Portada » Historia » Hitos Históricos Conflicto Israelí-Árabe: Paz con Egipto, Intifada, Guerra Líbano
El Acuerdo de Paz entre Israel y Egipto de 1979, conocido como los Acuerdos de Camp David, marcó un hito en la historia del conflicto árabe-israelí. Fue el primer tratado de paz entre Israel y un país árabe, firmado el 26 de marzo de 1979 en Washington D.C. por el presidente egipcio Anwar Sadat y el primer ministro israelí Menájem Beguin, bajo la mediación del presidente estadounidense Jimmy Carter.
Guerra de los Seis Días (1967): Israel capturó la península del Sinaí de Egipto y otros territorios árabes.
Guerra de Yom Kipur (1973): Egipto intentó recuperar el Sinaí sin éxito militar total, pero demostró su capacidad de enfrentarse a Israel, lo que fortaleció su posición negociadora.
El conflicto había generado tensión regional y una carrera armamentista en el Medio Oriente.
El tratado tuvo dos aspectos principales:
Retiro de Israel del Sinaí:
Israel acordó devolver la península del Sinaí a Egipto en un plazo de tres años.
Egipto se comprometió a mantener la región como una zona desmilitarizada, garantizando la seguridad de Israel.
Reconocimiento mutuo:
Egipto reconoció oficialmente el derecho de Israel a existir como un Estado soberano.
Ambos países establecieron relaciones diplomáticas completas, incluyendo la apertura de embajadas y la normalización del comercio.
Se abordó la autonomía para los palestinos en Cisjordania y Gaza, pero este punto quedó sin implementar de manera significativa.
Se estableció una fuerza multinacional para supervisar la implementación del tratado, especialmente en el Sinaí.
Para Israel: Fue una victoria diplomática importante, ya que Egipto era el país árabe más poderoso en términos militares.
Para Egipto: Recuperar el Sinaí fue un logro significativo, pero el tratado fue criticado por otros países árabes, considerándolo una traición a la causa palestina. Egipto fue expulsado de la Liga Árabe temporalmente.
Para la región: Sentó un precedente para futuras negociaciones entre Israel y otros países árabes, aunque la paz con otros Estados se logró décadas después.
Anwar Sadat fue asesinado en 1981 por extremistas egipcios que lo acusaban de traicionar al mundo árabe.
La relación entre Egipto e Israel ha mantenido un carácter pragmático y estable desde entonces, aunque con momentos de tensiones menores.
El acuerdo de 1979 sigue siendo un ejemplo significativo de diplomacia en el contexto de conflictos complejos.
La Primera Intifada (1987-1993) fue un levantamiento popular palestino en los territorios ocupados por Israel, como la Franja de Gaza y Cisjordania. El término «intifada» significa literalmente «sacudida» o «levantamiento» en árabe, y en este contexto, describe la revuelta masiva contra la ocupación israelí, un esfuerzo para cambiar la situación política, económica y social que había estado marcada por casi dos décadas de ocupación militar israelí desde la Guerra de los Seis Días de 1967. El levantamiento incluyó protestas generalizadas, desobediencia civil y actos de violencia y terrorismo contra israelíes.
La Primera Intifada estaba dirigida por el Mando Nacional Unificado del Levantamiento (MNUL), quienes tenían como principal objetivo mantener viva la Intifada por varios años.
Frustración con el control israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza: restricciones de movimiento, detenciones arbitrarias y la construcción de asentamientos israelíes en tierras palestinas.
Veinte años de la Guerra de los Seis Días: En esta guerra, Israel se anexó nuevos territorios, de los cuales los palestinos reclamaban su retirada.
Posibilidad de negociación: En 1985, tuvo lugar un intercambio de prisioneros en el que Israel accedió a liberar a 1150 terroristas palestinos a cambio de 3 soldados israelíes. Esto le mostró a los palestinos por dónde podían atacar a Israel.
Difícil situación económica: altos niveles de pobreza, desempleo y falta de oportunidades.
Colonización y asentamientos: Israel intensificó la construcción de asentamientos en Cisjordania y Gaza, lo que los palestinos consideraban una expropiación de su tierra y recursos.
Falta de esperanza en negociaciones diplomáticas: Las frustraciones crecieron entre los palestinos debido al fracaso de los esfuerzos diplomáticos para resolver el conflicto o avanzar hacia la autodeterminación palestina.
Incidente detonante: La chispa que encendió la Intifada fue un accidente en diciembre de 1987, en el que un camión israelí mató a cuatro palestinos en Gaza. Este hecho fue interpretado como un acto intencionado, puesto que 3 días antes un israelí había sido asesinado por un palestino, también en Gaza.
Hamás jugó un papel fundamental en la Primera Intifada, aunque no fue el único actor en el levantamiento. La organización surgió en diciembre de 1987, en plena Intifada, como una rama de los Hermanos Musulmanes palestinos y se enfocó en resistir la ocupación israelí. A diferencia de la OLP, Hamás tenía un enfoque islamista y rechazaba cualquier acuerdo de paz con Israel, optando por la lucha armada y el extremismo religioso.
Los Acuerdos de Oslo (1993) fueron un hito en el conflicto árabe-israelí, representando el primer acuerdo directo y formal entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Estos acuerdos, firmados en Washington el 13 de septiembre de 1993, marcaron el final oficial de la Primera Intifada y buscaban establecer un marco para resolver el conflicto palestino-israelí.
Reconocimiento mutuo: La OLP reconoció formalmente el derecho de Israel a existir, mientras que Israel reconoció a la OLP como la representante legítima del pueblo palestino.
Retirada de Israel: Israel se comprometió a una retirada progresiva de Gaza y Cisjordania, áreas ocupadas desde la Guerra de los Seis Días de 1967, lo que daría lugar a la creación de una Autoridad Palestina (AP) encargada de gobernar en esas zonas con autonomía limitada.
Creación de la Autoridad Palestina: Se estableció la Autoridad Palestina (AP) para administrar los territorios palestinos, con poderes limitados en áreas como la seguridad interna y la economía.
Fases de implementación: Se planeaba que las negociaciones sobre cuestiones clave, como el estatus de Jerusalén, los asentamientos israelíes, los refugiados palestinos y las fronteras definitivas, se realizarían posteriormente. Sin embargo, esos temas fundamentales quedaron sin resolver.
Esperanzas frustradas de paz: Aunque los Acuerdos de Oslo marcaron el final de la Primera Intifada, no lograron una paz duradera. Para muchos palestinos e israelíes, los acuerdos no abordaban adecuadamente las profundas desigualdades y problemas estructurales.
Resurgimiento de la violencia: Tras la firma de los acuerdos, tanto grupos palestinos extremistas como Hamás, y también facciones de la derecha israelí, se opusieron ferozmente a la implementación de los pactos. Hamás, en particular, lanzó ataques suicidas y atentados contra civiles israelíes, mientras que sectores israelíes continuaron expandiendo asentamientos en Cisjordania.
Asesinato de Isaac Rabin: En 1995, el primer ministro israelí Isaac Rabin fue asesinado por un extremista judío que rechazaba los Acuerdos de Oslo. Este asesinato impactó gravemente el proceso de paz, ya que Rabin era uno de los principales defensores del acercamiento con los palestinos.
Segunda Intifada: Las crecientes tensiones y la falta de avances concretos en la implementación de los Acuerdos de Oslo llevaron a una nueva ola de violencia, conocida como la Segunda Intifada (2000-2005). Esta fue más violenta que la primera y terminó por enterrar muchas de las esperanzas de paz que se habían generado en Oslo.
Internacionalización del conflicto: La Primera Intifada trajo el conflicto palestino-israelí a la atención mundial, resaltando la difícil situación de los palestinos bajo ocupación. Este levantamiento popular masivo movilizó no solo a los palestinos de los territorios ocupados, sino también a la diáspora y a la comunidad internacional.
Debilitamiento de la OLP y surgimiento de Hamás: Durante la Intifada, la OLP estaba debilitada y aislada en Túnez, lo que permitió la aparición de movimientos islamistas como Hamás. Mientras que la OLP seguía buscando una solución negociada al conflicto, Hamás se radicalizó y promovió la lucha armada, rechazando cualquier acuerdo que no incluyera la destrucción de Israel.
Desgaste económico y social: La Intifada afectó gravemente la economía tanto palestina como israelí. Los trabajadores palestinos que cruzaban diariamente los puntos de control hacia Israel dejaron de hacerlo, y las políticas de seguridad israelíes restringieron aún más la movilidad en los territorios ocupados, incrementando la pobreza en la región.
Duración: 34 días (12 de julio – 14 de agosto de 2006)
Principales actores: Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y Hezbollah, una organización chií respaldada por Irán y Siria.
El 12 de julio de 2006, Hezbollah llevó a cabo un ataque transfronterizo en el que mataron a tres soldados israelíes y capturaron a otros dos. Esto llevó a una rápida respuesta militar por parte de Israel, lo que escaló en una guerra a gran escala.
Hezbollah:
Uso de cohetes Katyusha: Hezbollah lanzó más de 4,000 cohetes contra el norte de Israel, alcanzando ciudades como Haifa, Tiberias y Nahariya, lo que provocó la evacuación de miles de civiles.
Guerra de guerrillas: Utilizando tácticas asimétricas, Hezbollah evitó enfrentamientos convencionales con las tropas israelíes, confiando en su conocimiento del terreno y en una red compleja de posiciones ocultas.
Redes de túneles subterráneos: Utilizaron túneles fortificados para ocultar combatientes y arsenales, lo que complicó las operaciones terrestres israelíes.
Misiles antibuque: Hezbollah sorprendió a Israel al lanzar un misil C-802 que impactó y dañó gravemente a un buque de guerra israelí, el INS Hanit, lo que mostró una capacidad militar avanzada no esperada.
Israel:
Bombardeos aéreos masivos: La Fuerza Aérea de Israel (IAF) llevó a cabo ataques contra posiciones de Hezbollah en el sur de Líbano, Beirut y otras zonas clave. A pesar de los bombardeos, Hezbollah continuó lanzando cohetes.
Bloqueo naval y aéreo: Israel impuso un bloqueo con el objetivo de cortar el suministro de armas y ayuda a Hezbollah.
Operaciones terrestres limitadas: Aunque se desplegaron tropas terrestres en el sur de Líbano, la incursión fue limitada y lenta debido a la resistencia de Hezbollah y a la falta de un claro objetivo estratégico.
Uso de artillería: Las FDI utilizaron artillería pesada para atacar posiciones de Hezbollah, pero el grupo chií continuó operando desde áreas urbanas, lo que dificultó los ataques precisos sin causar daños colaterales.
Bajas humanas: Más de 1,300 libaneses murieron, la mayoría civiles. En Israel, el número de muertos ascendió a 165, incluyendo 44 civiles, debido a los ataques con cohetes.
Daños en infraestructuras: Gran parte del sur de Líbano y partes de Beirut sufrieron daños importantes. La infraestructura crítica, como puentes, aeropuertos y carreteras, fue objetivo de los bombardeos israelíes.
Desplazamiento masivo: Aproximadamente 1 millón de libaneses fueron desplazados de sus hogares debido a los combates. En Israel, decenas de miles de civiles del norte del país tuvieron que refugiarse en refugios antibombas.
Resultado político y militar: Hezbollah sobrevivió al conflicto y se fortaleció políticamente en Líbano, presentándose como el defensor del país frente a Israel. Israel, por su parte, enfrentó críticas internas por la falta de claridad en sus objetivos y la incapacidad de desmantelar la infraestructura militar de Hezbollah.
Capacidades militares de Hezbollah:
2006: Hezbollah tenía un arsenal estimado de 13,000 cohetes.
2024: El grupo ha acumulado más de 150,000 cohetes y misiles, incluidos proyectiles de largo alcance y mayor precisión, capaces de alcanzar ciudades como Tel Aviv.
Tácticas:
Hezbollah sigue utilizando redes de túneles y fortificaciones subterráneas en el sur de Líbano.
El grupo continúa empleando tácticas asimétricas para contrarrestar la superioridad tecnológica y militar de Israel.
Contexto regional:
2006: El conflicto estuvo más circunscrito entre Israel y Hezbollah.
2024: Hezbollah opera en un contexto regional más complejo, con la creciente influencia de Irán, el apoyo a Hamas en Gaza y la participación de sus fuerzas en la guerra civil siria, donde ha ganado experiencia en combate.
Capacidades tecnológicas:
Hezbollah (2024): Ahora cuenta con drones de ataque y reconocimiento, misiles más precisos y la capacidad de amenazar gran parte de Israel. Además, posee tecnología avanzada proporcionada por Irán, lo que ha elevado su capacidad para sostener un conflicto prolongado.
Israel (2024): Ha desarrollado sistemas de defensa antimisiles como la Cúpula de Hierro, que intercepta la mayoría de los cohetes de corto y mediano alcance lanzados desde Líbano y Gaza. Además, Israel ha mejorado su capacidad de respuesta mediante ataques aéreos de precisión y operaciones de inteligencia más sofisticadas.
Experiencia en combate:
Hezbollah (2024): Ha ganado experiencia significativa en Siria, luchando junto al régimen de Bashar al-Asad, lo que ha fortalecido su capacidad militar y de mando.
Israel (2024): Ha ajustado sus tácticas para combatir a actores no estatales como Hezbollah y Hamas, enfocándose en operaciones rápidas y precisas, minimizando bajas civiles y maximizando la eficacia de sus sistemas de defensa.
Mayor destrucción potencial:
Con arsenales más grandes y armas más precisas, un nuevo conflicto entre Israel y Hezbollah podría ser más destructivo que en 2006. El sur de Líbano podría enfrentar nuevamente bombardeos masivos, mientras que ciudades israelíes, incluidas áreas densamente pobladas como Tel Aviv, estarían bajo amenaza directa de misiles de precisión.
Escalada regional:
El riesgo de una escalada regional es mucho mayor en 2024 debido a la participación de otros actores respaldados por Irán, como las milicias chiíes en Irak y Siria. Un conflicto entre Israel y Hezbollah podría arrastrar a otros países de la región.
Capacidad de resistir un conflicto prolongado:
Ambos bandos están mejor preparados para sostener un conflicto prolongado. Hezbollah tiene un arsenal más robusto, mientras que Israel ha mejorado su infraestructura de defensa civil y sus sistemas de interceptación.
Efectividad de los sistemas de defensa israelíes:
Si bien la Cúpula de Hierro es altamente efectiva, un ataque masivo y coordinado desde Líbano podría abrumar el sistema de defensa. Hezbollah ha aprendido de conflictos anteriores y podría lanzar oleadas de cohetes más intensas, dificultando la interceptación de todos los proyectiles.
Apoyo internacional y regional:
El apoyo de Irán a Hezbollah sigue siendo crucial. Del lado israelí, Estados Unidos y otras potencias occidentales son aliados clave en términos de inteligencia y apoyo militar.
Capacidad de mantener operaciones prolongadas:
La capacidad de ambas partes para soportar las bajas y la presión internacional será un factor determinante en un conflicto prolongado. En 2006, tanto Israel como Hezbollah sufrieron un desgaste significativo, pero en 2024, ambos han desarrollado una mayor resistencia.
Resiliencia de la población civil:
La capacidad de ambos países para proteger a sus civiles será crítica. En Israel, las mejoras en refugios antimisiles y sistemas de alerta temprana ayudarán a mitigar las bajas civiles.
Efectividad de los sistemas de defensa israelíes:
La Cúpula de Hierro será puesta a prueba nuevamente, pero el aumento en la precisión de los misiles de Hezbollah plantea un desafío mayor.