Portada » Economía » Macroeconomía Esencial: Indicadores Económicos y Medición del PIB para la Prosperidad
La macroeconomía se ocupa de la economía en su conjunto, mientras que la microeconomía estudia el comportamiento de partes de ese conjunto. Todo estudio macroeconómico debe comenzar hablando de John Maynard Keynes, quien identificó tres cuestiones fundamentales a las que se debe responder para tratar de reducir al máximo las consecuencias negativas de las fluctuaciones cíclicas.
Estas cuestiones son:
Los objetivos básicos que debe tener presente cualquier política económica giran principalmente en torno a la producción, los precios y el empleo. Aunque es cierto que existen otros asuntos relevantes para los estados, como el control de las cuentas públicas (procurar que el Estado no gaste más de lo que ingresa), el equilibrio exterior (tratar de ingresar mediante exportaciones más de lo que gasta en importaciones) o la reducción de la pobreza.
Antes de nada, hay que comprobar la salud de la economía con sus indicadores, que son:
La estabilidad y el buen desempeño de estos indicadores tienen un impacto directo en la calidad de vida:
La cuantificación de la actividad económica se obtiene de la contabilidad nacional. En todos los países se utilizan los mismos criterios para su realización, lo que permite comparaciones internacionales. Todas las magnitudes se expresan en términos o valor monetarios.
En una economía cerrada, sin relación con otros países y sin contar con la intervención del sector público, podemos medir la producción de tres formas:
La producción a precio de mercado es igual a la producción total que realizan las empresas de un país a precio de mercado; es lo que cobran por la venta de los productos que fabrican. Esta producción a precio de mercado corresponde al gasto que realizan las familias en bienes y servicios para cubrir sus necesidades.
Los costes de los factores son remunerados por las economías domésticas. Las empresas compensan por la utilización de esos factores productivos a través de las rentas. Con esas rentas, las familias compran, por lo cual el gasto es igual a la producción a precio de mercado, valores añadidos y producción en función de los costes.
La producción de un país se puede ver desde dos perspectivas:
El Producto Interior Bruto (PIB) a precio de mercado se calcula como:
PIB pm = Consumo Privado + Consumo Público + Exportaciones - Importaciones + Inversión Bruta
Los bienes de capital sufren un deterioro (depreciación) por el uso o el paso del tiempo. Ese deterioro se valora en términos monetarios (amortización).
Inversión Neta = Inversión Bruta - Depreciación
Cuando tenemos una magnitud bruta y la queremos pasar a neta, hay que quitarle la depreciación:
PIB pm – Depreciación = Producto Interior Neto (PIN) pm
PIN pm – Impuestos + Subvenciones = PIN cf (a coste de factores)
Si al PIN le sumamos la producción de las empresas nacionales fuera de España y restamos las rentas de las empresas extranjeras dentro de España, el Producto Nacional Neto (PNN) a coste de factores coincide con la Renta Nacional.
PIN cf + Producción Española Exterior – Producción Extranjera Interior = PNN cf
La Renta Nacional está formada por las rentas para retribuir a los factores productivos (rentas, salarios).
Renta Nacional = Intereses + Rentas + Sueldos y Salarios + Beneficios
De todas las rentas que se generan, no todas llegan a las familias, ya que existen impuestos sobre la renta (IRPF), se hacen pagos como cotizaciones a la Seguridad Social, y se pueden recibir transferencias sin contraprestación del sector público (becas, ayudas). El resultado es la Renta Disponible, que es la cantidad de la que disponen las familias para gastar.