Portada » Historia » La Era de Franco: Dictadura, Guerra Civil y Transformación de España (1936-1975)
El Franquismo fue un régimen autoritario liderado por Francisco Franco que se instauró en España tras la Guerra Civil (1936-1939) y se mantuvo hasta su muerte en 1975. Los textos proporcionados reflejan algunos de los principales fundamentos ideológicos y políticos del régimen, así como su evolución en el contexto europeo y sus relaciones internacionales.
Los textos resaltan algunos de los pilares ideológicos del Franquismo:
Autoritarismo y personalismo: Franco es presentado como el líder supremo («Caudillo Generalísimo»), sin división de poderes, lo que refleja el carácter dictatorial del régimen.
Nacionalismo y unidad: Se enfatiza la idea de «España Una, Grande y Libre», destacando la eliminación de los partidos políticos y los movimientos separatistas.
Anticomunismo y anti-liberalismo: El régimen se autodenominó «nacional-sindicalista», rechazando las ideologías democráticas y comunistas, en sintonía con el fascismo europeo de la época.
Catolicismo como base del Estado: Aunque no se menciona directamente en los textos, el Franquismo se apoyó en la Iglesia Católica para legitimar su autoridad y establecer un fuerte vínculo entre el Estado y la religión.
El Franquismo surgió en un momento en el que Europa estaba marcada por el ascenso de los regímenes totalitarios, como el fascismo italiano y el nazismo alemán. Aunque España no participó directamente en la Segunda Guerra Mundial, Franco mantuvo relaciones con las potencias del Eje en los primeros años. Sin embargo, tras la derrota de Hitler y Mussolini, el régimen español se distanció del fascismo para asegurar su supervivencia.
A lo largo de las décadas, el Franquismo evolucionó institucionalmente:
Primeros años (1939-1959): Autarquía y aislamiento internacional. España quedó aislada tras la Segunda Guerra Mundial debido a su cercanía con las potencias fascistas, lo que obligó al régimen a desarrollar una economía autárquica y a sufrir un fuerte aislamiento internacional.
Apertura y tecnocracia (1959-1975): Con el Plan de Estabilización de 1959, el régimen comenzó a abrirse económicamente al exterior, atrayendo inversiones extranjeras y favoreciendo el crecimiento económico.
El Franquismo tuvo una relación complicada con la comunidad internacional:
En los años 40, sufrió aislamiento por su vinculación con las potencias del Eje.
En los años 50, con el inicio de la Guerra Fría, EE. UU. y otros países occidentales comenzaron a verlo como un aliado contra el comunismo, lo que llevó a acuerdos como los Pactos de Madrid (1953).
En los años 60 y 70, España mejoró sus relaciones con Europa y buscó modernizar su imagen, aunque siguió siendo una dictadura hasta la muerte de Franco en 1975.
En resumen, los textos reflejan el espíritu del Franquismo, exaltando su carácter autoritario, nacionalista y antiliberal, mientras que su evolución histórica estuvo marcada por un proceso de institucionalización que le permitió adaptarse a los cambios en el contexto internacional.
Durante la guerra, los relatos históricos fueron politizados: los sublevados justificaban su rebelión y los republicanos legitimaban su causa. Tras la victoria franquista, se impuso la versión oficial del régimen. Con la Guerra Fría, algunos historiadores presentaron a Franco como defensor contra el comunismo. A partir de los años 50-60, historiadores extranjeros (hispanistas) y, más tarde, españoles, iniciaron estudios más objetivos. Tras la muerte de Franco, en democracia, la investigación sobre la guerra se intensificó.
El conflicto comenzó tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936, lo que generó temor en los sectores conservadores y militares, que consideraban que la República se estaba acercando a una revolución comunista. En marzo, generales africanistas como Mola, Sanjurjo y Franco iniciaron la conspiración para derrocar al gobierno republicano.
El golpe de Estado se llevó a cabo el 17 de julio de 1936 en Marruecos y el 18 de julio en la península. Mientras que algunas regiones, como Navarra, Castilla la Vieja y parte de Andalucía, cayeron en manos de los sublevados, otras, como Madrid, Cataluña y Valencia, resistieron. Esto convirtió el golpe en una prolongada guerra civil.
Campaña del Estrecho (julio-agosto 1936): Las tropas franquistas en Marruecos, sin medios navales suficientes, recibieron apoyo aéreo de Alemania e Italia para cruzar a la península.
Campaña de Madrid (septiembre 1936-marzo 1937): Madrid se convirtió en un bastión republicano, resistiendo ataques sucesivos en la carretera de La Coruña, el valle del Jarama y Guadalajara. Esta última batalla supuso la derrota de las tropas italianas enviadas por Mussolini.
Campaña del Norte (abril-octubre 1937): Franco dirigió su ofensiva hacia el norte industrializado. Se produjo el bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor alemana, y en octubre toda la Cornisa Cantábrica quedó bajo control franquista.
Campaña de Aragón y el Ebro (1937-1938): Batallas clave como Belchite y Teruel marcaron esta fase. La Batalla del Ebro (julio-noviembre 1938) fue el último intento republicano de cambiar el rumbo del conflicto, pero terminó en una derrota decisiva.
Última fase (1938-1939): La caída de Cataluña en enero-febrero de 1939 dejó a la República sin opciones. Un golpe interno contra Negrín intentó negociar la paz, pero Franco solo aceptó la rendición incondicional. Madrid cayó el 28 de marzo, y la guerra finalizó oficialmente el 1 de abril de 1939 con la victoria franquista.
Demográficas: Se estima que más de 300.000 personas murieron en combate, además de 300.000 exiliados, principalmente a Francia y América Latina. La represión tras la guerra sumó miles de fusilamientos y encarcelamientos.
Económicas: España quedó devastada y sumida en el aislamiento internacional. La reconstrucción fue lenta, y la autarquía impuesta por Franco hasta los años 50 agravó la crisis económica.
Sociales y políticas: Se instauró una dictadura que duró hasta 1975, caracterizada por la represión de opositores, la censura y el exilio de intelectuales y científicos. El Franquismo eliminó libertades democráticas y estableció un modelo basado en el autoritarismo, el nacionalismo y el catolicismo.
En conclusión, la Guerra Civil no solo destruyó el sistema republicano, sino que marcó el destino de España durante décadas, con una dictadura que moldeó la sociedad y la política hasta la transición democrática.