Portada » Otras materias » Primeros Auxilios: Guía para Emergencias Comunes
El origen de la hemorragia interna se encuentra fuera del alcance de quien auxilie. La sangre proveniente de la hemorragia interna puede alcanzar la superficie del cuerpo a través de la boca, el ano, la vagina, vómito con sangre o por la orina. En algunas enfermedades y heridas abdominales, se produce la hemorragia interna que no aparece en la superficie, pero que da señales y síntomas de la pérdida de sangre y puede reconocerse (estado de shock).
Como el origen de la hemorragia no puede determinarse y el auxiliante no puede detenerla, el accidentado debe ser trasladado de forma general.
Estos casos son de máxima gravedad porque es imposible determinar hasta cuándo se prolongará la hemorragia.
Se denomina fractura a la rotura parcial o total de un hueso. Si la piel sobre la fractura permanece entera, se dice que es una fractura simple. Si se produce una herida en el lugar de la fractura en la que se puedan ver los huesos rotos, es una fractura expuesta. Esta última es más seria que la simple a causa del peligro de la hemorragia y la infección. El tratamiento para una fractura expuesta consiste en detener, en primer lugar, la hemorragia, y en segundo, cubrir la herida con una venda esterilizada y luego tratar la herida como si estuviese cerrada. Las fracturas (cerradas) se tratan colocando con suavidad a la persona herida en la posición más cómoda y luego inmovilizando los huesos afectados.
Una fractura se reconoce por la deformación del miembro, por el fuerte dolor local y la pérdida de fuerza al intentar movimientos. Un herido con fractura, e incluso con luxación, no deben ser transportados sin antes inmovilizar el miembro afectado.
Es preferible poner al accidentado sobre una camilla o tabla antes que llevarlo en brazos. La inmovilización de una pierna se hace a lo largo y, la de un brazo doblándolo en ángulo recto con una mano sobre el pecho.
Se distingue por el fuerte dolor al presionar el lugar lesionado y también por la parálisis de brazos o piernas.
Se debe tener en cuenta que tratar de moverle el cuerpo puede ser mortal o traer graves consecuencias. Solo se trasladará del lugar en que se halle si hubiera inminente peligro para su vida. Se trata de mantener el cuerpo en la misma posición posterior al accidente y se lo colocará sobre una tabla, camilla o superficie plana y dura. Hay que reducir al mínimo los movimientos del herido.
Lo fundamental en la asistencia de toda herida es evitar cuanto pueda dar origen a una infección de la misma. Antes de asistir a una herida se deben higienizar las manos con agua y jabón y, de ser posible, desinfectarlas con algún antiséptico. Los apósitos que se empleen para cubrir las heridas deben ser estériles, de no tenerse, se utilizan pañuelos o telas lo más limpias posibles. Lavar la herida con agua y jabón. Si se tiene, aplicar algún desinfectante. El agua oxigenada además de ser un excelente desinfectante, tiene la ventaja que por la espuma que produce, lleva a cabo una limpieza mecánica de la herida, arrastrando consigo partículas de polvo y suciedad.
Tipos, clasificación y maneras de realizarlo.
Fracturas, esguinces, distensiones, luxaciones, desgarros musculares, etc.
Consciente e inconsciente, traslados, extricación, posiciones de espera y de shock.
Empleo de diferentes elementos para un primer auxilio básico. Improvisaciones.
Distintos tipos. Oxigenoterapia.