Portada » Historia » Hitos Clave de la Integración Europea: Un Recorrido Histórico
La paz en Europa y el comienzo de la cooperación. Con el fin de acabar con los frecuentes y sangrientos conflictos que culminaron en la Segunda Guerra Mundial, los políticos europeos iniciaron el proceso de construcción y cooperación entre estados. El objetivo de esta unión era que los estados cooperaran, estuvieran interconectados a nivel económico (y más tarde político), y se evitara que volvieran a protagonizar guerras. Los primeros pasos se dieron en el contexto de la confrontación bipolar, la amenaza de la Unión Soviética y la construcción del Bloque Occidental. Estados Unidos apoyó este proceso, considerándolo un importante ente defensivo frente a la URSS.
En 1949, diez países de Europa Occidental crearon el Consejo de Europa para promover la democracia y proteger los derechos humanos y el Estado de Derecho.
En 1950, se presentó un plan para una nueva cooperación política en Europa. El ministro francés de Asuntos Exteriores, Robert Schuman, propuso integrar las industrias del carbón y del acero de Europa Occidental para lograr una cooperación más estrecha.
De acuerdo con el Plan Schuman, seis países firmaron un tratado para gestionar en común sus industrias del carbón y del acero. De este modo, se buscaba evitar que ningún país pudiera producir armas de guerra para volverse contra los demás, como había ocurrido en el pasado. Estos seis países fueron: Alemania, Francia, Italia, los Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo. En 1952, se creó formalmente la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA).
Basándose en el éxito del Tratado del Carbón y del Acero, los seis países fundadores ampliaron su cooperación a otros sectores económicos, formalizándola mediante la firma de dos tratados que crearon la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica (Euratom). Estos organismos entraron en vigor el 1 de enero de 1958.
Se creó la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) para promover el libre comercio y la integración económica entre determinados países no pertenecientes a la CEE: Austria, Dinamarca, Noruega, Portugal, el Reino Unido, Suecia y Suiza. En la actualidad (2020), los miembros de la AELC son: Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza.
La primera Política Agraria Común (PAC) otorgó a los países de la CEE un control conjunto de la producción de alimentos. Su objetivo era asegurar suficientes alimentos para todos y garantizar buenos ingresos para los agricultores. Un efecto secundario no deseado fue la sobreproducción, con grandes cantidades de excedentes. Desde la década de los noventa, las prioridades han sido reducir los excedentes, aumentar la calidad de los alimentos y promover la sostenibilidad.
Supuso la unificación de los diferentes ejecutivos comunitarios. Se creó una única Comisión Europea y el Consejo Europeo. La CEE se consolidó en estos años sesenta como una potencia comercial a escala mundial.
Los seis países miembros de la CEE eliminaron los derechos de aduanas sobre los productos importados entre sí, permitiendo el libre intercambio transfronterizo por primera vez. También aplicaron los mismos derechos a sus importaciones de terceros países. El comercio entre estos seis países y con el resto del mundo creció rápidamente.
En 1973 (la adhesión se firmó en 1972, pero entró en vigor en 1973), se produjo la primera ampliación. Existía un debate entre la idea de profundizar la integración o ampliar el número de miembros; finalmente, prevaleció la opción de ampliar. Los países que se adhirieron fueron: Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca. El mayor apoyo popular para la integración se registró en Irlanda, mientras que en los otros países la opción de unirse a la Unión ganó por márgenes más estrechos.
Fue un plan por etapas para la consecución de una unión económica y monetaria sobre la base de la unificación de las políticas económicas. Este plan no prosperó, en parte debido a la crisis del sistema monetario de Bretton Woods en 1972, pero sirvió de inspiración para la Unión Económica y Monetaria de los años noventa.
Este Tratado de la Unión Europea se firmó en Maastricht en 1992, y representó una profundización del Tratado de Roma. Se estableció que: