Portada » Biología » Optimización del Tratamiento de Agua en Calderas Industriales
El tratamiento de agua de una caldera es fundamental para asegurar una larga vida útil, libre de problemas, reparaciones y accidentes. El objetivo principal de este tratamiento es evitar problemas ocasionados por la calidad del agua de alimentación y del agua contenida en el sistema.
Las fuentes de agua corresponden a toda aquella agua que no ha recibido ningún tipo de tratamiento y, por lo tanto, contienen impurezas que impiden su utilización directa en la caldera.
La corrosión es un problema común que afecta los componentes metálicos de la caldera, acelerado por la presencia de oxígeno y dióxido de carbono, así como por altas presiones y temperaturas.
Corresponden a depósitos de carbonatos y silicatos de calcio y magnesio, formados debido a una excesiva concentración de estos componentes en el agua de alimentación y/o regímenes de purga insuficientes. Estas incrustaciones deben ser eliminadas de la caldera para prevenir su acumulación en el fondo del cuerpo de presión. En caso de que no sean removidas, se corre el riesgo de embancar la caldera y obstruir las líneas de purga de fondo. Además, presentan una baja conductividad térmica que actúa como aislante, provocando problemas de refrigeración de las superficies metálicas y puede llegar a causar daños por sobrecalentamiento.
Pueden evitarse realizando el correcto tratamiento del agua de alimentación y manteniendo el régimen de purga adecuado.
Tiene relación con el suministro de vapor húmedo. Puede deberse a deficiencias mecánicas (falla de los purgadores, separadores de gota, etc.) o químicas (exceso de alcalinidad, sólidos totales y sílice) debido a la formación de espuma.
Pueden evitarse manteniendo los niveles recomendados de dichos contenidos químicos.
Cumplen la función de eliminar los iones de Ca y Mg que conforman la dureza del agua. Se basan en un proceso llamado “intercambio iónico” que consiste en la sustitución de estos iones por sodio mediante una resina que posee la capacidad de realizar dicho intercambio.
Cumple la función de eliminar el oxígeno y dióxido de carbono disuelto en el agua de alimentación de las calderas para prevenir problemas de corrosión.
Su principio de funcionamiento se basa en el hecho de que la solubilidad de los gases disueltos en el agua disminuye cuando el agua está en el punto de ebullición. El agua desciende por una torre y es calentada hasta la temperatura de ebullición por vapor alimentado en contraflujo, y los gases descargados por el agua son eliminados a través del venteo que se encuentra en la parte superior de la torre.
Las purgas automáticas son sistemas que controlan y ejecutan la eliminación de agua de la caldera para mantener los niveles de sólidos disueltos dentro de los límites aceptables, previniendo incrustaciones y corrosión.
Los químicos que se utilizan generalmente son los secuestrantes de oxígeno, dispersantes, anti-incrustantes, protectores y neutralizantes para las líneas de retorno de condensado. La dosificación debe realizarse en el tanque de almacenamiento de agua en el caso de los secuestrantes de oxígeno y en la línea de alimentación de agua en los demás casos.
Los ciclos de concentración determinan los requerimientos de purga necesarios para prevenir problemas de corrosión y/o incrustaciones. Las purgas son necesarias ya que los sólidos pueden producir incrustaciones que dañen la caldera.
Entre las impurezas para las que deben determinarse los ciclos de concentración se encuentran:
El ciclo de concentración utilizado para determinar el régimen de purgas en la caldera será el menor de los calculados para estas impurezas.
El control de que el ciclo de concentración que se mantiene en una caldera es el requerido se realiza mediante la medición de cloruros en el agua de alimentación y de la caldera, o mediante la medición y comparación de la conductividad del agua de alimentación y la de la caldera.