Portada » Psicología y Sociología » Psicología y Sociología: Atención, Percepción, Memoria, Inteligencia, Pensamiento, Afectividad, Voluntad y Conciencia
La atención es un proceso complejo, responsable de filtrar información y de la adaptación del individuo a su entorno; tiene como manifestaciones externas la mímica y los movimientos.
Es la respuesta inmediata de los órganos de los sentidos ante un estímulo, lo que permite al individuo relacionarse con su entorno y, con ello, generar experiencias.
Es la capacidad del organismo para darse cuenta de la existencia de algún objeto o acto y permite elaborar e interpretar la información del entorno.
Estudios experimentales manifiestan que toda percepción es más que la suma de un conjunto de sensaciones, una «vivencia» compleja que funde elementos intelectuales, afectivos y conativos, en un acto psíquico dinámico y global y que los esquemas perceptivos (agrupación de elementos percibidos) son esencialmente subjetivos. Un factor que condiciona la precisión de la percepción es la fatiga psíquica del perceptor, quien tiene variaciones en capacidad de aprehensión de estímulos: mayor por la mañana y que disminuye bajo influencia de la digestión. He aquí algunos resultados concretos de experimentos acerca de fidelidad de percepciones:
La relación entre tendencia afectiva y percepciones no es siempre directa: no solo vemos las cosas como quisiéramos que fuesen si no, a veces, inversa: como quisiéramos que no fuesen. Tendencias afectivas poderosas son capaces de dar alucinación (percepción de algo que no existe y se considera como real); si su intensidad es menor, deforma la percepción, dando una ilusión (percepción errónea a partir de un objeto real). Los deseos positivos o negativos (miedo de que algo ocurra) pueden generar la «sugestión de la espera»: la conciencia anticipa y da por realizado lo que aún no lo ha sido o solo lo ha sido en parte.
En virtud del hábito, completamos las percepciones de la realidad para que nuestro juicio se dé por satisfecho y acepte la presencia del todo. En rigor de la realidad percibimos su caricatura subjetiva, sobre todo tratándose de personas, generalmente reconocidas en virtud de elementos prepotentes, lo que explica las dificultades de un testimonio cuando alguien -poco al corriente de la Sicología- interroga acerca de detalles no esenciales que pasaron totalmente inadvertidos.
Para evidenciar lo fragmentariamente que percibimos detalles de personas, basta con que entre amigos se pregunte el color de traje o zapatos de un amigo en la anterior reunión. No habrá acuerdo. Y si se va a detalles finos (¿sortijas? ¿corbata?), en medio de lagunas enormes no concordantes, lo que uno recuerda perfectamente el otro lo ha olvidado perfectamente también.
Podemos pasar horas en habitación conocida sin darnos cuenta de que han sido cambiados de sitio, o han desaparecido, algunos objetos de ornato. Podemos leer un libro cualquiera sin notar una sola errata de imprenta, a pesar de que abunden. La razón es sencilla: ni en la habitación ni el libro nos interesa contemplar cuadros o reconocer erratas a menos que exista determinado propósito que dirija la atención a un estimulo o situación considerado en sus distintos aspectos.
También, el pasado interviene más que el presente en las percepciones. Un cambio de conducta puede ser notado antes por las personas que no tienen intimidad que por los familiares del sujeto; estos, por su mayor hábito de tratarle, tardan más en desprenderse del concepto formado (independientemente que sea bueno o malo).
Función psíquica que permite al ser humano fijar, conservar, evocar y reconocer hechos, experiencias e impresiones vividos o las imágenes que se formaron al percibir la realidad.
Así como la tendencia afectiva altera las percepciones -vemos las cosas como quisiéramos que fuesen o como quisiéramos que no fuesen- pudiendo dar alucinaciones o ilusiones, también puede perturbar la evocación; es la «amnesia emocional»: incapacidad de recordar lo referido al hecho desencadenante del choque psíquico; una laguna de memoria se extiende hasta que el tiempo o la intervención terapéutica consiguen, de a poco, hacer emerger recuerdos de percepciones que han conmovido mecanismos emocionales de repugnancia, remordimiento u horror, y el olvido cumple un fin de defensa psíquica, Hay que descartar, desde luego, los casos en los que ha existido trauma físico, pues en ellos la amnesia ya no es emocional, sino conmocional.
Como casi todo interrogatorio judicial es sobre situaciones que implican intensos choques emocionales, se comprende la frecuencia con que la amnesia emocional se presenta. En tal caso resulta equivocado el procedimiento de quienes creen obtener datos aprovechables mediante amenazas o sugestiones; cuando un interrogado dice «no recuerdo», plantea el dilema si no recuerda o no quiere expresar su recuerdo. Aunque se cree que cuanto más emotiva una situación tanto mejor ha de ser recordada, hay detalles que se olvidan involuntariamente, en bloque o de modo fragmentario, porque la represión actúa de modo inconsciente. En tales condiciones, cuantos más esfuerzos se intente para vencer su olvido, tanto más lo afianza, de modo igual a que cuantos más esfuerzos haga para deshacer un preso sus ligaduras, más profundamente penetrarán estas en su carne.
Quien dude de esta paradoja, la comprenderá si se fija en que a veces ha olvidado un nombre corriente, a pesar de tenerlo «en la punta de la lengua», el que solo surge espontáneamente al cabo de un tiempo, cuando probablemente ya no era útil su evocación y no tenía por qué despertarse la tendencia afectiva que la reprimía, fenómeno de «inhibición paradójica», signo de fatiga neuronal.
Testimonios referentes a datos cuantitativos son más imprecisos que los cualitativos: existe tendencia a sobreestimar los números inferiores a diez y las pausas menores de un minuto mientras se subestiman las pausas superiores a diez minutos y los números o espacios grandes. En testimonios referentes a hechos acaecidos más de 6 años antes, se tiende a acortar el tiempo de acaecimiento. El sujeto, al darse cuenta de la pobreza de sus recuerdos, los completa utilizando asociaciones relacionadas con ellos; esto hace que, aun con su absoluta buena fe, el resultado de la evocación se halla tan distante de la realidad hasta el punto de resultar prácticamente inútil para la reconstitución de la verdad objetiva.
Nuestro Código Penal, en el art. 32, tipifica que nadie podrá ser reprimido por un acto previsto en la Ley como infracción, si no lo hubiere cometido con voluntad y conciencia; el art. 34 tipifica la perturbación mental absoluta donde no es responsable quien, en el momento en que se realizó la acción u omisión, estaba imposibilitado de entender o de querer. Si el acto ha sido cometido por un alienado mental, es inimputable pero requiere de internamiento psiquiátrico; pero el art. 35 tipifica la perturbación mental relativa: quien, en el momento de realizar el acto delictuoso estaba, por enfermedad, en un estado mental que disminuía su capacidad de entender o de querer, responderá por la infracción cometida, con pena disminuida; la persona es imputable.
Es «la aptitud que nos permite recoger información de nuestro interior y del mundo que nos circunda, con el objetivo de emitir la respuesta más adecuada a las demandas que el vivir cotidiano nos plantea»; depende de la dotación genética y de las vivencias. Haggerty la conceptúa como: «Un grupo complejo de procesos mentales definidos tradicionalmente como sensación, percepción, asociación, memoria, imaginación, discernimiento, juicio y razonamiento»
Inteligencia Emocional: Se hizo popular gracias a Daniel Goleman, con su libro: Emocional Intelligence (1995). Se organiza en torno a cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación y gestionar las relaciones. La inteligencia emocional es la capacidad de comprender emociones y conducirlas, de manera que podamos utilizarlas para guiar nuestra conducta y nuestros procesos de pensamiento, para producir mejores resultados. (Antonio Montano Valle)
Para Gardner, los humanos contamos, en distinta medida, con 8 tipos de inteligencia:
Normales: Se ha determinado como inteligencia normal la que posee el 75% de una población. Al cociente intelectual entre 80 y 120. La que está por encima, se denomina inteligencia sobre el promedio; y, los otros, inteligencia bajo el promedio o débiles mentales.
Anormales: Dentro de este grupo se encuentran:
También conocido como retraso o deficiencia mental, es una afección que se diagnostica antes de los 18 años de edad y supone que quien lo padece presenta un funcionamiento intelectual por debajo del promedio, el que se acompaña de notables limitaciones adaptativas. Sus niveles son:
Mientras más bajo el CI, mayor tendencia a actos violentos: asesinatos, violaciones delitos contra la propiedad. Es muy probable que el delincuente débil mental sea sorprendido más fácil que el de inteligencia normal o superior.
Mientras más alto el CI, el delito es con engaño o con sorpresa. Aquí están los delitos de cuello blanco, que no deja rastro ya que previene resultados de su acción, fuga, fabricar una coartada.
Una persona con un coeficiente intelectual más alto de lo normal, que sufrió algún trauma en la infancia como abuso sexual o maltrato físico o psicológico. Debido a su singular inteligencia, es capaz de perpetrar numerosos asesinatos antes de ser descubierto, y no muestra arrepentimiento por sus actos.
Autor: El FBI, ha categorizado a los asesinos seriales en organizados y desorganizados.
pueden tardar años en realizar un asesinato. A veces para encubrirse, involucran a otras personas en su planificación.» Algunos asesinos en serie se esfuerzan por hacer sus crímenes difíciles de descubrir, como por ejemplo falsificando notas de suicidio. El caso de Harold Shipman, un médico de cabecera británico, en el que su posición social y ocupación eran tal que le permitía simular las muertes de sus víctimas, considerando que morían por causas naturales; entre 1971 y 1998 mató por lo menos a 250 de sus pacientes más viejos; y hasta muy poco antes de ser descubierto aún no se sospechaba de él.
Cómplice: Existe alto porcentaje de delincuentes débiles mentales; «su alto grado de sugestibilidad, les empuja a menudo a entrar, como simples secuaces, sin responsabilidad de mando o decisión, en las pequeñas pandillas de delincuentes que pueblan el submundo de criminalidad de las grandes metrópolis».
Es una actividad mental que permite manipular la información a través del procesamiento, comprensión, capacidad para recordar y para comunicar, lo que permite relacionar dos o más ideas de forma que se obtenga una nueva.
Tiene un proceso a través de análisis y síntesis y de generalización y abstracción.
El análisis se refiere a la búsqueda de características y cualidades, separar las partes de un todo para que identifiquen un objeto; la síntesis es lo inverso: recomponer características y buscar objetos a quienes se puede aplicarlas.
La abstracción consiste en aislar una cualidad de otra, por ejemplo: negro, duro, alargado, etc; la generalización consiste en aplicar las características abstraídas a nuevos objetos o hechos; por ejemplo: las cualidades negro, duro, alargado se pueden aplicar a un clavo, a un tubo, etc.
Acto intelectual mediante el cual comparamos dos conceptos y afirmamos o negamos el uno del otro.
Búsqueda de justificación para algo que poseemos ya como una conclusión; cabe recalcar que nuestro razonamiento no busca descubrir la verdad si no confirmar lo que nosotros creemos es la verdad.
Es una concepción absurda y contraria a la realidad. Son representaciones equivocadas, resistentes a la argumentación lógica. Las ideas falsas son tomadas como verdaderas por el enfermo. Así, tenemos:
La afectividad es un conjunto de emociones, estados de ánimo y sentimientos que dan vida y color a los actos humanos, incidiendo en el pensamiento, la conducta, la forma de disfrutar, de sufrir, sentir, amar, odiar e interaccionando íntimamente con la expresividad corporal. Por tanto, confiere una sensación subjetiva y contribuye a orientar la conducta hacia objetivos, influyendo en toda la personalidad.
Son reacciones vivenciales que se acompañan de manifestaciones motoras y fisiológicas, donde el estímulo puede ser real o imaginario, simbólico o desconocido. Generalmente tienen corta duración. Conductualmente, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno y nos impulsan hacia ciertas personas, objetos, acciones, ideas y nos alejan de otros.
Reacción a través de la cual la persona tiene acceso consciente al estado anímico propio. El cauce por el cual se solventa puede ser físico y/o espiritual. Esta respuesta está mediada por neurotransmisores (dopamina, noradrenalina, serotonina). Forma parte de la dinámica cerebral y capacita para reaccionar a los eventos de la vida diaria.
Estados de gran carga afectiva y duración, que influyen sobre el pensamiento lógico del individuo, generando una sensación irresistible frente a un hecho.
No es una situación emocional. Es un estado, una forma de permanecer, cuya duración es prolongada y destiñe sobre el resto del mundo psíquico. Los estados de ánimo suelen tener determinada valencia, buen y de mal estado de ánimo; activado o deprimido. El sujeto experimenta y expresa sensaciones persistentes que son percibidas por quienes le rodean; se habla de eutimia o humor normal, contrapuesto a la distimia o estado no placentero. Se diferencia de las emociones en que es menos específico e intenso, más duradero y menos activado por un estímulo, por lo que puede durar horas o días.
Facultad de decidir y ordenar la propia conducta, que se expresa de forma consciente en el ser humano para realizar algo con intención con un resultado.
En el ámbito jurídico, se define como la aptitud legal para querer algo. Es uno de los requisitos de la existencia de los actos jurídicos.
Se consideran cinco pasos para realizar un acto voluntario, que se suceden unos a otros, así:
de impulso cuando los procesos de la voluntad no se desarrollan en forma ordenada y pasan directamente a la ejecución.
Presenta un conflicto de ideas contrapuestas y una de ellas es considerada como absurda por el paciente, que dice “no debo pensar tal cosa a imaginar tal otra” pero no puede dejar de hacerlo.
Suficiencia de una persona que se percibe a sí misma en el mundo; es un juicio de la razón por el que el hombre reconoce la bondad o maldad de un acto.
Se considera como estado normal, aquel que pasamos la mayor parte de las horas de vigilia. Cualquier cambio cualitativo es considerado como un estado alterado, ya que las funciones psíquicas se manifiestan de modo diferente.
Dentro de las perturbaciones de la conciencia están:
Los
ojos abiertos permiten sortear obstáculos pero no existe estado de conciencia.
No se puede entablar conversación, aunque puede darse que el sonámbulo hable
espontáneamente, en forma ininteligible. Existe amnesia posterior al suceso. Se
pueden consumar actos ilícitos. Los episodios pueden durar entre 5 y 30
minutos. Algunos relacionan el sonambulismo con patologías como la histeria y
la epilepsia.
Hipnosis:
Estado de elevada sugestibilidad, provocado por otra persona, que coarta la
voluntad del hipnotizado. La personalidad permanece intacta y nada se hace que
no corresponda a ella: al trance hipnótico no accede cualquiera ya que se
produce un trastorno de la voluntad, quedando el hipnotizado en situación de sumisión
y, luego, experimenta cierta amnesia de lo ocurrido. Desde el punto de vista
penal, la hipnosis se sitúa como una perturbación lindante entre la inhibición
de la libre voluntad por sugestión y la resistencia que pueda oponer el sujeto.
Estados
de conciencia alterados.
La
alteración de la conciencia es una constante que aparece en la mayoría de
problemas psiquiátricos, origen afectivo y en gran cantidad de problemas
médicos.
Estado
Crepuscular: El individuo no se da cuenta del ambiente que le rodea. Puede
realizar actos impulsivos y recuerda como un sueño muy borroso todo lo
ocurrido. Este estado puede durar minutos o días. Se presenta en la
personalidad histriónica, epilepsia y psicosis alcohólica.
Estupor:
Desconexión con el mundo externo a la que se suma una pérdida del movimiento
voluntario, en el cual la persona no reacciona sino a los estímulos simples:
ruido, olor fuerte, pincharlos o perforarlos
Coma:
Es producto de lesiones estructurales del sistema nervioso, la conciencia casi
ha desaparecido totalmente; al acentuarse a coma profundo, hay una pérdida
total de la conciencia.
LA
PERSONALIDAD Y SU VALORACIÓN JURÍDICA
La
personalidad es un conjunto dinámico de características psíquicas de una
persona, que determina que actúe de manera propia ante una circunstancia. En el
campo jurídico la valoración de la personalidad tiene que ver con la
criminología y con las circunstancias sicológicas de las víctimas
Criminalidad crónica
Los
psicoanalistas la identifican en acciones criminales de individuos proclives a
la delincuencia por la estructura de su aparato psíquico
CLASE |
CAUSA |
Causas tóxicas u |
La función del Yo está desconectada; son |
Condicionadas |
Acciones criminales por motivos |
No neurótico con |
Individuos adaptados a su moral propia, que |
Criminal genuino |
Se encuentra al nivel del hombre primitivo, |
Criminalidad Accidental
CLASE |
CAUSAS |
Delitos por |
Cuando el Yo está con la atención fija en |
Delitos de |
Dolor real que lesiona fuertemente el |
Sugestión.- Término sicológico que define cuando personas, medios de
comunicación o libros manipulan conceptos y emiten información para guiar
pensamientos, sentimientos o comportamientos de otras personas. En el campo
jurídico, significa influir en desencadenar una conducta criminal por la
concurrencia de hechos adecuados para que esta se dé.
Instigación.-
Determinación intencional hacia otra persona para que cometa un delito. No es
proponer que se cometa, sino promoverlo en alguna forma, valiéndose de la
excitación o de los instintos de la persona a quien se instiga.
Sugestión
de masas.- Cuando los individuos en colectivo obran, crean o destruyen
según el interés del sugestionador. Al establecer un paralelo entre la
sugestión que recibe un hipnotizado y la de una multitud, esta última actúa más
impetuosamente: “En la muchedumbre la personalidad consciente se desvanece,
predomina la personalidad inconsciente, hay orientación por sugestión y
contagio de sentimientos y de ideas, tendencia a transformar inmediatamente en
actos las ideas sugeridas. No es el individuo mismo, es un autómata, en quien
no rige la voluntad” (Le Bon).
La multitud lo cree todo, no distingue entre lo subjetivo y lo objetivo. La visión de un
hecho cualquiera tendría múltiples interpretaciones, según la cantidad de
individuos que lo perciben; en muchedumbre, dicha visión se deforma en igual
sentido por el contagio de sus miembros, con ello, la primera deformación
percibida por uno de los individuos, es el núcleo de la sugestión contagiosa.
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA REACCIÓN INDIVIDUAL
Constitución corporal.- Determina sentimientos de superioridad o inferioridad física
frente a una situación determinada.
Inteligencia.- La capacidad
cognitiva (C.I) determina diferencias individuales en el rendimiento y, como
donde acaba la razón empieza la violencia, distintos tipos de delitos se
relacionan con niveles intelectuales.
Carácter.-
Predisposición que hace que la personalidad de un sujeto tienda a acciones
positivas o negativas. El medio ambiente y el medio socio-familiar, modifican
al individuo desde que nace: ternura materna y seguridad del padre; calidad de
amigos o de escuela; viajes; medio político, cultural y religioso, modifican el
comportamiento heredado y repercuten en la reacción personal.
Percepción
subjetiva de la situación.- Aquí influyen motivaciones, hábitos, expectativas, recuerdos,
experiencias anteriores, cultura, aprendizaje, la propia personalidad, porque
generalmente percibimos lo que nos interesa percibir.
FACTORES QUE INFLUYEN EN LA REACCIÓN SOCIAL
Familiar: Familias con problemas de índole socioeconómica (bajos ingresos,
poca cultura, aislamiento social) o en su dinámica funcional (dificultades
comunicativas y de relación, métodos de crianza inadecuados) generan más
fácilmente conductas delictivas.
Económico.- La riqueza y la pobreza influyen por causas distintas. En el caso
dela pobreza, carecer de medios
indispensables para satisfacernecesidades, puede crear un estado emocional susceptible de
transformarse en sentimiento de inferioridad y de frustración o de rebeldía
constante que suele traducirse en frecuente violación a las leyes e irrespeto
hacia las autoridades que pueden desencadenar en perpetración de delitos; en el
caso de riqueza, las personas tienen poder y, por ambición, buscan obtener mayor
riqueza por medios ilícitos como fraudes financieros y de tráfico de drogas,
personas o armas; a estas personas se les conoce como delincuentes de cuello
blanco.
Político.- La crisis
política es factor criminógeno directo -cuando el gobierno es ineficaz o
corrupto, lo que puede constituirse en factor inmediato de producción de
conductas delictivas- o indirecto, en la medida en que cree condiciones
favorables a la conducta delictiva y no tome medidas de prevención contra el
abuso de corporaciones privadas que interactúan con funcionarios altos en el
gobierno.
Educativo.- La falta de educación genera conductas antisociales, debido a que
el bajo nivel de educación conlleva a carencia de oportunidades en la sociedad.
Ambiente socio-cultural.- Puede delinquir tanto aquel
individuo acomodado económicamente como aquel que sufre pobreza, en el un caso
puede llevarle a cometer delitos la falta de amor, atención y valores dentro de
la familia y, en el otro, la búsqueda de satisfacer sus necesidades.
CELOS
E IRA
Celos
Inspirados
en duda e inseguridad, que motivan rabia y sentimientos destructivos altamente
criminógenos. Están relacionados con el amor ya que quien ama permanece en
estado de alerta hacia la otra persona: son saludables (románticos) en pequeñas
dosis pero al ser excesivos son catalogados de enfermizos debido a que pueden
causar dolor irremediable.
Los
celos provocan que el sujeto se sienta vulnerado y busque un sobre dominio para
la persona objeto de sus celos como privarla de la libertad, aislarla, seguirla
al trabajo, buscar una evidencia de traición, etc. También se incluyen
problemas como la autoestima baja, a pesar de que parece lo contrario,
provocando dificultad para valorarse a sí mismo.
Los
celos pueden llegar a agresividad verbal o física: cuando la persona con celos
interpreta que la están engañando, reaccionará de forma agresiva y
recriminante.
Los
sujetos actúan de acuerdo con su personalidad y enfrentan esta realidad con
estos tipos de comportamiento:
*
Implorante: llama a la compasión e implora cariño; es cobarde, se queja sin
motivo, hasta agotarse y lograr que su pareja termine con sentimientos de
culpa. Con agresividad latente, espera el instante propicio para desquitarse.
*
Indiferente: introvertido, orgulloso, sufre si demostrarlo; hermético, no
comenta con nadie y suprime las relaciones sexuales. O se encierra a sí o huye
al hogar de origen.
*
Recriminante: es común la ironía y la risa sarcástica. Impone un amor tiránico
y orgulloso que puede llegar a la agresión física. Caracteriza a personas
impulsivas o dominantes.
*
Resignado: se considera mártir; en su estado depresivo, se retira de manera
silenciosa y puede intentar suicidarse dejando una carta en la que pide a su
familia perdón por su conducta y conformidad para no acusar a nadie.
*
Vengativo: aplica la Ley del Talión: a infidelidad supuesta, infidelidad real;
no importa con quién sea, lo importante es provocar celos en su pareja, real o
supuestamente infiel.
*
De superación: en forma inteligente, procura ganarse y recuperar el cariño y
respeto de su pareja, sin darse por vencido en su amor. Es el tipo de reacción
menos común.
Los
celos patológicos constituyen una fuerza autodestructiva: el sujeto
«vive» en un estado de infelicidad, en función de sus miedos y
sospechas de engaño, en un estado ansioso que se caracteriza por el miedo a la
posibilidad de perder lo que considera que tiene o debiera tener (amor, poder,
imagen profesional o social). Los
celos
provocan que el sujeto se sienta vulnerado y busque un sobre dominio sobre la
persona objeto de sus celos como privarla de la libertad, aislarla, seguirla al
trabajo, buscar una evidencia de traición, etc.
Los
celos como factor atenuante.-
Art.
35 del C.P: Quien, en el momento de realizar el acto delictuoso estaba, por
razón de enfermedad, en tal estado mental que, aunque disminuida la capacidad
de entender o de querer, no le imposibilitaba absolutamente para hacerlo,
responderá por la infracción cometida, pero la pena será disminuida como lo
establece este Código.
Se
requiere de los siguientes requisitos:
1.
Debe tener un fundamento racional 2. La ofensa debe ser comprobable, voluntaria
e injusta 3. No es indispensable que la reacción sea inmediata 4. La reacción
del ofendido depende de su personalidad.
Ira
Es
una forma de respuesta de las personas hacia problemas, peleas, amenazas, que
conllevan irritabilidad y resentimiento; existen tres tipos de ira:
*
Precipitada y repentina.
*
Estable e intencionada.
*
Impotencional
El
primero y segundo tipo son episódicos mientras que el tercer tipo se encuentra
relacionado más a rasgos de carácter. En la sociedad moderna la ira es vista
como una respuesta inmadura o incivilizada a la frustración, puede agravar enfermedades
de salud mental como la depresión clínica o provocar paranoia y prejuicio.
Hay
dos fenómenos en la ira: el somático y el sicológico; el primero incluye
aumento en el ritmo cardio-respiratorio y la presión sanguínea, por incremento
en los niveles normales de adrenalina, e incluyen cambios en expresión facial,
lenguaje corporal, respuestas fisiológicas -que incluyen micción y defecación
involuntarias, insomnio y anorexia- y actos públicos de agresión; el segundo
tiene efectos importantes para el Derecho por manifestaciones como:
obnubilación de conciencia, impulsividad, automatismos y pérdida de la memoria
o conciencia o conjuntamente y respuestas que incluyen micción y defecación
involuntarias, insomnio y anorexia.
La
ira como factor atenuante.-
Para
que la ira sea admitida como atenuante debe reunir los siguientes requisitos:
a)
Entre el acto que provoca ira y su reacción, debe existir relación de
causalidad. Se puede argumentar la ira como atenuante en homicidio,
falsedad,
lesiones a personas, injuria, violación de domicilio, etc cometidos bajo sus
efectos. La ira ocasionada por error, es admitida como atenuante.
b)
El delito debe ser impulsado por la ira y ejecutarse durante este estado
afectivo.
c)
La reacción debe ir contra la persona que ocasionó la ira y no contra terceros.
d)
No es necesario que la ira la sienta el sujeto directamente ofendido; ejemplo:
si un padre de familia ve a su hijo injustamente maltratado.
e)
Si un sujeto injuria a otro por carta, radio, TV, la reacción puede manifestarse
con posterioridad.
Caso
demostrativo:
Otavalo
2012. Tras la muerte de Johana T, de 21 años de edad, brutalmente asesinada a
golpes, familiares y amigos culparon a José Q, de 29 años, de ser el asesino,
las autoridades lo capturaron y realizaron las indagaciones.
Jaime
Jaramillo, jefe de la Policía Judicial, manifestó que personal de
Criminalística realizó el proceso de indagación y que se presume que es un
crimen pasional, pues José Q., afirmó haber sido por tres años amante de la
víctima, pese a que convivía con otra persona con la cual procreó dos hijos. El
presunto culpable es originario de La Concordia, en Esmeraldas, pero llegó a
Imbabura hace seis años.
Los
familiares de Johana piden que caiga todo el peso de la ley y explican que el
acusado era una persona que acosaba continuamente a la víctima de forma
agresiva e impulsiva. La occisa deja en la orfandad a un niño de tres años de
edad.
Luego
de la formulación de cargos se ordenó la detención por 30 días para al presunto
asesino; durante este tiempo continuarán las investigaciones del caso, mientras
se le someterá a tratamiento psicológico debido a la celotipia que presenta.
Las
autoridades policiales aclararon que José Q., durante las declaraciones
emitidas en la Fiscalía, aceptó su participación en el hecho y que habría
matado a Johana por celos, porque supuestamente la muchacha tenía una relación
con otra persona.