Portada » Economía » Optimización de la Interacción Humano-Máquina y Procesos Productivos en la Economía
Para comprender la relación persona-máquina, es necesario abordar primero el aspecto humano y señalar que los factores que atentan contra la salud del trabajador son tanto endógenos como exógenos.
Los factores endógenos están referidos a aquellos propios de las personas, es decir, su actitud, su capacidad laboral, su estructura y condiciones físicas, y también sus conocimientos. Todo este conjunto, o parte de él, puede llevar a que las personas contraigan lo que se conoce como enfermedades disfuncionales.
Para determinar cómo las personas pueden adaptarse a las condiciones físicas del lugar de trabajo o por qué estas les afectan, se deben establecer los parámetros utilizados para estos efectos. Estos provienen de los antecedentes proporcionados por dos especialidades diferentes: la antropometría y la biomecánica.
La antropometría establece las medidas anatómicas de las personas, tanto en los rangos comunes como en aquellas posiciones en que ejecutan diversos tipos de trabajos. Significa hacer mediciones de diferentes segmentos corporales para personas que trabajan:
Todas estas mediciones se separan por sexos e, inclusive, por regiones o actividades.
La biomecánica es un estudio del funcionamiento de la anatomía. Busca explicar cómo actúa el ser humano desde el punto de vista de la mecánica. En este sentido, sus objetivos principales son los aparatos óseo y muscular, conjunto que es conocido como el sistema músculo-esquelético.
Los factores endógenos son el conjunto de actitudes (físicas y psíquicas) que adoptan las personas en sus lugares de trabajo para la realización de sus tareas específicas. Si bien todas las personas saben qué hacer y cómo hacer sus deberes laborales, no siempre los desarrollan de la forma adecuada, adoptando posiciones que pueden atentar tanto contra su integridad física (accidentes del trabajo) como su salud (higiene laboral).
Del conjunto antropometría-biomecánica, se derivan las consideraciones que se toman en cuenta para la determinación de los puestos de trabajo y los planos de trabajo.
Los puestos de trabajo corresponden a los lugares donde se realizan, individualmente, las actividades. Los planos de trabajo son aquellos sitios específicos en los cuales las personas realizan la tarea laboral que a cada una le corresponde, independientemente de si el sitio es compartido con una o más personas.
Estos son los factores exógenos o ajenos a las personas y están referidos no solo a los planos de trabajo, sino también a:
Es decir, al conjunto de elementos físicos que se emplean en cualquier sistema productivo.
Se entiende como la relación Persona-Máquina. Las actividades o tareas se realizan en dos condiciones:
Existe la posibilidad de trabajos que se realicen bajo estas dos condiciones. Sin embargo, ninguna labor es totalmente fija como tampoco completamente de esfuerzo físico.
La mayoría de los trabajos se realiza en puestos relativamente fijos, considerando:
Estos tres elementos se deben considerar para un estudio ergonómico.
Un estudio de ergonomía debe ser:
El estudio de ergonomía establece las condiciones de un puesto de trabajo, las cuales se identifican, evalúan y analizan para proponer medidas adecuadas. De esas medidas dependerá si se aplica una ergonomía preventiva o una ergonomía reactiva.
Todo proceso productivo es un sistema formado por personas, equipos y métodos o procedimientos de trabajo. El proceso genera una salida (output), que es el producto que se quiere fabricar.
Un proceso se constituye de:
Un proceso de fabricación, también denominado proceso industrial, manufactura o producción, es el conjunto de operaciones necesarias para modificar las características de las materias primas. Dichas características pueden ser de naturaleza muy variada, tales como la forma, la densidad, la resistencia, el tamaño o la estética. Se realizan en el ámbito de la industria.
El primer género está relacionado con la obtención de materias primas. Ejemplos de este género son:
El segundo género incluye las actividades que transforman las materias primas en productos de consumo directo. En él se agrupan distintas ramas industriales, como:
El tercer género comprende las actividades relacionadas con los servicios, la administración y la comercialización de bienes. Este género se relaciona directamente con el ámbito de servicios administrativos y de apoyo a la producción.
Son aquellos donde no cambia la estructura molecular del material que se transforma en producto final. Ejemplos:
En estos procesos sí cambia la estructura molecular de la materia prima. Ejemplos:
Se diferencian de los anteriores por utilizar material u organismos vivos. Ejemplos:
¿Están leyendo o estudiando?
Para desarrollar nuevos productos, el último paso a dar es la selección del proceso productivo.
El diseño del proceso especifica cómo se desarrollarán las actividades que la función de producción debe realizar. Las necesidades del mercado se pueden satisfacer utilizando diferentes funciones de producción. Existen cinco tipos genéricos de funciones de producción:
La producción por proyectos se ocupa de obtener productos individualizados que satisfacen las necesidades específicas de cada cliente. Se caracteriza por:
El producto no es fácil de definir en sus etapas iniciales y está sometido a un alto grado de cambio e innovación. Ejemplos:
¡Apague el celular!
La producción por lotes (discontinua o intermitente) y la producción artesanal (taller de trabajo) se caracterizan por fabricar un volumen pequeño de una gran variedad de productos. En general, la producción por lotes se distingue de la producción artesanal por:
La producción artesanal ofrece generalmente una mayor adaptabilidad a las distintas exigencias de los clientes, hallándose más a menudo en aquellas actividades que requieren prototipos o fabricación por encargo. Por ejemplo, ebanisterías y talleres de reparación de vehículos.
La producción por lotes se puede justificar cuando el producto no está estandarizado o cuando el volumen de producción es bajo. En este caso, es la más económica y tiene el menor riesgo. Esta forma de producir es común a las etapas iniciales de los ciclos de vida de los productos y en los productos con baja cuota de mercado.