Portada » Economía » Evolución y Desafíos de los Sistemas Económicos Globales
En la realidad, ningún sistema es puro. Ejemplos:
Predomina el mercado. No hay un ente central que decida: los precios se determinan automáticamente según la oferta y la demanda. Se produce lo que le interesa a los productores (lo que genera beneficio) y se compra lo que resulta más atractivo a los consumidores. Los factores de producción (como el trabajo) también se compran y venden en el mercado. Esto da lugar no solo a una economía de mercado, sino a una sociedad de mercado, donde casi todo se organiza por intercambios voluntarios.
Predomina la planificación económica. El Estado decide cómo se asignan los recursos. Los planificadores determinan qué se produce, cómo y para quién.
Europa quedó devastada tras seis años de conflicto bélico. Era necesaria la reconstrucción económica, social e infraestructural.
Se generó un aumento masivo de la demanda, motivado por:
Las inversiones directas son aquellas que se llevan a cabo en el extranjero para participar en empresas y tomar parte activa en su gestión. Durante los años sesenta, Estados Unidos realizó cerca del 70% de las inversiones extranjeras mundiales (en 1980 esta proporción bajaría al 45%).
Un fenómeno significativo ha sido el creciente peso de los países más ricos en la acumulación de activos fuera de sus fronteras:
Quizá sobre todo, es significativo el cambio de sentido de las inversiones en Estados Unidos: mientras que en 1961-1963 solo se invirtió en Estados Unidos un 10,5% del total de inversiones directas mundiales en el extranjero, en 1979 ya se alcanzó un 35%, pasando de unas entradas de capital por ese concepto de 8.000 millones de dólares en 1963 a 183.000 millones en 1985. Es decir, que la economía estadounidense pasó de ser exportador a importador de capitales.
Los cambios en las pautas de consumo y en las relaciones económicas internacionales provocaron una hipertrofia de la circulación monetaria y un endeudamiento permanente a lo largo de los años de expansión económica a los que nos estamos refiriendo.
El aumento del poder adquisitivo provocó un cambio espectacular en la composición del consumo de la población. Los bienes alimentarios de primera necesidad dejaron de ser el principal destino de las rentas. La sofisticación de las conductas alimenticias inducidas mediante la publicidad y el marketing hizo necesaria la disposición de electrodomésticos de diferente tipo, y la mejora del nivel de vida desplazó el gasto hacia los bienes de consumo duraderos (vivienda, automóvil…), para cuya disposición fue necesario un recurso permanente al crédito al consumo.
El 9 de agosto de 1971, EE.UU. suspende la convertibilidad del dólar en oro. En 1973 se produce la devaluación oficial del dólar y se rompe el sistema monetario internacional fijo.
Las razones del endeudamiento fueron variadas: en algunos casos respondían a necesidades reales de financiación; en otros, fueron impulsadas por la presión de acreedores internacionales, como bancos y organismos financieros. Sin embargo, cuando los tipos de interés subieron, los pagos se volvieron insostenibles y las deudas se convirtieron en una carga financiera.
La depreciación del dólar en los mercados financieros, ya a principios de los años setenta, había comenzado a provocar una falta de estímulo en la producción de materias primas, lo que unido al fuerte impulso de la demanda que llevaba consigo el mantenimiento de los ritmos de crecimiento generó una importante subida de sus precios en los mercados mundiales de productos básicos para la industria o el consumo:
La permanente tendencia al alza del consumo presionaba igualmente sobre los precios y las empresas continuaban con su política de endeudamiento, aún barato, para procurar que el aumento de su capacidad productiva compensara las alzas salariales que los trabajadores reivindicaban permanentemente. El crecimiento del gasto público y de la oferta monetaria añadía factores de «recalentamiento» a las economías occidentales que muchos consideraban ya funcionando por encima de sus posibilidades.
Pero todos estos fenómenos, y los que anteriormente han sido señalados, se reforzaron notablemente a partir del año 1973, cuando la economía mundial entró en una fase de desorden y de crisis agudizada que perduraría hasta bien entrados los años noventa.