Portada » Educación Artística » Goniometría Clínica: Movimientos Articulares y Ángulos Anatómicos Clave
El ángulo alfa mide, desde una visión superior en un plano transversal/horizontal con un eje vertical/craneocaudal, la relación existente entre la clavícula y la espina de la escápula (omóplato), con vértice en el borde superior del acromion. Su valor normal es de 60º.
El ángulo beta mide, desde una visión superior en un plano transversal/horizontal con un eje vertical/craneocaudal, la oblicuidad de la espina de la escápula (omóplato) con respecto al plano frontal, que está representado por la línea biacromial (con vértice en el borde superior del acromion). Su valor normal es de 50º.
El ángulo A mide, desde una visión dorsal en un plano frontal con un eje anteroposterior/sagital, la oblicuidad de la espina de la escápula (omóplato) con respecto a la horizontal, con vértice en el borde posteroexterno del acromion. Su valor normal es de 27º +/- 10º (la desviación típica es de +5º).
El ángulo B mide, desde una visión dorsal en un plano frontal con un eje anteroposterior/sagital, la oblicuidad del borde axilar de la escápula (omóplato) con respecto a la horizontal o la vertical, con vértice en el centro de la articulación glenohumeral, que se sitúa a dos traveses de dedo por debajo del borde posteroexterno del acromion. Su valor normal es de 45º +/- 9º.
El ángulo Q mide, desde una visión ventral, en un plano frontal con un eje anteroposterior/sagital, la oblicuidad del aparato extensor de la rodilla, es decir, la alineación o no, de los tendones rotuliano y cuadricipital. Un valor angular mayor de 10º supone un serio problema para la articulación femoropatelar.
El detalle de los movimientos de deslizamiento y rodamiento de dos piezas articulares, una de forma cóncava y otra de forma convexa, depende de la pieza que es móvil y del sentido del desplazamiento:
De la combinación de las dos situaciones anteriores se deduce que las superficies cóncavas y convexas pueden ser móviles simultáneamente. Esta situación corresponde a la realidad funcional de los movimientos articulares, para los cuales, nunca hay, estrictamente hablando, un segmento corporal fijo y otro móvil.