Portada » Geografía » Morfología y Evolución del Espacio Urbano
La morfología es el aspecto externo que presenta la ciudad. Está influida por factores como el emplazamiento y la situación urbana, el plano, la construcción y los usos del suelo.
El casco antiguo comprende la parte urbanizada desde el origen de la ciudad hasta el inicio de la industrialización. Corresponde a la ciudad preindustrial. Muchos han sido declarados Conjunto Histórico-Artístico y otros Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Los cascos antiguos de las ciudades conservan la herencia preindustrial. Las ciudades eran muy variadas, pero solían presentar algunas características comunes:
Estas características varían según las aportaciones realizadas por las diferentes sociedades a lo largo de la historia.
En la Edad Moderna, se mejoraron las infraestructuras de abastecimiento e higiene, y se construyeron edificios religiosos y civiles.
En la época industrial, el plano experimentó reformas interiores y políticas de renovación que afectaron a los sectores más valorados. Las reformas interiores del siglo XIX y del primer tercio del siglo XX incluyeron la rectificación y alineamiento de calles, y la apertura de nuevas calles y plazas. Las políticas de renovación de la década de 1960 se propusieron sacar mayor rentabilidad al suelo urbano.
La trama del casco antiguo se densificó en la época industrial para aprovechar más el espacio. La edificación sufrió cambios. Los usos del suelo del casco antiguo experimentaron una progresiva terciarización y segregación.
En la actualidad, los cascos históricos son áreas complejas que padecen diferentes problemas.
A mediados del siglo XIX, las ciudades tradicionales medias y pequeñas crecieron poco y se mantuvieron dentro de sus límites anteriores. Las ciudades que implantaron industrias modernas atrajeron numerosa población campesina. Derribaron las murallas preindustriales. Su lugar fue ocupado por paseos de ronda o bulevares, que diferencian el casco antiguo de la nueva ciudad. Se crearon ensanches para los burgueses; barrios industriales y obreros; y barrios ajardinados.
Espacio nuevo que responde a los deseos del crecimiento urbano de la burguesía. Los primeros ensanches se hicieron en las ciudades más dinámicas. En el momento de la creación, adoptó un plano regular con calles rectilíneas y más anchas. La trama era de baja densidad. La edificación incluía palacetes burgueses y villas ajardinadas. El uso predominante del suelo fue residencial burgués debido a los altos precios de los solares e inmuebles.
Con el paso del tiempo, el ensanche experimentó modificaciones. La trama se densificó al edificarse las manzanas por los cuatro lados. La edificación se verticalizó. En los usos del suelo comenzó a recibir funciones terciarias. En la actualidad, algunas zonas envejecidas de buena accesibilidad han modernizado sus inmuebles y se han embellecido.
En el momento de su creación, las zonas industriales y los barrios obreros urbanos ofrecían un claro contraste con el ensanche burgués. Las instalaciones industriales se establecieron en el extrarradio, atrayendo a servicios ligados al ferrocarril. Los barrios obreros acogieron a trabajadores que emigraron a ciudades industriales.
Los barrios obreros adoptaron un plano desorganizado. La trama se hizo cerrada y densa; en la edificación predominan las viviendas de escasa dimensión y calidad, unifamiliares o pisos. Los usos del suelo entremezclaron industrias, talleres, etc.
Con el paso del tiempo, las antiguas zonas industriales y barrios obreros han quedado en una posición más céntrica en el espacio urbano.
Los barrios jardín se crearon a finales del siglo XIX y en el primer tercio del siglo XX. Son el resultado de la difusión en España de las ideas naturalistas y de las ideas higienistas. Como resultado surgieron propuestas de acercar el campo a la ciudad, que se concretaron en los barrios jardín y en la Ciudad Lineal de Arturo Soria.
La ciudad jardín fue desarrollada por Ebenezer Howard, dando lugar a barrios jardín de vivienda unifamiliar.
La Ciudad Lineal de Arturo Soria se concibió como una gran calle de 40m de ancho bordeada de manzanas formadas por casas unifamiliares con huerto y jardín. Por ella discurrían los servicios básicos. En las estaciones se planearon centros sociales comunitarios, comercios y servicios públicos. Se quiso superar la segregación social incluyendo viviendas de distinto nivel y precio.
El proyecto, que pretendía rodear toda la periferia madrileña, solo se realizó parcialmente en el nordeste. En la actualidad se encuentra muy modificado, porque la revalorización del suelo ha llevado a sustituir la mayoría de las casas unifamiliares por bloques de viviendas, oficinas y centros comerciales.