingresado por sus ataques de epilepsia, un año antes de que se suicidara. A diferencia de otras de sus obras, este paisaje no fue pintado al aire libre, sino desde la habitación del sanatorio, desde donde podía ver el cielo a través de una pequeña ventana. En esta extrema situación, el artista extrajo de su interior esta escena, en la que la naturaleza exaltada despliega su energía y exhibe su esplendor. La naturaleza le sirve para expresar su percepción de un mundo primordial y puro, diferente de la realidad moderna contaminada y su drama religioso. Los elementos de la naturaleza: olivo, ciprés, camino, son las herramientas formales que utiliza para dar cuerpo a su estado de ánimo. El ciprés, elemento vertical, simboliza la fe en la vida después de la muerte y la misma idea de la muerte. La aguja de la iglesia es un eco del ciprés. El pueblo, con las luces de las casas que muestran el calor humano, está lejos del pintor que se encuentra solo. A la vez, las estrellas, lejanas, misteriosas y dinámicas, y el mismo cielo, le sirven para expresar su anhelo religioso. Van Gogh busca en la inmensidad de la noche la respuesta de Dios.
Van Gogh encontraba en la pintura una vía de escape a su angustia y, aunque su trabajo no era reconocido, él siempre mantuvo su habilidad innata para expresar emociones. El artista pinta buscando el consuelo a través de la representación de la naturaleza. En este cuadro, el artista ha conseguido dar forma a su crisis íntima, que tiene un componente religioso importante. Mediante la temática de los paisajes, aparentemente seculares, Van Gogh buscaba en la naturaleza las respuestas a sus cuestiones sobre el infinito, que la religión tradicional no le conseguía dar.
En el siglo XIX hay una regresión de los valores religiosos que son discutidos por los avances científicos; muchos buscan en la naturaleza y el cosmos una respuesta al anhelo humano infinito. El pintor, hijo de un pastor protestante, había crecido en la fe, y él mismo había estudiado teología, que después dejó para la pintura. Él mismo comentó en una de sus cartas que buscaba una pintura que pudiera dar consuelo, pero sin volver a las ideas religiosas tradicionales. Saint-Rémy era una llanura de secano de agricultura tradicional mediterránea. Había olivos y alineaciones de cipreses y al sur estaban las montañas de los Alpilles. Van Gogh llegó a ella buscando nuevos caminos para su pintura. Allí fue ingresado después de una crisis nerviosa, donde pasó un año; a la salida volvió al norte de Francia, donde se suicidó dos meses después.
La obra de Van Gogh fue muy innovadora y se convirtió en una precursora del Expresionismo. Su pintura, a través de la calidad emocional del color y de la fuerza de su pincelada, expresa las emociones y tensiones humanas.
La acción transcurre en una vicaría del siglo XVIII. En la escena se representa una firma de matrimonio inspirada en la sacristía de San Sebastián de Madrid, donde Fortuny se casó.
Predomina el color sobre la línea, aunque esta está muy bien definida con unas figuras bien acabadas. Los colores se aplican con una pincelada fina y precisa. Predominan colores cálidos sobre fríos (aunque estos también están muy representados). Hay una gran intensidad lumínica, que sale de la izquierda, donde se supone que hay un ventanal.
Composición equilibrada (gracias al brasero y a la lámpara). La luz afecta a la obra desde la izquierda y hace que los colores sean nítidos en la zona de la derecha, donde hay más sombra. La obra está estructurada a partir del punto de fuga, situado en los papeles. Hay dos ejes horizontales, en los papeles y en la rejilla. Y dos ejes diagonales que salen de los papeles. Finalmente, también destacan dos ejes verticales entre los papeles y la columna dorada de la verja. También destacan el grupo del medio, firmando los papeles del matrimonio, y el grupo de la izquierda con la maja y el torero.
Obra estable gracias a elementos como el brasero y la lámpara.
Momento anecdótico, no es trascendental; es una escena cotidiana.
Realista-Fortunista. Fortuny es considerado el segundo mejor pintor del siglo XIX después de Goya, creando un estilo propio que, dentro del realismo, se divide en el Fortunyismo.
En el cuadro encontramos tres grupos: el Vicario a la izquierda, el grupo principal situado en el medio, donde están los novios firmando los papeles y el ayudante del vicario; también podemos observar al penitente pidiendo limosna, que enlaza con el tercer grupo, donde encontramos personas totalmente relajadas, al contrario de la acción principal.
Decorativa. El cuadro es una escena costumbrista o de género.
En la obra se representan los fusilamientos del 3 de mayo en Madrid.
Predomina la formulación pictórica con pinceladas largas y abiertas de gran fuerza expresiva. La gama cromática es reducida (ocre, negro, blanco, amarillo, rojo). La luz incide sobre el color y crea matices y fuertes contrastes.
La composición se articula en tres grupos y al fondo un paisaje de casas. A la izquierda se ve un conjunto de personas, unas muertas y otras momentos antes del fusilamiento. A la derecha hay un pelotón de soldados posicionados en diagonal. La composición se ordena gracias a la figura que se encara a los soldados. La luz sirve para iluminar los personajes de la izquierda mientras que la sombra rodea a los soldados de la derecha. La luz y el color crean profundidad. La línea del horizonte da realismo e incluye al espectador en la obra.
Gran dinamismo en la escena a través de las diagonales.
Gran expresividad en las actitudes de los personajes (horror, resignación, heroísmo). Por el contrario, los soldados se representan como figuras deshumanizadas.
A pesar de ser una obra comprendida en el periodo neoclásico, presenta características de la pintura romántica. Goya se inspira en la tradición barroca tanto en los recursos pictóricos como en las expresiones. También incorpora el tenebrismo del siglo XVII. Goya se convertirá en un innovador de la plástica e inspirará a autores posteriores como Manet.
En el cuadro se muestran los fusilamientos de las tropas francesas realizadas sobre el pueblo de Madrid, un día después del levantamiento espontáneo. La figura del hombre con los brazos abiertos se relaciona iconográficamente con la crucifixión de Jesús, y la luz como la presencia de Dios. Goya representa al pueblo como los auténticos héroes desde una sensibilidad alejada del heroísmo en los cuadros neoclásicos. Gracias a la idea de lucha apasionada del pueblo se muestra la clara sensibilidad romántica.
No hay una finalidad concreta, aunque el tema del cuadro se convierte en un testigo de los hechos ocurridos en Madrid.
La insurrección popular contra las tropas de Napoleón condujo a una larga guerra. Goya, claro defensor de las ideas de la Ilustración, representa el horror, la barbarie y la heroicidad del pueblo; aunque decepcionado por la situación política, se exilió en Burdeos, donde murió. El autor destacó como pintor y grabador. Fue introducido en los círculos aristocráticos hasta que fue nombrado pintor de cámara de Carlos IV.
La obra representa dos parejas disfrutando de una comida al aire libre.
Predomina la formulación pictórica. Las figuras están dibujadas sin líneas de contorno, son masas de colores planos formando diferentes figuras. No hay claroscuro para crear volumen; los detalles del fondo están esbozados. Hay equilibrio entre colores fríos y cálidos; las tonalidades cálidas se deben a la luz, que ilumina las figuras femeninas.
Manet coloca las figuras en el centro del cuadro, formando una composición triangular y cerrada. Dos de las figuras interactúan de forma directa y cómplice con el espectador. La otra figura masculina conversa con las otras. Manet desafía las leyes clásicas de la perspectiva, ya que la figura femenina del fondo se encuentra en el mismo plano que las demás.
Las figuras están en equilibrio, presentadas de forma natural. La escena es relajada y cotidiana, en la que destacan las expresiones de los personajes interactuando de forma directa con el espectador.
Impresionismo. Manet inicia el Impresionismo, que posteriormente se desarrollaría. El autor desarrolló temas como los del realismo: cotidianos, escenas al aire libre, paisajes. También presenta una serie de innovaciones estilísticas como la utilización de colores puros. Por este motivo, es considerado el padre del Impresionismo.
La obra está inspirada en un cuadro de Tiziano, de argumento mitológico, donde se desarrolla una escena similar. A la vez, el cuadro también ha inspirado a muchos otros artistas posteriores como Picasso. La obra, expuesta en 1863, fue considerada vulgar y se le condenó moralmente; también se criticó el estilo por poco refinado y trabajado, por no dibujar los contornos ni los detalles del fondo.
La función de esta obra era fundamentalmente estética, y la realizó con la intención de exponerla en el Salón para que fuera conocida por los clientes directamente.
Manet, considerado el padre del Impresionismo, cultivó un estilo realista basado en la representación de escenas cotidianas, retratos y paisajes al aire libre. Su obra abrirá el camino hacia el Impresionismo, donde se desarrollará un nuevo concepto histórico.
Podemos ver el sol naciente en el mar, donde se observan unas barcas y mástiles. El dibujo prácticamente ha desaparecido y la pincelada está fragmentada, hecha a base de toques, en la que el color es luz.
Monet investiga el efecto del sol y se preocupa por los asuntos estéticos del color.
Se confunden los planos; por lo tanto, hay una cierta profundidad con las barcas como primer plano, los mástiles como segundo y después el sol, aunque no le interesa mostrar profundidad, y sí el tratamiento atmosférico, que se capta con su movilidad. El espacio se forma a través de la vibración de esta luz y atmósfera. El espacio se capta, es decir, por el aire, los reflejos…
El Impresionismo muestra la idea de la fluidez del tiempo.
Potencia al máximo las posibilidades de la sensación, es decir, la luz sobre el agua y la atmósfera. A través de los colores expresa un sentimiento lírico de la naturaleza y no le interesa mostrar la realidad visual ordinaria.
El Impresionismo, que parte del realismo, realiza una revolución pictórica (la tercera del siglo). Con el Impresionismo, la forma queda definida por la vibración del color y eso solo existe a través del fenómeno de la luz. Monet investigó los efectos ópticos de la luz y fue el pintor que más contribuyó a este movimiento, que marca el inicio del arte moderno, con el inicio de la abstracción.
Esta obra fue hecha por Monet en Le Havre desde su ventana. El tema es la propia naturaleza, pero sobre todo es la plasmación del fenómeno lumínico. Cuando él habla de «impresión», también se refiere a lo que suscita al artista; por lo tanto, él ve lo que quiere. En definitiva, es una conjunción entre visión y sentimiento; con él, la percepción del tiempo se hace más penetrante.
Decorativa. Tiene función estética. Quiere investigar en la técnica pictórica y se creó una nueva concepción de la pintura que se basa en la atmósfera. Otras explicaciones: esta obra participó en la primera exposición del grupo de Impresionistas que, junto con otros pintores (Renoir, Pissarro…), se presentaron a una exposición alternativa a la de Bellas Artes. Cuando se le pidió el título, él dijo que pusieran «Impresión», y el crítico Louis Leroy opinó que un papel pintado estaba más acabado que este cuadro, y dijo: «¡Sí… muy impresionista!». Ante esto, otros estuvieron a favor. Al final se aceptó y tuvo éxito.
Monet, con su serie en la que analizaba la luz natural a diferentes horas del día, abre el camino a la investigación hacia el arte abstracto. A través de él, Kandinsky entendió que forma y color no deben depender del objeto y pueden expresar emociones por sí mismos.