Portada » Economía » Impacto del Aumento de la Oferta Monetaria en la Economía: Un Análisis del Modelo IS-LM
Partiendo de una economía que se encuentra en equilibrio externo, donde el tipo de interés nacional coincide con el tipo de interés del resto del mundo (i=i*) y equilibrio interno, donde la producción coincide con la producción natural (Y=Yn), a largo plazo, suponemos que las autoridades deciden aumentar la oferta monetaria con la finalidad de aumentar la producción y, como consecuencia, la demanda agregada. Para ello, se pueden utilizar dos instrumentos:
Por lo tanto, suponemos que se realiza una operación de mercado abierto, comprando títulos, aumentando la base monetaria y, con ello, también la oferta monetaria en términos nominales. Como los precios vienen dados, también aumentará en términos reales (OM/P). Al aumentar la oferta monetaria en términos reales, el tipo de interés experimentará un desequilibrio en el mercado de dinero, caracterizado por un exceso de oferta de dinero y un exceso de demanda de bonos. Como se trata de una perturbación por el lado de la demanda, analizamos el modelo IS-LM, donde gráficamente se produce un desplazamiento de la curva LM hacia la derecha, ya que existe una reducción en el mercado de dinero (io → i1). Este equilibrio se corrige vía interés, haciendo que este disminuya para hacer más atractivo el dinero, ya que el precio de los bonos está aumentando.
De tal manera, se recupera el equilibrio en el mercado de dinero. Pero, a su vez, se produce un desequilibrio en el mercado de bienes, ya que al disminuir el tipo de interés, la demanda de inversión aumenta, al tener una relación inversa con el tipo de interés, en lo que indica el parámetro “b”, que mide la sensibilidad de la demanda de inversión ante variaciones en el tipo de interés. Con este aumento de la inversión, al ser uno de sus componentes directos, aumenta la demanda agregada, generando un exceso de demanda que se corrige vía producción. Las empresas responden en un primer momento desacumulando existencias de forma involuntaria y van a intentar producir más, por lo que gráficamente se desplazará la demanda en el mercado de bienes hacia arriba.
Aquí entra en juego el efecto inducido o efecto multiplicador, ya que al aumentar el nivel de renta, también aumenta la renta disponible de las economías domésticas, lo que afectará los modelos de consumo y ahorro, haciendo que estos aumenten, lo que indica la propensión marginal al consumo y al ahorro, respectivamente. Una vez que el consumo privado aumenta, vuelve a aumentar la demanda agregada, y de nuevo habrá un exceso de demanda, desacumulando involuntariamente existencias para intentar producir más. Es decir, cada aumento de la demanda agregada es cada vez menor hasta que el efecto multiplicador se agote y lleguemos a un equilibrio en el mercado de bienes.
Sin embargo, se genera un nuevo desequilibrio en el mercado de dinero, ya que a medida que aumenta la producción, lo que indica el parámetro “k”, que indica cuánto ha aumentado la demanda agregada de saldos reales ante un aumento de la producción. Aumenta la demanda agregada de saldos reales, ya que depende de la renta. Esto da lugar a un desequilibrio en el mercado de dinero, caracterizado por un exceso de oferta de bonos y un exceso de demanda de dinero, que se corrige vía interés. Tras sucesivos desequilibrios tanto en el mercado de dinero como en el mercado de bienes, con sus mecanismos de ajuste, llegamos a un equilibrio simultáneo, que se conoce como el modelo de la telaraña.
Ahora nos situamos en un desequilibrio externo y un desequilibrio interno, por lo que tenemos un doble problema:
Antes de centrarnos en el problema interno, nos enfocaremos en el problema externo, ya que al haber movilidad perfecta de capital, los movimientos serán rápidos.
El déficit externo tiene sus consecuencias en el mercado de divisas y sobre el tipo de cambio nominal, haciendo que este disminuya. En el mercado de divisas, los inversores nacionales demandan moneda al resto del mundo y ofertan la nacional para poder invertir fuera, lo que ocasiona un desequilibrio en el mercado de divisas; la moneda tiende a despreciarse, por lo que pierde valor. Llegados a este punto, la corrección del desequilibrio dependerá del sistema de tipo de cambio vigente:
El Banco Central fija el tipo de cambio y tiene la obligación de mantener y defender el tipo de cambio, modificándolo si lo cree conveniente. Por lo que si la moneda tiende a despreciarse, el Banco Central tratará de impedirlo, y se produce un exceso de demanda de moneda extranjera y un exceso de oferta de moneda nacional. El Banco Central actuará realizando una compra de euros y vendiendo divisas extranjeras para corregir este desequilibrio. Esto disminuirá las reservas de divisas y, con ello, la base monetaria, al ser un factor determinante de la oferta monetaria, también disminuirá.
Tras la intervención del Banco Central, que hace que disminuya la base monetaria, también disminuye la oferta monetaria en términos nominales y, como los precios vienen dados, también disminuirá la oferta monetaria en términos reales. Estamos ante un desequilibrio en el mercado de dinero, caracterizado por un exceso de oferta de bonos y un exceso de demanda de dinero, que se corrige vía interés, aumentando hasta que vuelva a tener equilibrio en el mercado de dinero. Este proceso durará hasta que el tipo de interés nacional coincida con el tipo de interés del resto del mundo, es decir, hasta que nos situemos en un equilibrio externo, y como consecuencia, a un equilibrio interno, donde la producción coincide con la producción natural.
Dada la intervención del Banco Central, al disminuir las reservas de divisas, disminuye la base monetaria, pero al llevar a cabo operaciones con esterilización, la oferta monetaria permanece constante cuantitativamente. Tendremos, por tanto, un desequilibrio interno, donde existe sobreempleo y un desequilibrio externo donde hay déficit externo. Llegados a este punto, hay dos opciones:
Si se cumple la condición de Marshall-Lerner, la depreciación real de la moneda mejorará la balanza de pagos o balanza comercial, ya que nuestros productos serán más baratos, lo que hará que aumenten las exportaciones y disminuyan las importaciones, provocando un superávit comercial. Este aumento de las exportaciones netas conlleva un aumento de la demanda agregada. Como nos encontramos en déficit externo, un superávit comercial compensará la balanza de pagos, aumentando hasta que llegue al equilibrio.
Existe así un equilibrio en el mercado de bienes, pero a su vez un desequilibrio en el mercado de dinero. Al aumentar la producción, disminuye la curva LM, lo que provoca un exceso de demanda de dinero y un exceso de oferta de bonos. Y así continúa hasta que el tipo de interés nacional coincida con el tipo de interés del resto del mundo, recuperando así el equilibrio externo, pero seguiríamos teniendo un desequilibrio interno, ya que la producción está por encima de la producción natural.
Cuando el nivel de precios puede variar, esto provoca un incremento del nivel de precios, generando un exceso de demanda. Partimos de un exceso de demanda, donde la producción por el lado de la oferta es menor que por el lado de la demanda. Esto da lugar a que el nivel de precios aumente, hasta alcanzar un nuevo punto de equilibrio, por lo que:
Por el lado de la demanda, esta disminución en el mercado de bienes no se verá afectada, debido a que vamos a suponer que el efecto riqueza es igual a cero. Pero en el mercado de dinero, sí se verá alterado porque depende de la oferta monetaria en términos nominales. Por tanto, al aumentar el precio, siendo la oferta monetaria constante, hace que la oferta en saldos reales disminuya. Por lo que en el mercado de dinero se genera un desequilibrio caracterizado por un exceso de demanda de dinero y un exceso de oferta de bonos, que se corrige vía tipo de interés, haciendo que este aumente para llegar a un equilibrio en el mercado de dinero. A su vez, se genera un desequilibrio en el mercado de bienes, que se corrige vía producción.
En economía abierta, al variar el nivel de precios, se ve afectado el tipo de cambio. En este caso, sube el nivel de precios interno manteniendo el tipo de cambio nominal y el nivel de precios externos, lo que provoca que el tipo de cambio real aumente. Una vez que el tipo de cambio real ha aumentado, estamos ante una depreciación de la moneda nacional y una depreciación real de la moneda extranjera. Si se cumple la condición de Marshall-Lerner, el saldo de las XN empeora. Hay que explicar lo que ocurre en el mercado de dinero y en el mercado de bienes cuando el saldo de las XN empeora, con el modelo de la telaraña explicado anteriormente. Gráficamente, la IS se desplaza hacia abajo y hacia la izquierda.
Por el lado de la oferta, ese aumento de la producción ocurre porque la OA está basada en el mercado laboral. Las empresas producen más porque los costes de producción aún no han variado, al igual que tampoco lo han hecho los salarios, pero sí han aumentado los precios de los bienes y servicios, lo que incrementa dicha producción. Llegamos, por tanto, a una condición de equilibrio a corto plazo porque Po ≠ Pe e Y ≠ Yn.
Nos encontramos a un nivel de producción mayor que el natural. El proceso de ajuste que sigue la economía es el paso del tiempo, sin necesidad de medida política económica. Si los precios corrientes están subiendo, los trabajadores, cuando tengan que volver a negociar en el período siguiente su salario nominal, de acuerdo con la ecuación de salarios, el salario nominal depende del nivel de precios esperado, la tasa de desempleo y la variable residual “z”. De acuerdo con el periodo anterior, debido al mecanismo de formación de expectativas, tienen que aumentar sus expectativas a la alta, de forma que aumente el nivel esperado de precios, porque negocian un salario nominal más alto.
De acuerdo con nuestro modelo de OA-DA, al aumentar la producción por encima de su nivel natural, es lo mismo que decir que la tasa de desempleo está por debajo del desempleo natural, lo que hace que aumente el poder de negociación de los trabajadores.
El ajuste del paso de corto plazo al largo plazo pasa por un proceso de ajuste característico del mercado laboral, ya que al aumentar el precio esperado, aumenta el poder de negociación de los trabajadores, aumenta el salario nominal y el precio porque se fijan aplicado sobre un margen de producción, llegando a un momento en el que Po = Pe.
Ahora, en el modelo de OA – DA, al subir los precios: por el lado de la demanda, la producción disminuye y por el lado de la oferta, la producción aumenta.
Conclusión: Los sistemas de tipo de cambio fijos ofrecen mayor estabilidad en el corto plazo, pero generan inflación en el largo plazo. Los sistemas de tipo de cambio flexibles son eficaces para corregir automáticamente los desequilibrios externos, pero su dependencia de las fluctuaciones del tipo de cambio nominal puede tener posibles pérdidas de competitividad a largo plazo.