Portada » Medicina y Salud » Recogida y Examen Bioquímico de Muestras de Orina
La orina constituye una muestra de fácil obtención, de carácter no traumático para el paciente. El estudio de las muestras de orina se aborda desde dos puntos de vista: el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades renales o del tracto urinario, y la detección de enfermedades metabólicas o sistémicas no directamente relacionadas con el sistema urinario.
Para una correcta recogida de muestras, es fundamental:
El método más adecuado para llevar a cabo la recogida de una muestra de orina debe tener en cuenta:
Es esencial que la muestra cumpla las siguientes reglas básicas:
Para el estudio químico y microscópico, se utiliza generalmente una muestra obtenida por micción. La concentración de solutos y elementos formes varía a lo largo del día y depende de la ingesta de líquidos. La primera muestra de orina eliminada por la mañana al levantarse es más concentrada y se utiliza para analizar el pH, la densidad, albúmina, glucosa, acetona, bilirrubina, urobilinógeno, así como para el examen microscópico.
Para muchas pruebas cuantitativas se utiliza una muestra de 24 horas, aunque también se recogen muestras de 2 y 12 horas. La utilidad de las muestras de 24 horas es determinar sustancias como cobre, glucosuria, ácido úrico, urea, iones, porfirinas, proteínas totales, ácidos grasos, aclaramiento de creatinina, calcio, fósforo, etc. Siempre que sea posible, en el periodo de recogida de una muestra de 24 horas, hay que restringir la ingestión de líquidos y evitar la de alcohol, ciertos alimentos y fármacos.
Para recoger la muestra, se le indica al paciente que vacíe su vejiga a las 8 h de la mañana o en un momento apropiado al levantarse, y que deseche esa orina. El paciente debe recoger toda la orina siguiente durante 24 h, incluida la de las 8 h de la mañana siguiente, en un recipiente adecuado que se le suministrará y que conservará en el frigorífico.
Para los cultivos de bacterias, micobacterias, hongos y virus, se emplean muestras de orina de emisión limpia. Para la detección de Schistosoma y Onchocerca se usan muestras de 24 horas. Para la realización de urocultivos, se prefiere la primera orina de la mañana.
El examen bioquímico de la orina permite detectar la presencia y cantidad de diversas sustancias que pueden indicar trastornos.
Las proteínas aparecen en la orina cuando el glomérulo no bloquea adecuadamente el paso de proteínas desde el plasma al filtrado glomerular. En orinas normales, la cantidad de proteínas excretadas es de 40 a 80 mg diarios. La albúmina representa aproximadamente un tercio del total, y los dos tercios restantes son globulinas. Si la cantidad de proteínas excretadas aumenta, se produce proteinuria.
La albúmina es un componente normal del plasma que aparece en la orina solo en cantidades mínimas, ya que sus moléculas son grandes para atravesar los poros de las paredes de los capilares renales. La presencia de albúmina excesiva en la orina indica un aumento en la permeabilidad de la membrana glomerular. Otras proteínas, como las globulinas y el fibrinógeno, pueden aparecer en la orina en ciertos trastornos.
La orina normal carece de glucosa o la contiene en cantidades tan bajas que se considera ausente para fines clínicos. La presencia de glucosa en orina se denomina glucosuria. La causa más común de glucosuria es la hiperglucemia. La glucosa se filtra en la cápsula de Bowman y después se transporta de nuevo a la sangre en los túbulos renales.
Una causa no patológica es la glucosuria transitoria o alimentaria, que no se considera patológica. Puede ser causada por estrés emocional, que estimula la secreción excesiva de adrenalina, la cual a su vez estimula la degradación de glucógeno y la liberación de glucosa hepática. La causa patológica más común de glucosuria es la diabetes mellitus.
Los cuerpos cetónicos (ácido acetoacético, ácido beta-hidroxibutírico y acetona) se sintetizan en el hígado y se metabolizan por completo, de forma que en la orina aparecen en concentraciones mínimas. Si se detectan cuerpos cetónicos en la orina, se habla de cetonuria. Las causas incluyen ayuno prolongado y diabetes mellitus descompensada.
El hígado oxida volúmenes excesivos de ácidos grasos, y los cuerpos cetónicos resultantes se filtran del plasma hacia la cápsula glomerular.
La hemoglobina no aparece en orinas normales. Si aparece, se denomina hemoglobinuria. Las causas pueden ser enfermedad renal o anemias hemolíticas.
Los pigmentos biliares son la bilirrubina y la biliverdina, que proceden de la degradación fisiológica de la hemoglobina. Existen dos tipos de bilirrubina:
Los pigmentos biliares aparecen en la orina en caso de ictericia obstructiva y hepatitis. La bilirrubina es un producto de la lisis de los eritrocitos y de la degradación de la hemoglobina por parte de las células de Kupffer. Se transporta a las células del hígado gracias a la albúmina y recibe el nombre de bilirrubina libre, no conjugada o indirecta. Cuando llega al hígado, la albúmina se separa y la bilirrubina se combina con ciertas sustancias de los hepatocitos, denominándose entonces bilirrubina conjugada o directa. El hígado la secreta en los conductos biliares, de los cuales pasa al intestino delgado. Las bacterias del intestino grueso convierten la bilirrubina directa en urobilinógeno, que confiere a las heces su color característico.
La concentración urinaria anormal de bilirrubina es la bilirrubinuria. Los valores normales de bilirrubina total permiten descartar una disfunción hepática significativa o eritrólisis excesiva. El aumento hace necesario practicar pruebas que diferencien la bilirrubina conjugada de la no conjugada.
La bilirrubina conjugada pasa al intestino a través de los conductos biliares. En el intestino se transforma en urobilinógeno, que puede excretarse por el riñón en forma de urobilina o bien por las heces como estercobilinógeno. Cuando aumenta en orina, se debe a anemias hemolíticas y hepatitis.
Una parte del urobilinógeno que se forma en el intestino grueso se excreta con las heces, mientras que el resto se absorbe y regresa al hígado. Un pequeño porcentaje del urobilinógeno absorbido sale del hígado y pasa a la circulación general. Los riñones procesan esta sustancia; las células de los túbulos no reabsorben activamente el urobilinógeno filtrado, lo que puede dar lugar a urobilinogenuria si su concentración plasmática es elevada.
Su aparición en orina indica la presencia de bacterias (bacteriuria) capaces de reducir los nitratos ingeridos en la dieta a nitritos.