Portada » Magisterio » Modelos Internacionales de Política Criminal y Seguridad Ciudadana: Un Recorrido por Diversos Enfoques
Respuesta correcta: Preventivo y rehabilitador.
Respuesta correcta: Proporcionar vivienda estable a personas sin hogar como base para su reintegración social.
Con acceso a tratamiento y rehabilitación.
Mediante estrategias clave:
El enfoque represivo en Dinamarca se centra en la rehabilitación del agresor, aplicando penas leves y manteniendo cárceles orientadas a la reinserción social. En contraste, en México, el enfoque es principalmente punitivo, con penas severas y un sistema más centrado en el castigo que en la rehabilitación.
Cuentan con tribunales para menores y el trato al acusado incluye el llamado a la familia, para que juntos el juez, el acusado y la familia decidan cómo compensar a la víctima.
Esencialmente se dividen en dos: prisiones públicas y privadas. Cada prisión tiene un objetivo y una función específica, como enfocarse en la rehabilitación, solo recibir mujeres, o ser de máxima seguridad, entre otros.
La confianza que se ha construido con los policías y cómo estos trabajan junto con la comunidad para resolver, de manera conjunta y no dividida, los temas que aquejan a la sociedad.
Canadá previene el delito enfocándose en la rehabilitación y el apoyo social, utilizando programas como la justicia restaurativa y evitando el encarcelamiento cuando es posible.
Los programas sociales actúan de forma preventiva, al reducir factores de riesgo como la pobreza o el desempleo, lo que al mejorarlos disminuye la probabilidad de que las personas recurran al delito.
Regula el sistema para jóvenes de 12 a 17 años, priorizando la rehabilitación en lugar de castigos severos.
Comunitario, social, psicosocial y situacional.
A través de programas sociales como:
Corrupción, crimen organizado, violencia de género y terrorismo.
Prevención, resocialización y seguridad ciudadana.
Facilita la reinserción mediante centros abiertos, formación y permisos penitenciarios.
Los delitos comunes entre Alemania y México incluyen el robo, el fraude, la violencia doméstica y los delitos relacionados con drogas.
Ambos países utilizan programas sociales para reducir la pobreza y apoyar a sectores vulnerables. Sin embargo, Alemania tiene un sistema más robusto basado en el estado de bienestar, mientras que México ha avanzado en transferencias monetarias directas como «Bienestar».
Una desventaja común es la lentitud en la resolución de casos judiciales, lo que puede afectar el acceso a una justicia pronta y eficaz.
Consiste en aumentar la presencia policial y militar en zonas dominadas por pandillas, cortar sus fuentes de financiamiento y modernizar las fuerzas de seguridad. Esta estrategia logró reducir drásticamente los homicidios y recuperar territorios antes controlados por grupos criminales.
Es una medida que suspende temporalmente ciertos derechos constitucionales en situaciones de emergencia. Se usa para combatir la violencia de pandillas y permite detenciones sin orden judicial, intervención de comunicaciones y limita el derecho de reunión.
Busca eliminar el tiempo libre en las cárceles mediante trabajo y formación para la reinserción social. Los reclusos realizan trabajos comunitarios como limpieza, reparación de escuelas y construcción de viviendas, lo que beneficia a la ciudadanía al disminuir la reincidencia delictiva, contribuyendo a una sociedad más segura.
El sistema penitenciario en Singapur es reconocido por su estricta disciplina, alta eficiencia y enfoque en la rehabilitación. Administrado por el Singapore Prison Service (SPS), este sistema combina un fuerte control institucional con programas diseñados para la reintegración social de los reclusos.
Las leyes en Singapur para delitos graves son muy estrictas y se aplican con firmeza. Delitos como el tráfico de drogas, homicidio o corrupción pueden ser castigados con largas penas de prisión, flagelación o incluso la pena de muerte. El sistema busca disuadir el crimen mediante castigos severos y rápidos, lo que ha ayudado a mantener una baja criminalidad.
Singapur aplica políticas de tolerancia cero con leyes estrictas, alta vigilancia y castigos severos para prevenir el crimen. Además, promueve programas educativos y de rehabilitación para reducir la reincidencia.
A través del Decreto Caivano y el Plan Periferia, que aumentan la presencia policial y mejoran espacios públicos con una inversión de 180 millones de euros.
Los reutiliza para beneficio social: se convierten en centros juveniles, casas refugio o cooperativas como Libera Terra, que emplean a jóvenes y ex presos.
A través de organizaciones como Libera y Addiopizzo, que promueven una cultura de legalidad, apoyan a víctimas y rechazan el pago de extorsiones mafiosas.