Portada » Biología » Orgánulos Celulares Esenciales: Estructura y Funciones del RE, Vacuolas, Lisosomas y Golgi
El retículo endoplasmático (RE) es un orgánulo membranoso complejo, presente en todas las células eucariotas, que desempeña roles cruciales en la síntesis, plegamiento y transporte de proteínas y lípidos.
Fue descrito por primera vez en 1902 por Emilio Veratti, aunque en ese momento su estructura y función no se comprendían completamente. Posteriormente, en los años 50, el científico Keith Porter lo observó con el microscopio electrónico, lo que permitió un estudio más detallado. Fue Porter quien le otorgó el nombre de retículo endoplasmático y lo definió como una red de membranas extendida por el citoplasma celular.
El RE está formado por membranas lipídicas y proteínas que se organizan en sacos aplanados (cisternas) y túbulos, creando una red continua. En su interior, posee un espacio único y comunicado denominado lumen. Esta estructura permite al RE participar activamente en la síntesis de proteínas y lípidos, entre otras funciones vitales.
Su forma y distribución en el citoplasma están ancladas y guiadas por el citoesqueleto, especialmente por los microtúbulos. El citoesqueleto facilita el movimiento y la reorganización del RE, aspectos clave para sus funciones de transporte y comunicación con otros orgánulos.
El retículo endoplasmático se localiza desde la envoltura nuclear, con la cual está conectado directamente, y se extiende por el citoplasma hasta zonas cercanas a la membrana plasmática. Esta amplia distribución le permite comunicarse eficientemente con otras estructuras celulares y participar en el transporte de diversas sustancias.
El retículo endoplasmático rugoso (RER) se caracteriza por la presencia de ribosomas adheridos a su superficie externa, lo que le confiere su aspecto rugoso. Su función principal es la síntesis de proteínas y fosfolípidos destinados a la membrana celular, así como la producción de proteínas de secreción, que suelen ser glicoproteínas.
La síntesis de proteínas comienza en el citosol. Una vez que el ribosoma se ha ensamblado y asociado al ARNm, inicia la formación de la proteína. Si esta proteína contiene un péptido señal en su extremo, el ribosoma se ancla al RER y continúa la síntesis directamente en el lumen del retículo.
Dentro del lumen del RER, las proteínas recién sintetizadas se pliegan correctamente y sufren modificaciones postraduccionales, como la glicosilación (unión de azúcares para formar glicoproteínas). Posteriormente, estas proteínas se empaquetan en vesículas de transporte y son enviadas al aparato de Golgi para completar su maduración y distribución.
Los fosfolípidos, por su parte, son sintetizados a partir de precursores citosólicos. Tanto las proteínas de membrana como los fosfolípidos se integran en la membrana del RER y, mediante la formación y desprendimiento de vesículas, se incorporan a las membranas de otros orgánulos. Las proteínas de secreción son transportadas en el interior de estas vesículas, que finalmente se fusionan con la membrana plasmática para liberar su contenido al exterior (exocitosis).
El retículo endoplasmático liso (REL) carece de ribosomas en su superficie y presenta una estructura más tubular. Sus funciones son diversas y vitales para la célula:
Las vacuolas son orgánulos membranosos cuyo interior es predominantemente acuoso. Forman parte del sistema endomembranoso y pueden originarse a partir del retículo endoplasmático, del aparato de Golgi o de invaginaciones de la membrana citoplasmática.
Las vacuolas están rodeadas por una membrana simple llamada tonoplasto, que es selectivamente permeable y regula el paso de sustancias, contribuyendo al crecimiento y mantenimiento celular. En su interior contienen jugo vacuolar, una sustancia fluida compuesta por agua y otros componentes orgánicos e inorgánicos.
En algunos casos, el tonoplasto puede formar estructuras especializadas:
Los lisosomas son vesículas esféricas u ovaladas, procedentes del aparato de Golgi, que contienen un conjunto de enzimas digestivas (hidrolíticas). Estas enzimas se sintetizan en el retículo endoplasmático rugoso, se activan y concentran en el aparato de Golgi, y finalmente se acumulan en el interior de los lisosomas.
La membrana de los lisosomas es una bicapa lipídica simple. Las proteínas de su cara interna están altamente glicosiladas (unidas a glúcidos), lo que impide que las potentes enzimas hidrolíticas ataquen la propia membrana del lisosoma. Para su óptimo funcionamiento, estas enzimas requieren un pH ácido (entre 3 y 6), el cual se mantiene mediante el bombeo activo de protones (H⁺) al interior, con consumo de ATP.
Las enzimas lisosomales incluyen hidrolasas ácidas como fosfatasas ácidas, glicosidasas, lipasas, proteasas y nucleasas (DNAasa, RNAasa), capaces de degradar una amplia variedad de macromoléculas. Los lisosomas son esenciales para la digestión de la materia orgánica dentro de la célula. En organismos pluricelulares, la digestión puede ser:
El aparato de Golgi es un orgánulo celular clave en la fabricación, modificación, empaquetamiento y distribución de proteínas y lípidos, especialmente aquellos destinados a ser secretados por la célula o a formar parte de otras membranas. Forma una parte integral del sistema endomembranoso celular.
El aparato de Golgi está compuesto por uno o varios dictiosomas, que son agrupaciones paralelas de sáculos discoidales llamados cisternas, junto con numerosas vesículas de secreción. Cada dictiosoma suele tener entre cuatro y ocho cisternas.
El aparato de Golgi presenta una clara polaridad, con dos caras distintas en estructura y función:
Una vez que el contenido molecular llega a la cara trans, se concentra y se acumula en el interior de nuevas vesículas, que pueden ser de dos tipos: