Portada » Psicología y Sociología » Fundamentos de la Investigación Social: Conceptos y Métodos Esenciales
Una hipótesis es una idea previa, una suposición que se formula ante un problema de investigación con el fin de buscarle una explicación. Es una respuesta posible que será posteriormente verificada con los datos empíricos para determinar su validez.
Una variable es cualquier característica, atributo o dato que puede ser medido y que presenta variaciones entre diferentes individuos, grupos o situaciones.
Las dimensiones son los aspectos o partes en las que se puede dividir una variable general. Para poder medir adecuadamente un concepto complejo, este se descompone primero en dimensiones y luego en indicadores. Cada dimensión puede medirse a través de varios indicadores.
Los indicadores son las variables más concretas: los datos que realmente se recogen en una encuesta, test, observación, etc. Representan las dimensiones de forma empírica y medible. Un solo indicador rara vez es suficiente para representar una dimensión completa, por lo que se recomienda utilizar varios.
La entrevista en profundidad es una técnica cualitativa fundamental en la investigación social, diseñada para obtener información subjetiva y rica sobre lo que una persona piensa, siente y vive. Implica una interacción directa entre el entrevistador y el entrevistado, siendo crucial mantener una relación neutral para evitar influir en las respuestas.
En la transcripción, las respuestas se escriben en cursiva, y se anotan elementos no verbales como pausas, risas, silencios, etc.
El grupo de discusión es otra técnica cualitativa de investigación social, cuyo objetivo es comprender cómo las personas piensan, sienten o interpretan la realidad. Es especialmente útil para explorar el «por qué» de los fenómenos, más allá de los datos cuantitativos.
Se organiza reuniendo a 8-10 personas que comparten alguna característica común (ej: todas son mujeres, o todos son jóvenes), pero que a la vez presentan diversidad en ideas, valores o experiencias para fomentar el debate. Es un grupo «artificial», creado específicamente para el estudio y que no tiene existencia previa ni posterior.
Los participantes se sientan, preferiblemente en una mesa redonda u ovalada para facilitar la interacción visual. El tema se introduce en el momento para promover la espontaneidad. Un moderador es clave: su rol no es dirigir, sino animar la conversación y mantener el orden, siempre con una postura de neutralidad (especialmente importante según la sensibilidad del tema). Generalmente, se graba toda la sesión para su posterior transcripción y análisis en profundidad. La duración y el momento de finalización se adaptan al flujo de la discusión y los objetivos.
Se realiza en un lugar neutral, sin connotaciones ideológicas, religiosas o emocionales. La transcripción es literal y el análisis riguroso, buscando patrones, temas recurrentes y posturas divergentes.
El análisis de contenido es una técnica cuantitativa que permite medir la frecuencia con la que aparecen ciertos elementos en documentos o comunicaciones. Sus pasos incluyen:
Se utiliza ampliamente en el estudio de medios de comunicación para identificar patrones en mensajes (ej: sexistas, racistas).
El análisis del discurso es una técnica cualitativa más profunda que el análisis de contenido. No se limita a contar elementos, sino que interpreta el sentido y la construcción de lo que se dice. Se enfoca en cómo se elaboran los discursos (ej: cómo las mujeres hablan sobre el amor o los hombres sobre el trabajo) y busca comprender cómo las personas interpretan la realidad a través del lenguaje. Existen diversas corrientes teóricas para su aplicación.
La diferencia clave con el análisis de contenido radica en que el análisis del discurso prioriza el contexto y el significado, no solo la frecuencia de aparición de elementos.