Portada » Diseño e Ingeniería » Estrategias de Inocuidad Alimentaria: Control de Alérgenos, APPCC y Trazabilidad
El Plan de Control de Alérgenos es un documento esencial que describe las acciones que un establecimiento debe implementar para garantizar que sus productos estén libres de cualquier traza alergénica.
Una pequeña cantidad de alérgenos puede ser extremadamente peligrosa, lo que conlleva un gran riesgo tanto para la vida del consumidor como para la reputación y viabilidad del establecimiento. Es crucial controlar la contaminación directa, aunque la contaminación cruzada es más compleja y requiere medidas rigurosas.
El desarrollo de este plan implica evaluar el riesgo en cada etapa del proceso productivo:
Las materias primas deben contar con una «ficha técnica del proveedor» que incluya una «declaración obligatoria de alérgenos». En caso de no disponer de ella, el proveedor deberá rellenar una «ficha de declaración de alérgenos» específica para sus materias primas.
Es fundamental guardar los productos en recipientes limpios y herméticos, etiquetarlos claramente para su identificación y almacenarlos separados en estanterías superiores. Esta ubicación es más segura para evitar la contaminación accidental por derrames o caídas.
Solo se deben preparar menús aptos para alérgicos, especificando en la ficha técnica los ingredientes. La preparación idealmente se realizará en salas independientes; si no es posible, se prepararán estos platos en primer lugar. Se debe evitar el uso de alimentos no envasados por el peligro de alérgenos, utilizar aceites nuevos para freír y controlar la presencia de partículas.
Tanto el personal de cocina como el de sala deben ser escrupulosos en las medidas de higiene, incluyendo el lavado frecuente de manos y el uso de vasos y cubiertos en perfecto estado.
La normativa sanitaria (Real Decreto 126/2015) exige al establecimiento informar sobre los ingredientes con alérgenos o intolerancias de sus elaboraciones. Esta información puede proporcionarse a través de la carta (Doc 5.7), página web, aplicación móvil o de forma oral (Doc 5.6).
Los sistemas de autocontrol están diseñados para detectar y mantener bajo control los peligros que pueden amenazar significativamente la inocuidad del alimento. Cada empresa debe diseñar e implementar su propio sistema adaptado a sus necesidades específicas.
El APPCC es una herramienta fundamental para la identificación de riesgos alimentarios en cualquier fase del proceso y la aplicación de medidas preventivas y correctivas para mantenerlos bajo control. Es esencial para garantizar la seguridad alimentaria y debe adaptarse a las necesidades de la empresa para su máxima utilidad.
El APPCC fue desarrollado en los años 60 por Pillsbury, el Ejército de EE. UU. y la NASA, con el objetivo de producir alimentos inocuos para el programa espacial estadounidense.
La documentación del sistema de autocontrol recoge todas las especificaciones relacionadas con la implantación y el control del sistema APPCC, lo que permitirá su correcta aplicación. Cada empresa la elaborará de una manera oportuna.
Incluye información detallada de la empresa, la actividad que desarrolla, los productos elaborados, las instalaciones y los procesos de trabajo.
Se concretan en planes generales de seguridad e higiene alimentarias, como el plan de limpieza, mantenimiento y control de temperaturas.
Es la aplicación de un conjunto de actuaciones destinadas a mantener bajo control los peligros que resultan significativos para la inocuidad de los alimentos gestionados por la empresa.
Para diseñar un plan APPCC eficaz, es crucial conocer el entorno donde se va a implantar, disponer de información completa de la empresa, el uso previsto de los productos, y los sistemas y flujos de trabajo.
Requiere la participación de un equipo multidisciplinar que aporte conocimiento y experiencia a los procesos productivos de la empresa en materia de seguridad e higiene alimentaria. Se puede buscar asesoramiento externo. Es fundamental designar a una persona responsable de la aplicación del sistema y que lidere el proceso junto a un equipo de trabajo con sus responsabilidades definidas.
El equipo detallará las actividades que la empresa lleva a cabo, las instalaciones y equipos existentes, el volumen de producción y una descripción detallada de los productos resultantes (Doc 6.2).
Es una representación esquemática de las etapas que componen el proceso de elaboración de productos alimenticios (Doc 6.3).
Los prerrequisitos incluyen las condiciones necesarias en una organización y las buenas prácticas asumidas por el personal en materia de higiene alimentaria, que hacen posible la aplicación de un plan de APPCC.
El plan APPCC es el documento en el que se identifican y evalúan los peligros en cada una de las etapas de la actividad y se establecen las actuaciones necesarias para mantenerlos bajo control.
Proceso de evaluación e identificación de los riesgos (físicos, químicos y biológicos) que amenazan de forma significativa la inocuidad de los alimentos. Se enumeran todos los peligros y se realizará una evaluación de su significancia.
Es la fase del procedimiento u operación que se estima que requiere un control específico para prevenir, reducir a un nivel aceptable o eliminar un peligro para la seguridad alimentaria.
Un límite crítico es un criterio que marca la frontera entre un proceso que es aceptable y uno que no lo es.
Instrumento para la toma de decisiones que se aplica siguiendo planteamientos lógicos para determinar cuándo un punto de control es crítico (Doc 6.5).
Una evaluación programada para valorar si un PCC se encuentra dentro de sus límites críticos y, por tanto, bajo control.
Acciones que hay que poner en práctica cuando los resultados de la vigilancia indican que un PCC no está controlado.
Diferentes métodos de evaluación, además de la vigilancia, para contrastar que el plan responde con eficacia a los objetivos diseñados.
El sistema de documentación y registro consta de dos partes:
La trazabilidad se refiere a la posibilidad de seguir el recorrido de un alimento a lo largo de todas las etapas de su vida, desde el origen hasta el consumidor final. Nos permite detectar el origen de una posible intoxicación o incidente.
Permite averiguar el origen y las características del producto: quién lo proporcionó, cuándo, en qué cantidad y cuál fue la causa de cualquier incidencia relacionada con el proveedor.
Identifica el destino del producto que sale de la empresa: a quién le llega, en qué cantidad, en qué fecha y con qué lote.
Permite el seguimiento del producto dentro de la empresa: quién intervino en su manipulación, los procesos de aplicación, el equipo usado y el personal implicado.
Incluye todo el conjunto de procedimientos y recursos destinados a garantizar el rastreo de un alimento a través de todas las etapas de su producción, transformación y distribución. Su objetivo es localizar el producto inseguro para retirarlo tanto del almacén como de la cadena de montaje, y localizar el punto de incidencia.
Consiste en la estructuración de la información desde la recepción de materias primas y otras entradas, pasando por la etapa de producción (figurando las operaciones), hasta la etapa de salida, envasado y servicio en mesa.
Se realiza mediante control visual, revisión de registros y comprobación real seleccionando un producto acabado.
Es fundamental mantener registros detallados de:
Se detecta que existe un riesgo grave para la salud del consumidor y requiere una actuación inmediata de la autoridad competente. Esto implica un aviso de alerta, la gestión de la situación y la intervención de la autoridad sanitaria.