Portada » Historia » Fechas de la guerra de la independencia
A finales del XVIII y comienzos del XIX, se resquebrajan algunas estructuras del Antiguo Régimen, construido a partir de la sociedad estamental y el absolutismo. Estos serán sustituidos por un modelo liberal defensor de unos pilares más propios de sociedades democráticas. Internacionalmente esto se inició gracias a las Revoluciones Americana y Francesa, en el XVIII, mientras que para España nos iremos al reinado de Carlos IV (1788-1808) y a la Guerra de la Independencia (1808-14) para comenzar a hablar de asentamiento de un modelo liberal.
Encontramos el Despotismo Ilustrado. Dicha estructura fue asentada en España por Carlos III (1759-88) y comenzará a decaer a partir de Carlos IV. Su gobierno se caracteriza por: el gobierno de un valido; la influencia de la Revolución Francesa, muchos simpatizaron con este proceso revolucionario; una creciente dependencia de Francia, España retorna a la tradicional alianza con la Paz de Basilea (1795), este acercamiento fue favorecido por Godoy a través de acuerdos de alianza que terminaban aislando a España del resto de Europa, encontramos los tratados de San Idelfonso (1796 y 1800) y Fontainebleau (1807) que convertirán a España en un satélite de Francia. Gran Bretaña respondíó sometiendo a España a un bloqueo marítimo que perjudicó los intereses españoles en América, además en 1805 la armada hispanofrancesa sufríó una derrota en Trafalgar. Dos años después, mediante el Tratado de Fontainebleau, España accede a que tropas del estado francés ingresen en la península supuestamente como puente para someter a Portugal, aliado de Gran Bretaña; los graves problemas de la hacienda estatal, deudas heredadas del erinado anterior y las constantes guerras, Godoy recurríó a medidas como la apropiación y venta de bienes de la Iglesia, un primer paso hacia la desamortización; hubo un gran malestar social debido a epidemias, motines por la carestía y las subidas del precio del pan; la oposición política era creciente, opositores de Godoy encabezaría dos motines, uno sin éxito, Escorial (1807) y otro triunfante, Aranjuez (Marzo 1808), que concluye con el encarcelamiento de Godoy y la abdicación de Carlos en Fernando VII, ante esto Napoleón se aprovecha de la inestabilidad y con sus tropas en España quiso hacer de España una monarquía satélite de Francia, conduciendo así a la Guerra de la Independencia (1808-1814) como respuesta armada de España.
La guerra se analiza de la siguiente manera:
-Las causas y el carácter del conflicto: el desencadenante fueron las renuncias de Bayona, donde Napoleón entrega a su hermano José el trono español. Este acontecimiento dinamitó en España un motín popular el 2 de Mayo de 1808, se inició en Madrid pero desembocará en un levantamiento general.
En Junio de 1808 se redacta la Carta Otorgada de Bayona donde se establecía la existencia de unas Cortes y un conjunto de derechos y libertades, a partir de esto estalla un suceso de tres vertientes: conflicto internacional, se incluye a Portugal y Gran Bretaña, apoyos de los españoles en este caso, destaca el duque Wellington; fue también una Guerra Civil; y finalmente el conflicto estuvo acompañado de una crisis política marcada por el vacío de poder.
-Etapas de la guerra: hubieron tres grandes fases, primero entre Mayo y Noviembre e 1808, derrotas de los franceses como Bailén, que impidió la ocupación francesa de Andalucía, esto se debe a que los sublevados pusieron bases para coordinar sus operaciones a través de juntas locales que se integrarán en juntas supremas provinciales y finalmente en una junta suprema central; la segunda de Noviembre de 1808 a Julio 1812, Francia hizo gala de una hegemonía militar encabezada por Napoleón, a lo que España respondíó con una guerra de guerrillas en la que sobresalen los Merino, Espoz y Mina y El Empecinado, y resistiendo al sitio de ciudades claves como Zaragoza o Gerona; la tercera etapa de Julio de 1812 a 1814, el mantenimiento de dos frentes, el español y el ruso, favorecíó una gran ofensiva aliada iniciada en Arapiles (1812) que condujo a la derrota francesa y reconocimiento de Fernando VII como rey de España mediante el Tratado de Valençay (1813).
A medio y largo plazo esta guerra supone el punto de inflexión para el paso de un modelo absolutista al liberal enunciado en Cádiz durante el transcurso de la disputa. La victoria permitíó la enunciación en España de principios tan importantes como la soberanía nacional, división de poderes, los derechos individuales o la definitiva supresión de derechos feudales entre otros.
Tras el 2 de Mayo de 1808, surgieron Juntas Provinciales para coordinar la resistencia contra los franceses. El 21 de Septiembre se constituyó en Aranjuez, la Junta Central, cuya presidencia ostentó el conde Floridablanca. Esta subscribíó una alianza con Gran Bretaña, organizó un ejército y puso en marcha un programa de tipo reformista. Se trasladó a Sevilla en Diciembre de 1808. Allí anunció la convocatoria de Cortes, pero ante el avance francés se trasladaron a Cádiz, disolvíéndose y dando lugar a un Consejo de Regencia, que dispuso la reuníón en una sola Cámara y no por estamentos. En Septiembre de 1810, las Cortes celebraron su primera sesíón. Entre 100 y 223 diputados la compusieron a lo largo de sus tres años, de distintos grupos sociales e ideológico, encontramos tres grandes facciones: grupo de izquierdas, liberales, defendían posiciones radicales como la soberanía nacional, destaca Argüelles; grupo de centro, jovellanistas, hablaban de promover un acuerdo entre el rey y la nacíón y de mantener cortes estamentales; grupo de derecha, absolutistas, carácter tradicional y defensor de los principios propios del Antiguo Régimen.
Estos son responsables de una labor legislativa determinante que podemos desglosar en dos grandes apartados: la constitución de 1812 y las medidas económico-sociales complementarias.
La constitución fue promulgada en Marzo de 1812, día de San José, razón por la cual se la conoce como la “Pepa”. Se trata de una ley fundamental que establece las bases del programa liberal, teniendo como referentes más inmediatos el primer texto constitucional de la Revolución Francesa (1791) y el de la Americana (1787). Aprobada por un Parlamento Nacional, supuso el primer intento serio y por vía legal para desmantelar los pilares fundamentales del Antiguo Régimen. Para este fin aprobará medidas como: la soberanía nacional; la división de poderes, siguiendo el modelo diseñado por Montesquieu, se establece un poder ejecutivo, un legislativo y un judicial; una monarquía parlamentaria, régimen político caracterizado por la limitación del poder del monarca; el reconocimiento de derechos individuales, no se acometíó el problema religioso con el mismo talante liberal y el resultado fue el establecimiento de la religión católica como única y oficial del Estado; el sufragio universal masculino indirecto, pilar del nuevo sistema electoral; y la creación de una Milicia Nacional.
En cuanto a las medidas económico-sociales complementarias encontramos: la abolición del régimen feudal (1811); la puesta en marcha de un nuevo proceso de desamortización (1813) sobre las propiedades de afrancesados, el clero, y órdenes militares cuya venta en pública subasta generaría unos ingresos dirigidos a paliar la deuda pública del Estado; la supresión de la Inquisición; la supresión de las aduanas internas y los gremios, en un intento de tender hacia el librecambio y la regulación del mercado a partir de las leyes de la oferta y la demanda.
Evidentemente, y al tratarse de tiempos de guerra, mucho de lo acordado en Cádiz no pudo aplicarse inmediatamente e incluso a la vuelta de Fernando VII y el reinado de su hija Isabel II, sufrirá avances y retrocesos continuos muy ligados al grupo liberal que ocupase el gobierno en cada momento. La constitución es un referente imprescindible para entender la política española del XIX y del XX, estando presente su debate en cualquier gobierno y texto constitucional de estas dos centurias.
El reinado se extiende entre 1814-33, pudiendo dividirse en 3 grandes períodos.
El primero 1814-20 el sexenio absolutista, nada más regresar, Fernando VII decreta la anulación de la Constitución de Cádiz, medida promovida por los conservadores y su “Manifiesto de los persas”. Esta restauración absolutista supónía la condena de los políticos liberales y el restablecimiento de las instituciones y privilegios de 1808. Durante estos seis años, Fernando VII afrontó una serie de problemas, pudiendo destacar la inestabilidad del gobierno, debido al excesivo poder acumulado por la camarilla que rodeaba al monarca y la oposición de los liberales, que se concreta en conspiraciones por parte de sociedades secretas, pronunciamientos militares, dos fallidos, La Coruña (1815) y Cataluña (1817) y uno triunfante a cargo del oficial Rafael del Riego en Sevilla en 1820, esto además de la continuada crisis hacendística y el comienzo de la Emancipación Americana.
El segundo de 1820-1823, el trienio liberal. Constatamos la celebración de una revolución inmersa dentro de las oleadas revolucionarias liberales que acontecen la Europa de los años 20. El monarca presionado por el pronunciamiento de Riego, se ve obligado a firmar ahora un decreto por el que se compromete a recuperar lo acordado en Cádiz. Se restablece la Constitución de 1812 junto con: la definitiva suspensión de la Inquisición; se vuelve a abolir el feudalismo; se retoma la desamortización; se acometen reformas eclesiásticas encaminadas a reducir el clero regular; se reduce el cobro del diezmo a la mitad; se redacta la primera legislación sobre la enseñanza; se confecciona el primer Código Penal; se procede a la división territorial de España en 52 provincias; se crea una Milicia Nacional.
A partir de 1820 constatamos dos facciones: moderados, padres de la obra de Cádiz, controlan el gobierno hasta 1822; y los exaltados organizadores de la revolución de 1820, sector más radical que controlará el gobierno a partir de 1822.
La brevedad de este periodo alude a la multitud de opositores con los que contó desde el comienzo: altos militares, iglesia, campesinos y políticos conservadores. Entre las actuaciones contrarias encontramos la sublevación de la Guardia Real, la organización de fuerzas guerrilleras en Navarra y Cataluña e incluso la proclamación de un gobierno paralelo al oficial que pretendía actuar como legítimo en Urgel apelando a la “cautividad” del monarca por los liberales. Nada de esto provocó la caída del régimen, sino tras celebrarse un Congreso en Verona (1822), la Santa Alianza será la encargada de poner el fin con los “Cien Mil Hijos de San Luis” comandados por el Duque de Angulema.
La década “ominosa” (1823-33). No supuso una vuelta al absolutismo, de hecho se promovieron reformas moderadas y Fernando VII contó durante estos años con la oposición de los absolutistas más exaltados, quienes desencadenaron revueltas como la de los “Agraviados” (Cataluña, 1827) a fin de recuperar el absolutismo. Podemos destacar de esta fase: la dura represión contra los liberales del Trienio, ejecuciones (Riego, Empecinado, Torrijos, Mariana Pineda) o exilios a Francia y Gran Bretaña; sustitución de Milicia Nacional por Cuerpo de Voluntarios Realistas; se acometieron diversas reformas de carácter técnico tales como la creación del Consejo de Ministros (1823), del Ministerio de Fomento (1832), la elaboración de Presupuestos Generales del Estado, y medidas con tintes de liberalización económica; y la aparición del carlismo, estrechamente relacionado con la derogación de la ley sálica por Fernando VII para promover la sucesión de su hija, Isabel II, con esto desplazaba a su hermano Carlos, lo que motivará a este y a los carlistas a iniciar una serie de protestas y hasta tres conflictos bélicos.
En cuanto a la emancipación de la América Española, encontramos varias causas: las colonias habían ido progresivamente ampliando su autonomía y consideraban que debían independizarse aprovechando problemas internos de la metrópoli, estos querían seguir los pasos de la independencia de EEUU y de la Revolución Francesa, además las medidas administrativas tomadas por los Borbones no frenaron este proceso.
El desarrollo del proceso independentista deja entrever algunos rasgos generales como: falta de conexión entre los procesos revolucionarios, se habla de varias independencias: el Virreinato del Río de la Plata, bajo el liderazgo de José San Martín, independencia de Paraguay (1811), Argentina (1816), Chile (1818) y Uruguay (1828); el Virreinato de Nueva Granada, conducidas por Simón Bolívar, independencia de Colombia (1819), Venezuela (1821) y Ecuador (1822), unidos en una República de la Gran Colombia que se disgregará en 1830; El Virreinato del Perú, con Bolívar descendiendo y San Martín ascendiendo, independencia de Perú (1822) y Bolivia (1825); el Virreinato de Nueva España, se desarrolla un proceso diferente, México se proclama independiente de la mano de Agustín en 1821, incluyendo América Central, ya en 1824 se proclama República Federal y deriva una Confederación de Provincias Unidas de América Central.
Se trató de un proceso largo y complejo y con tintes de internacionalización, pues Estados Unidos e Inglaterra favorecieron las emancipaciones a fin de suplantar a España en el control del mercado americano.