Portada » Ciencias sociales » Fundamentos de Epidemiología: Conceptos, Usos y Medidas en Salud Pública
Disciplina que estudia las causas de la aparición, propagación, mantenimiento y descenso de los problemas de salud en poblaciones, con la finalidad de prevenirlos o controlarlos.
Para ello, la epidemiología se nutre de conocimientos de otras áreas, como pueden ser la biología, la estadística o la sociología.
Una interpretación fundamental de esta definición revela que su objetivo es evaluar la magnitud y frecuencia de problemas de salud e identificar los motivos (agente biológico, condiciones ambientales o sociales, etc.) que dan lugar a que dicha magnitud y/o frecuencia se modifiquen al alza o a la baja.
Aquí parece interesante incluir los primeros conceptos de la asignatura, puesto que los problemas de salud pueden ser clasificados en función de su frecuencia y su distribución, teniendo así:
Resulta fácil saber cuándo una enfermedad aumenta su distribución geográfica, pero ¿cómo sabemos cuándo aumenta su frecuencia sin aumentar su distribución? Por supuesto, cuando se estudian los posibles motivos que podrían explicar la aparición de un problema de salud, en definitiva, lo que se intenta determinar es si entre la posible causa (o también llamada exposición) existe una relación causal (una explica la otra) o casual (no hay relación realmente, se observaron juntos pero es fruto del azar) con el efecto (o evento). En este sentido, se llaman fenómenos estocásticos (no deterministas) a aquellos que se dan bajo la influencia (total o parcial) del azar y, por tanto, no son predecibles. Por el contrario, los fenómenos no estocásticos no dependen del azar, lo que implica que pueden ser predichos.
Cuando hay asociación entre el IAM y la diabetes, aumenta la probabilidad, pero esta nunca será de 1 (porque si no, significaría que la diabetes provoca IAM y no es así). Es decir, en la mayoría de los estudios de enfermedades no encontramos relaciones causales, sino casuales, es decir, que hay una probabilidad que no implica causalidad (causa-efecto).
La epidemiología estudia la evolución natural de la enfermedad, y en base a esto se puede diferenciar una epidemiología de salud pública o comunitaria, y otra, de corte clínico o individual.
Estudia la frecuencia y distribución de la enfermedad y sus determinantes, factores de riesgo (por ejemplo, para ver si aumentan o hacen que aparezca la enfermedad o si, por el contrario, hacen que disminuya o no aparezca, siendo factores protectores) o protección. Para ello se fija en sujetos sanos, generalmente viviendo en la comunidad, a los que sigue para observar cómo enferman.
Estudia la frecuencia y distribución de las consecuencias de la enfermedad y sus determinantes, los factores pronósticos. Intenta estudiar la historia natural y las consecuencias de las mismas (por ejemplo, observar cuál es la población que muere por una enfermedad, como por ejemplo si mueren más mujeres que hombres, etc.). Para ello, suele fijarse en sujetos enfermos en los que mide posibles factores pronósticos y los sigue para observar la evolución de la enfermedad.
Para obtener toda esta información, la epidemiología debe cuantificar la presencia del problema, indagar en asociaciones entre posibles exposiciones y efectos de interés para determinar cuáles son factores de riesgo o protectores, establecer intervenciones en la comunidad y evaluar su efectividad, etc. Y todo ello lo hace de forma sistemática (siguiendo una metodología, el método epidemiológico, que al igual que la metodología enfermera, se basa en el método científico). Toda esta información se obtiene a través de la realización de estudios epidemiológicos que poseen diferentes cortes metodológicos y que a continuación detallaremos.
Los estudios descriptivos son aquellos que solo cuantifican, sin intentar establecer asociaciones causales entre exposición y efecto. Simplemente dicen qué frecuencia hay de algo (en Sevilla el 47% de la población son hombres, y de ellos el 13% son diabéticos, de los cuales el 75% ha tenido un IAM). Solamente se limitan a describir por sexos o enfermedades.
Hay 2 tipos:
Los estudios que menos evidencia científica aportan son los estudios de un caso o serie de casos; no obstante, son útiles para comunicar respuestas no descritas a tratamientos, manifestaciones nuevas de una enfermedad, aparición de tóxicos poco o nada descritos, etc.
Además, en función del papel del investigador, los estudios pueden ser observacionales, en los que solo se observa qué ocurre, o experimentales (también llamados de intervención) en los que se manipula una variable (se lleva a cabo una intervención como administrar un nuevo medicamento o educar a una población diana).
Los estudios experimentales son los que aportan más evidencias científicas (ensayos clínicos), pero su diseño es mucho más complicado, por lo que no profundizaremos en ellos.
Los estudios observacionales más frecuentes son los estudios transversales, de los que hay que tener en cuenta que, aunque suponen un corte en el tiempo, dicho corte puede ser de un periodo de interés para el investigador. Por ejemplo, cuantificar el número de diabéticos tipo II en Andalucía en el año 2017. En este caso, el punto de corte es un año completo y obtendremos información sobre cuán frecuente es el problema, pero no sobre factores de riesgo/protectores o si el problema está en aumento o disminuyendo (salvo que podamos compararlo con la prevalencia de años anteriores).
Además, en función de si se hace un seguimiento del proceso en el tiempo o no, distinguimos entre estudios transversales o de prevalencia (sin seguimiento) o longitudinales, en los que el seguimiento puede ser prospectivo (adelante en el tiempo, el evento aún no se ha dado cuando comienza el estudio) o retrospectivo (el evento ya se ha dado cuando se inicia el estudio).
Los estudios analíticos pueden ser:
Una vez diseñado el estudio, debemos saber: cuál será la población diana, cuál el evento y qué exposición/es, tiempo de seguimiento si es que lo hay, etc. Obtendremos los datos y tendremos que llevar a cabo el análisis de los mismos. A veces, como se comentó en el tema de demografía, se pueden utilizar datos recogidos en fuentes secundarias como historia clínica, censo o padrón, mortalidad o natalidad recogida en estadísticas de instituciones gubernamentales, etc.
La función de estas es describir y comparar poblaciones (los números absolutos son poco adecuados).
Tenemos los indicadores sanitarios o demográficos, uno de los más importantes son: tasas de mortalidad (número de personas que fallecen en una población por unidad de tiempo). Normalmente podemos tener números muy grandes o muy pequeños (porque son eventos frecuentes o infrecuentes), por lo que en vez de hablar de porcentaje, se hablará de “tanto por 1000, tanto por 1 millón…”. Es decir, se comunican en relación a un número de habitantes: 100 (%), 1000, 10.000, 100.000, 1 millón, etc.
Prevalencia: Número de eventos de estudio / Población observada expuesta al evento
Hace referencia al número total de casos (nuevos y antiguos). Adquiere valores entre 0 y 1 (o en porcentaje), es adimensional (no existen unidades). Cuando hacemos la prevalencia, nos dará un número entre 0 y 1 como probabilidad (probabilidad de cada sujeto de tener ese problema, por ejemplo, probabilidad del 0.05 de padecer diabetes si perteneces a esa población), pero si multiplicamos por 100 dará un porcentaje (proporción de esa población total que tiene ese problema, por ejemplo, el 5% de esa población tiene diabetes). Se interpreta como la probabilidad promedio individual de presentar el evento. Se utiliza en estudios transversales.
Incidencia Acumulada: Número de casos nuevos en periodo de t / Número de sujetos sanos al inicio del estudio
La incidencia se estudia en el tiempo, mientras que la prevalencia no.
Adquiere valores entre 0 y 1 (o en porcentaje), y es adimensional.
Se interpreta como la probabilidad promedio individual de presentar el evento durante un periodo de tiempo que debe ser explicitado.
Se utiliza en estudios de cohorte (fija o cerrada). Puede acompañarse de un estudio transversal inicial para establecer quiénes están enfermos al inicio del estudio.
Hay una limitación cuando el tiempo de estudio es largo, puesto que la cohorte ya no es cerrada (muertes, cambios de residencia…), el envejecimiento u otros factores pueden llevar a algunos sujetos a no ser representativos de la población diana.
OJO: 2 grupos pueden tener IA finales iguales, aunque las velocidades de aparición sean diferentes.
La relación entre prevalencia e incidencia nos informa sobre la duración media de la enfermedad, que se define como el total de años de enfermedad (tiempo que cada paciente diagnosticado vive hasta que fallece o se cura) dividido por el número de casos.
¿Qué ocurre con la prevalencia cuando:
La prevalencia es lo que se va acumulando.
Estas medidas están basadas en el cociente.
Visión práctica donde:
1-p es probabilidad de que no ocurra
Ejemplo de Cálculo de Odds Ratio:
OR ejemplo → [30/32 / (1 – 30/32)] / [ 5/30 / (1 – 5/30 )]
Todas las medidas son cocientes encaminados a ver cómo actúa la exposición a un factor en la presencia o ausencia del problema de salud. De esta forma: