Portada » Psicología y Sociología » Explorando las Teorías del Aprendizaje: Piaget, Bruner, Vigotsky y Ausubel
Preguntas de aprendizaje autorregulado
El aprendizaje significativo ocurre cuando el alumno realmente entiende lo que aprende y puede usar ese conocimiento en diferentes situaciones. No es solo memorizar, sino que lo aprendido se mantiene en el tiempo, se practica lo suficiente y puede evaluarse para determinar su alcance.
Las metas de aprendizaje son los objetivos o razones que tiene el estudiante para hacer una tarea. Estas metas guían cómo se motiva, qué interés tiene y qué estrategias usa para aprender.
Las metas de aprendizaje se dividen en tres grupos principales:
Metas de aprendizaje o de dominio: Aquí el estudiante busca entender bien el tema o mejorar sus habilidades. Está motivado por un interés real en la tarea y en superarse a sí mismo.
Metas de rendimiento: El objetivo es mostrar que es bueno o evitar quedar mal frente a otros. Dentro de estas metas hay dos tipos:
Metas de aproximación: Buscan destacar y tener éxito.
Metas de evitación: Buscan no fracasar ni ser criticados.
Metas múltiples: Son cuando el estudiante tiene varias metas al mismo tiempo, como aprender, obtener reconocimiento o recompensas. Esta combinación ayuda a adaptarse mejor a diferentes situaciones y generalmente mejora tanto la motivación como el rendimiento.
Una prueba que se puede realizar para saber en qué estadio cognitivo está un niño es la de conservación de líquidos. Consiste en mostrarle dos vasos iguales con la misma cantidad de agua y, una vez que confirma que tienen lo mismo, se pasa el agua de uno a un vaso que sea más alto y delgado (o más ancho). Después se le pregunta si los dos tienen la misma cantidad.
Si el niño dice que el vaso más alto tiene más agua, está en el estadio preoperatorio, porque se guía por la percepción visual y no puede entender que la cantidad sigue siendo la misma. En esta etapa todavía no puede pensar de forma lógica, le resulta difícil considerar múltiples aspectos simultáneamente y no usa la reversibilidad.
En cambio, si dice que tienen la misma cantidad, aunque uno se vea diferente, significa que está en el estadio de operaciones concretas. Esto muestra que ya puede pensar de forma más lógica, que entiende que aunque algo cambie de forma sigue siendo lo mismo, y que puede usar la reversibilidad para razonar.
Esta prueba sirve para ver cómo piensa el niño, si ya puede usar el pensamiento lógico o si todavía se guía por la apariencia de las cosas.
Esta forma de aprender, el aprendizaje por descubrimiento, transforma el rol del docente, quien se convierte en un guía o andamio: acompaña el proceso proporcionando ayudas ajustadas a las necesidades de cada estudiante, las cuales se retiran progresivamente a medida que este adquiere autonomía.
Bruner también propone el currículum en espiral, donde los contenidos se retoman varias veces, pero cada vez con mayor profundidad. Además, habla de tres formas de representar lo aprendido: a través de la acción (representación enactiva), de imágenes (representación icónica) y del lenguaje (representación simbólica).
Las estructuras cognitivas son formas de organizar el pensamiento que van evolucionando a medida que se desarrolla la persona. No son directamente observables, pero se infieren a partir de la conducta y las respuestas de un individuo ante diversas situaciones. En otras palabras, son el «marco mental» que utilizamos para interpretar el mundo, y se construyen desde lo más concreto hasta lo más abstracto. Por ello, son fundamentales para adaptar la enseñanza al nivel de desarrollo de los estudiantes.
Dentro de estas estructuras aparecen los esquemas de acción, que constituyen las unidades básicas del pensamiento en sus etapas iniciales. Son unidades mentales interconectadas que, al activarse, pueden combinarse para formar esquemas más complejos. Por ejemplo:
Figura: Es una acción puntual, como agarrar un objeto. Es simple, concreta y a menudo repetitiva.
Plan: Es una secuencia de figuras con un objetivo. Por ejemplo, abrir un cajón implica una secuencia de acciones encadenadas que conforman un «movimiento mental» unificado.
Otra variante importante son las operaciones, que ya implican un nivel de abstracción superior. Son coordinaciones mentales que posibilitan la manipulación de ideas o imágenes sin la presencia física del objeto. Se agrupan en sistemas con reglas lógicas y, a diferencia de las acciones, son reversibles (es decir, permiten ir mentalmente de A a B y regresar de B a A). Hay dos tipos principales:
Operaciones concretas: Se basan en imágenes mentales de objetos reales.
Operaciones formales: Trabajan con ideas abstractas, sin depender de lo concreto.
Según Vygotsky, la Zona de Desarrollo Próximo (ZDP) es la distancia entre lo que un niño puede hacer solo y lo que puede hacer con ayuda. Es en este espacio donde el aprendizaje adquiere mayor potencia.
El andamiaje es esa ayuda temporal y ajustada que se proporciona para facilitar el avance en el desarrollo del individuo. A medida que gana autonomía, dicha ayuda se retira. Ambos conceptos están intrínsecamente relacionados: el andamiaje permite que el niño progrese dentro de su ZDP.
Ejemplo personal: Actué como andamio cuando observé que varios niños del jardín infantil presentaban dificultades en el uso adecuado de los cubiertos: giraban la cuchara, no lograban alimentarse correctamente y algunos manifestaban dolor de estómago para evitar la situación. Ante esta situación, que me generaba ansiedad y preocupación, decidí intervenir. Organicé juegos, como una versión de “papa caliente” con cubiertos, para practicar su uso de forma lúdica, y también conversamos sobre la importancia de una alimentación adecuada y la exploración de diferentes alimentos. A partir de entonces, acompañé sus progresos y ajusté mi apoyo según las necesidades individuales de cada uno.
Para que haya aprendizaje significativo, deben cumplirse ciertas condiciones tanto por parte del contenido como del aprendiz.
Que posea una disposición favorable y actitud positiva hacia el aprendizaje.
Que disponga de conocimientos previos (o subsunsores) que le permitan relacionar la nueva información con lo que ya sabe.
Que el contenido posea sentido lógico y esté bien estructurado.
Que se presente con herramientas que faciliten la conexión de lo nuevo con lo ya conocido, como los organizadores previos.