Portada » Tecnología » Procesos Esenciales en la Fabricación Farmacéutica: Desde la Purificación hasta la Esterilización
El agua esterilizada para preparaciones inyectables (WFI, por sus siglas en inglés) es agua para preparaciones inyectables convenientemente envasada y esterilizada. La obtención de agua para inyectables, según la Farmacopea Europea (Ph. Eur.), puede realizarse por:
Las superficies de contacto con el agua deben ser de vidrio neutro (borosilicato), de cuarzo o de metal. La primera fracción del destilado debe rechazarse.
Según la Farmacopea Americana (USP) y la Farmacopea Japonesa (JP), la WFI puede obtenerse por destilación u ósmosis inversa. La principal novedad en la normativa europea reciente es la incorporación de la producción de agua para inyectables mediante ósmosis inversa, lo que antes solo se permitía por destilación en Europa. El principal inconveniente de este sistema de producción es que no asegura el cumplimiento de los límites microbiológicos y de endotoxinas.
Por tanto, la implementación de la ósmosis inversa implica un mayor control por parte de los fabricantes, tanto en los análisis microbiológicos como en los análisis de conductividad y de carbono orgánico total (COT) del agua para inyectables, para asegurar su correcta producción. Este mayor control del agua requiere un proceso de validación riguroso, no solo global, sino también a nivel de todas las operaciones iniciales, intermedias y finales implicadas en todo el proceso.
La Real Farmacopea Española (RFE) y la USP 24 fijan como máximo 10 unidades formadoras de colonias (UFC) de gérmenes aeróbicos viables por ml y 0,25 UI/ml de endotoxinas. Con respecto al test de COT, el límite máximo se fija en 500 ppb, mientras que la conductividad se establece como límite en 1,3 µS/cm a una temperatura de 25 °C.
Existen varios modelos para predecir la solubilidad de los fármacos en mezclas de agua-cosolventes. El más utilizado, por su sencillez, utilidad y precisión de los resultados, es el modelo propuesto por Yalkowski y Rubino (1985), conocido como modelo log-lineal. Los fundamentos de este modelo son:
Los principales problemas de la pulverización son:
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Estos mezcladores están constituidos por recipientes fijos que contienen en su interior los elementos necesarios para generar e impulsar los movimientos del material que se mezcla. Dentro de este grupo destacan:
Los mezcladores de doble Z y planetarios son los más utilizados, especialmente en procesos de granulación por vía húmeda. Además, la geometría de las aspas rotatorias determina que las zonas muertas para el mezclado resulten mínimas.
Se trata de recipientes con formas geométricas diferentes que se llenan parcialmente con el material a mezclar y que efectúan un movimiento de rotación sobre un eje horizontal. El mecanismo de mezclado es de tipo difusivo y lento, lo que puede ser un inconveniente en productos cohesivos. Para evitarlo, se utilizan aspas de agitación que favorecen la mezcla. Algunos mezcladores presentan una asimetría respecto del eje de rotación con el fin de incrementar la contribución de la mezcla convectiva.
Los mezcladores en «V» son, por su versatilidad, los más utilizados a escala pequeña e intermedia, mientras que los de doble cono se usan a nivel industrial.
En estos equipos, el sólido húmedo entra en contacto térmico con una superficie caliente y la transferencia de calor se produce, mayoritariamente, por conducción. Los hornos de vacío (estáticos o móviles) son los más utilizados, especialmente si se trata de materiales sensibles al calor o al oxígeno. Estos hornos están constituidos por una cámara hermética conectada a un sistema de vacío.
Estos equipos presentan el inconveniente de que solo una parte de la superficie de las partículas recibe el calor necesario para la evaporación del agua. Por ello, el espesor del lecho de sólido debe ser el mínimo posible. Además, para facilitar que el vapor de agua se arrastre de manera más eficaz, la humedad relativa del aire debe ser inferior a la de saturación. Los más utilizados son:
Los equipos de desecación se pueden clasificar atendiendo al método de transferencia de calor y al movimiento del sólido: convección, conducción o radiación.
La separación de las partículas se produce según su velocidad de sedimentación en el seno de un fluido en reposo (líquido o gas). Estos métodos se basan en la ecuación de Stokes, que relaciona la velocidad de sedimentación con el tamaño de la partícula y las características del medio:
Los sistemas más utilizados son:
La resultante de ambas fuerzas define la trayectoria de la partícula (la distancia recorrida será mayor cuanto menor sea el tamaño de la partícula). La velocidad de entrada determina el tamaño final de las partículas.
Las partículas se mantienen en suspensión hasta que la fuerza centrífuga sea lo suficientemente intensa para que se adhieran a un tabique. Las partículas de mayor tamaño sedimentarán en los tabiques más cercanos al eje de rotación y las más pequeñas en las cámaras más externas y alejadas del eje de rotación.
Los separadores ciclónicos son un grupo especial de sedimentación por centrifugación. Estos utilizan una única cámara y un gas como fluido. Crean una corriente de aire que genera un torbellino que, a su vez, produce una corriente espiral descendente periférica y una corriente ascendente central. Las partículas más grandes son expulsadas hacia los bordes de la cámara y se recogen en el fondo de esta, mientras que las partículas más pequeñas salen con la corriente de aire que sube por el centro de la cámara.
La elutriación es un método de separación por decantación que puede considerarse una variante de los métodos de sedimentación, donde el fluido se desplaza en dirección opuesta a la sedimentación de las partículas. Las partículas se mueven verticalmente en sentido descendente y el fluido, verticalmente, en sentido ascendente. Esto origina las siguientes situaciones:
Normalmente se emplean elutriadores multietapas, que constan de varias cámaras en serie, cada una con una velocidad de flujo distinta; el fluido más habitual es el agua. Las partículas de mayor tamaño, al presentar una velocidad de sedimentación mayor, caen en la primera cámara, donde el flujo es más elevado. Las partículas de menor tamaño pasan a la siguiente cámara, donde la velocidad del fluido es menor (debido al aumento de la sección de la cámara), y así sucesivamente. Esto permite recoger distintas fracciones en función del tamaño (hasta 10 micras).
Los disolventes hidroinmiscibles se utilizan en la preparación de inyectables oleosos, cápsulas de gelatina blanda, cremas y aerosoles. Algunos ejemplos de fármacos que se formulan utilizando disolventes no acuosos son: esteroides, menadiona, calciferol y dimercaprol.
Las disoluciones oleosas para administración intramuscular tienen por finalidad disminuir la velocidad de liberación del fármaco y, de esta forma, prolongar la duración del efecto terapéutico. Por ejemplo, la flufenazina puede formularse en disolución acuosa como clorhidrato (pH de la disolución de 4,8 a 5,2) o bien utilizar el decanoato de flufenazina o el enantato de flufenazina empleando como disolvente un aceite vegetal.
La congelación es una etapa crítica de la liofilización, ya que la estructura de la fase congelada determina el desarrollo del proceso y las características del producto final. Se suele usar una temperatura de -30 °C a -50 °C y una presión atmosférica de 760 mmHg.
Si un sistema acuoso se somete a un enfriamiento progresivo, comienza a formarse hielo a una temperatura inferior a 0 °C. Este fenómeno, denominado subfusión o superenfriamiento, es necesario para que se formen los primeros cristales de hielo o núcleos de cristalización, y depende de las condiciones experimentales, de la concentración y naturaleza de los solutos.
Existen dos tipos de congelación, dependiendo de si el producto forma cristales de hielo que coexisten con una fase líquida cada vez más concentrada en soluto:
Las aplicaciones de las ciclodextrinas (CD) estuvieron restringidas en un principio por su elevado coste. En la actualidad, se han registrado más de 1000 patentes sobre medicamentos que incluyen CD, de los cuales se han comercializado más de una docena. Algunos ejemplos son:
La concentración total de ciclodextrina depende de su propia solubilidad; la concentración máxima que se puede alcanzar con las CD naturales es de alrededor de 15 mM; con las CD derivadas puede llegarse hasta los 100 mM.
La información disponible señala la presencia de más de un mecanismo, dependiendo de las características del fármaco, en concreto, su polarizabilidad e ionización. Los hechos más relevantes son:
Por lo tanto, se sugiere que el mecanismo más general de formación de complejos es el desplazamiento del agua de la cavidad de la ciclodextrina.
Las dimensiones de las partículas sólidas determinan las propiedades físicas y biofarmacéuticas de los medicamentos. La reducción del tamaño es fundamental para la transformación eficiente de las partículas sólidas en polvo, facilitando procesos como la mezcla o la producción de suspensiones.
La reducción de tamaño implica provocar la fractura de las partículas mediante la aplicación de fuerzas, lo que conlleva un aporte de energía. Tras la pulverización, no solo modificamos el tamaño, sino que también aumentamos el número de partículas, así como la superficie total.
Los materiales elásticos sufren una deformación proporcional a la fuerza aplicada. Los materiales plásticos, a fuerzas bajas, se comportan como elásticos. Sin embargo, si se aplica una fuerza que implique superar el límite elástico, la deformación será permanente y se pierde la proporcionalidad entre fuerza y deformación. La fragmentación en ambos tipos de materiales, elástico y plástico, se produce cuando se supera el punto de fractura.
En general, cuanto mayor sea la dureza del material, mayor será su resistencia a la fragmentación.
La esterilización es una operación básica que tiene como objetivo la destrucción o eliminación de los microorganismos viables de un producto. La esterilización por calor seco provoca la oxidación de proteínas y otros componentes biológicos. Este método se basa en la transferencia de calor al material a esterilizar, la cual puede realizarse por convección, radiación o transferencia directa.
Este método requiere temperaturas y tiempos de esterilización superiores a los necesarios en la esterilización por calor húmedo. Se utiliza para la esterilización y despirogenización de envases. Su aplicación a disoluciones (en general, sistemas dispersos no acuosos) se limita a algunos casos específicos como, por ejemplo, la vaselina estéril. En general, el calor seco se utiliza para la esterilización de materiales a través del proceso de incineración de microorganismos. El empleo de microondas está menos difundido.
Los tiempos y temperaturas de esterilización habituales son 120 minutos a 180 °C o 45 minutos a 260 °C. La validación del proceso se realiza tomando como indicadores biológicos el Bacillus subtilis var. niger (ATCC 9372), con un tiempo de reducción decimal de 7 minutos a 160 °C y un valor z de 22 °C.
El calor seco es el método de elección para la despirogenización de vidrio y otros utensilios termorresistentes. Los ciclos de tiempo y temperatura habituales en estos casos son 45 minutos a 250 °C o 240 minutos a 160 °C. Para la validación del proceso se utiliza la endotoxina obtenida de E. coli. La temperatura de referencia es 170 °C y el valor z es 54 °C.
La esterilización por calor húmedo se logra mediante la transferencia de calor durante la condensación del vapor de agua. El vapor de agua asegura la hidratación necesaria para que tenga lugar la coagulación de proteínas. Es el procedimiento habitual en la esterilización de disoluciones acuosas.
Se emplea en disoluciones acuosas envasadas en ampollas, viales y frascos. Los equipos operan habitualmente entre 120 y 130 °C y de 1 a 2 atm.
El sistema de librado paramétrico asegura la calidad del producto basándose en la información recogida durante el proceso de manufactura. Se basa en cuatro puntos clave:
El sistema de librado de lotes, también conocido como test de esterilidad, se basa en los resultados de crecimiento de una muestra aleatoria del producto esterilizado. No es adecuado para garantizar la esterilidad de todas las unidades debido a que las pruebas son destructivas y es casi imposible detectar la presencia de unidades contaminadas. Además, el porcentaje de falsos positivos es potencialmente alto.
Los tensioactivos son moléculas de peso molecular medio con dos regiones bien diferenciadas (anfífilas): una polar y otra no polar. Deben ser solubles en al menos una de las fases del sistema y capaces de formar monocapas orientadas en la interfaz. La concentración en la interfaz debe ser mayor que en las fases. Además, exhiben al menos una de las siguientes características:
El sorbitano (sorbida) se obtiene por deshidratación del sorbitol con pérdida de dos moléculas de agua. No obstante, en el producto comercial utilizado para la síntesis de tensioactivos también aparecen el sorbitol y el monoanhídrido. A partir del sorbitano se obtienen dos series de tensioactivos:
Los polisorbatos se comercializan bajo las marcas Tween y Crill.
HLB | Características de la dispersión acuosa | Aplicaciones | Ejemplos |
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0 – 4 | Inmiscibles en agua; no se dispersan en agua | Antiespuma | Ácido oleico (1,0), sorbitán triestearato (2,1), etilenglicol monoestearato (2,9) |
4 – 6 | Se dispersan con dificultad; tienden a separarse en dos fases | Emulsificantes W/O | Glicerol monoestearato (3,8), sorbitán monoestearato (4,7) |
6 – 9 | Dispersión de aspecto lechoso; tienden a separarse en dos fases | Emulsificantes O/W, humectantes | PEG-4 dilaurato (6,0), sacarosa dipalmitato (7,4), sorbitán monolaurato (8,6) |
9 – 10 | Dispersión estable de aspecto lechoso | Emulsificantes O/W | PEG-4 monolaurato (9,8), polisorbato 61 (9,6) |
10 – 13 | Dispersiones translúcidas o claras | Emulsificantes O/W | Polisorbato 85 (11,0), PEG-8 monoestearato (11,6), octoxinol-9 (12,8) |
13 – 40 | Disoluciones transparentes | Emulsificantes O/W, detergentes | PEG-8 monolaurato (13,1), sacarosa monolaurato (15,0), oleato sódico (18,0), oleato potásico (20,0), lauril sulfato sódico (40) |
El flujo pseudoplástico se caracteriza por la disminución de la viscosidad aparente a medida que aumenta la velocidad de cizalla. Para muchos sistemas pseudoplásticos es aplicable la ley potencial:
El parámetro n se denomina índice de consistencia. Para los fluidos pseudoplásticos, n < 1.
El modelo de Herschel-Bulkley combina el comportamiento plástico y el pseudoplástico.
Los factores que determinan el comportamiento reológico de las suspensiones son:
Condiciones:
Cuando la fase interna es deformable por la acción de la tensión de cizalla, como ocurre con las emulsiones, la viscosidad depende del cociente entre las viscosidades de las fases externa (continua) e interna, así como de la relación entre la fuerza de cizalla y la fuerza interfacial. Recordemos que la fuerza interfacial es responsable de la forma esférica de los glóbulos de una emulsión. Si la fuerza de cizalla es mayor que la interfacial, los glóbulos de la emulsión se alargan, y cuando giran barren un volumen mayor que cuando poseen forma esférica, y la emulsión muestra un comportamiento no newtoniano, incluso cuando ambas fases estén constituidas por líquidos newtonianos.
Los sistemas dispersos coloidales homogéneos son termodinámicamente estables gracias a los puentes de hidrógeno entre la fase dispersa y el agua. No obstante, se deben tener en cuenta los siguientes puntos:
Se han observado diversos fenómenos no contemplados por la teoría DLVO tal como fue desarrollada originalmente. Las dos fuerzas no DLVO de especial interés en tecnología farmacéutica son:
La adsorción de macromoléculas en la superficie de las partículas de la fase interna da lugar a una fuerza repulsiva por dos mecanismos diferentes:
Al aproximarse dos partículas, puede ocurrir la deshidratación de iones adsorbidos en la superficie que inicialmente se encuentran hidratados.