Portada » Magisterio » Prevención y Actuación Integral ante el Maltrato Infantil: Protección y Recursos
El maltrato infantil es un problema social generalizado. En la mayoría de los casos, sucede en el entorno familiar y el entorno social no llega a sospechar de su existencia. La Convención de los Derechos del Niño de 1989 define el maltrato infantil como: «Toda violencia, perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, mientras que el niño se encuentre bajo la custodia de sus padres, tutor o cualquier persona que lo tenga a su cargo.»
La legislación española, en el artículo 172 del Código Civil, lo define como: «Aquella situación que se produce de hecho a causa de un incumplimiento, o del imposible o inadecuado ejercicio de los deberes de protección establecidos por las leyes para la guarda de los menores, cuando estos estén privados de la necesaria asistencia material o moral.»
El Observatorio de la Infancia lo define como: «La acción, omisión o trato negligente, no accidental, que prive al niño de sus derechos y su bienestar, que amenace y/o interfiera en su desarrollo físico, psíquico y social, y cuyos autores pueden ser personas, instituciones o la propia sociedad.»
Para que una acción sea susceptible de ser considerada maltrato, deben existir los siguientes elementos:
Cuando los hechos o acciones anteriores:
En situaciones de maltrato, existen tres factores clave para evaluar la actuación de padres, tutores o instituciones. Estos factores son:
Los factores de riesgo no actúan de forma aislada, sino que interactúan entre sí, creando un contexto de maltrato multifactorial y multicausal. Los factores más importantes se ubican en:
Incluye aquellas acciones voluntarias y no accidentales que ocasionan lesiones o daño físico al menor o pueden hacerlo.
La negligencia se produce cuando no se atienden:
El grado máximo de negligencia es el abandono. Puede afectar aspectos como:
Son aquellas actuaciones que pueden provocar en el menor sentimientos negativos hacia su propia persona, como:
Se produce cuando una persona adulta utiliza a un menor para estimularse o gratificarse sexualmente. Se genera una situación de superioridad del adulto sobre el menor (víctima).
Utilización de niños/as para obtener beneficios económicos a través de su trabajo profesional (venta ambulante o mendicidad).
Es un fenómeno multicausal, influenciado por:
Las personas que tienen más posibilidades de detectar maltratos son:
Detectar significa reconocer o identificar la existencia de una posible situación de maltrato. La detección es la primera condición para poder intervenir y facilitar ayuda a la familia y al niño. La detección ha de ser precoz.
Fuentes para detectar el maltrato:
Notificar es transmitir la información sobre el supuesto caso de riesgo o maltrato infantil. La notificación se hace por escrito.
La intervención se realiza siempre desde un ámbito multidisciplinar, con la participación de:
Se pueden dar los siguientes casos:
El plan de intervención se elabora en el momento en que se confirma una situación de desprotección. El plan de intervención contempla medidas de carácter administrativo y diez aspectos fundamentales:
Cada Comunidad Autónoma dispone de sus propios recursos de intervención. Los más habituales son:
Tienen como objetivo la intervención con familias en situación de riesgo y la posibilidad de que la situación se agrave. Estos programas están especializados en diversas áreas:
Se diseña un plan de mejora que será firmado por los padres. En una primera entrevista, se exponen los recursos con los que cuenta la familia y los que están dispuestos a aportar. Se evalúa la posibilidad de mejora y se traza el plan de ayuda. Un equipo de profesionales especializados efectuará un seguimiento exhaustivo de su cumplimiento.
Estos planes de mejora son documentos en los que se exponen unos objetivos que hay que alcanzar en un período de tiempo razonable. Estos planes contemplan diversos puntos:
En la parte final se citan medidas de tipo restrictivo, siempre amparadas en la ley.
Se llevará a cabo por el equipo multidisciplinar, que informará al juez y trasladará a la autoridad competente de la Comunidad Autónoma la asunción de tutela.
La separación del menor de su familia estará justificada cuando:
La finalidad prioritaria del trabajo con familias separadas de menores es la reunificación familiar, considerada idónea para todos los casos, salvo:
El Acogimiento Familiar es una figura jurídica en la que el adulto, que puede ser o no familia extensa del niño, se hace cargo de manera temporal o permanente de su crianza y educación en casos de desprotección, con la finalidad de que el desarrollo del menor tenga lugar en un medio lo más normalizado posible.
Se le ofrece a menores de seis años o de especial vulnerabilidad, mientras se estudia su situación y se adoptan medidas más estables. Durará como máximo 6 meses. No se aconseja el ingreso en un centro del menor. Las familias colaboradoras deberán tener una formación adecuada. Se aconseja familias profesionales.
Es la medida más estable. La familia acogedora deberá colaborar con la Administración.
Se confía la guarda del menor de forma temporal a algún familiar de la familia extensa.
El acogimiento del menor tiene las mismas características que el acogimiento familiar profesionalizado. Son cinco:
Estos centros surgen de la necesidad de brindar a los menores una atención especializada. Están regulados por la Comunidad Autónoma correspondiente. En ellos se acogen a menores con discapacidad física o psicológica. El tiempo de duración en el centro estará comprendido entre tres y seis meses.
Se establece como objetivo que los niños menores de tres años estén siempre en situación de acogimiento familiar. Hasta los seis años será la alternativa preferente. Los hermanos deben permanecer juntos o con el mayor contacto posible.
Todo programa de intervención necesita una evaluación bien planificada, porque es necesaria una reflexión constante y permanente sobre el servicio que se presta al menor y su familia. La evaluación nos permitirá valorar si se han reducido los problemas iniciales de la familia. Para poder salir del programa, se tiene que constatar una mejora muy significativa en la situación familiar. En casos muy complejos, el seguimiento puede durar años e incluso toda la vida de la familia.
La evaluación se realiza por primera vez al comienzo de la intervención. En cada evaluación se analiza si se han conseguido los objetivos previstos. Si es así, se continúa con nuevos objetivos. En el caso de que no se hayan conseguido, se analizan las razones y se reprograman nuevos objetivos.
A la hora de evaluar, tenemos que tener en cuenta tres ámbitos:
En la calle también se aprenden normas de convivencia, hábitos, formas de expresión, etc. Debemos tener en cuenta dos niveles:
El diálogo es una herramienta básica de trabajo.
La evaluación es una actividad sistemática y continua que pretende proporcionar la máxima información para mejorar el proceso de intervención, reajustando sus objetivos, revisando los planes, programas, métodos y recursos, y facilitando al máximo la ayuda y orientación a menores.
Se utiliza para proporcionar ayuda a las familias:
La entrevista tiene cuatro funciones básicas: