Portada » Magisterio » Didáctica de la Lengua en Educación Infantil: Estrategias Esenciales para el Maestro
La Alfabetización Emergente (AE) es un concepto clave que define el periodo fundamental en la Educación Infantil donde los niños desarrollan las habilidades prelectoras y preescritoras esenciales antes de la instrucción formal. Su relevancia radica en que sienta las bases para el éxito en el aprendizaje futuro de la lectura y escritura. Implica que los niños comprendan la función del lenguaje escrito y desarrollen conciencia fonológica (es decir, la capacidad de reconocer y manipular los sonidos del habla: palabras en frases, sílabas y fonemas), un predictor fundamental del aprendizaje lector. La comunicación oral se considera el punto de partida y el principal impulsor de este proceso, ya que a través del lenguaje hablado, los niños comienzan a comprender la estructura del idioma que posteriormente encontrarán en el código escrito. Otros predictores clave incluyen el conocimiento del alfabeto y la comprensión de lo impreso.
Según M.A.K. Halliday (1982), los niños adquieren el lenguaje no solo como un sistema de símbolos, sino a través de su experiencia directa y el uso social, donde cada emisión verbal cumple una función específica. Las siete funciones principales que el niño desarrolla son:
Comprender estas funciones ayuda a los educadores a observar y fomentar el desarrollo comunicativo integral del niño.
El diseño de una propuesta didáctica efectiva en Educación Infantil (segundo ciclo) debe basarse en un «Centro de Interés», un tema motivador y significativo para los niños, en consonancia con sus necesidades e intereses (principio de Decroly). El rol del maestro es fundamental: ser guía, facilitador y modelo lingüístico, promoviendo el diálogo y la interacción constante. La metodología debe ser activa, priorizando el juego y la experimentación, transformando el aula en un espacio dinámico de comunicación. Al diseñar las actividades, cada una debe centrarse en un aspecto específico del lenguaje: la literatura, la comunicación oral, el vocabulario o el acercamiento a la lectoescritura. Es imprescindible que sean creativas, lúdicas y que integren diferentes lenguajes del currículo (musical, plástico, corporal, etc.).
La Comunicación Oral es el eje de la vida social y la forma primordial de socialización, y se desarrolla a través de la interacción constante con el entorno. Se compone de dos habilidades interrelacionadas: la comprensión oral (la capacidad de interpretar y entender los mensajes recibidos) y la expresión oral (la capacidad de manifestar ideas, sentimientos y necesidades a través de la palabra). Para desarrollar la comprensión oral, se fomenta la escucha activa, la reflexión y la atención a la entonación y los relatos. Para la expresión oral, se promueve el uso de un léxico adecuado, la narración de cuentos y la participación en intervenciones orales. El objetivo principal es que los niños se conviertan en comunicadores eficaces, fluidos y eficientes, capaces de adaptarse a distintos contextos comunicativos. El docente debe crear un ambiente que invite a la libre expresión, ofrecer modelos lingüísticos correctos y propiciar interacciones en grupos pequeños para fomentar una participación activa y cualitativa.
La Literatura Infantil es una herramienta poderosa y multidimensional en el aula de Educación Infantil. Su presencia es crucial para el desarrollo lingüístico integral del niño, enriqueciendo aspectos semánticos, fonéticos, morfológicos y sintácticos. Los primeros acercamientos literarios se inician con formas sencillas y rítmicas como nanas, retahílas y juegos de manos. Además, la literatura tiene una profunda dimensión emocional: conecta a los niños con sus sentimientos, favorece la construcción de su identidad y estimula el pensamiento crítico.
El maestro actúa como un mediador literario esencial, tanto en la transmisión oral de historias como en el fomento del acercamiento a los libros, para lo cual debe poseer una sólida competencia literaria y un profundo conocimiento de las obras infantiles.
El estudio del vocabulario en Educación Infantil distingue entre:
La incorporación de nuevas palabras es un proceso gradual que abarca desde la curiosidad y el deseo inicial, pasando por el primer encuentro y comprensión, hasta su análisis, memorización y, finalmente, su uso recurrente en la comunicación diaria (Navarro, 2000).
El maestro de Educación Infantil juega un rol insustituible como mediador lingüístico y cultural. Su función principal no es solo la transmisión de contenidos, sino facilitar la adquisición y el aprendizaje de la lengua de forma integral. Esto implica:
La evaluación en Didáctica de la Lengua en Educación Infantil debe ser un proceso continua, global y formativa, centrado en observar el progreso de cada niño, más que en la mera calificación. Sus características clave incluyen: