Portada » Economía » Estudio Técnico de Proyectos: Claves para la Viabilidad y Optimización
El estudio técnico es una fase crucial en la formulación y evaluación de proyectos, cuyo propósito principal es determinar la viabilidad técnica y operativa de una iniciativa. Este proceso abarca desde la concepción del producto o servicio hasta la definición de los recursos necesarios para su producción y operación.
Los objetivos del estudio técnico operativo son los siguientes:
En definitiva, se trata de resolver preguntas fundamentales como: ¿dónde, cuánto, cuándo, cómo y con qué producir lo que se desea? Por lo tanto, el aspecto técnico operativo de un proyecto comprende todo lo referente al funcionamiento y la operatividad del mismo.
El estudio técnico se estructura en varias secciones clave que abordan los aspectos fundamentales para la implementación de un proyecto:
Dentro de un sistema de producción, se distinguen tres tipos de capacidades:
El tamaño de un proyecto o planta está influenciado por diversos factores interrelacionados:
El tamaño propuesto solo puede aceptarse si la demanda es superior a dicho tamaño. Si el tamaño fuera igual a la demanda, no se recomendaría llevar a cabo la instalación, puesto que sería muy riesgoso. Cuando la demanda es superior al tamaño propuesto, este debe ser tal que solo se pretenda cubrir un bajo porcentaje de la demanda (no más del 10%). En regímenes de oligopolio, no se recomienda intentar introducirse en el mercado, excepto mediante acuerdos previos con el propio oligopolio acerca de la repartición del mercado existente o del aseguramiento del abasto de materias primas.
El abasto suficiente en cantidad y calidad de materias primas es un aspecto vital en el desarrollo de un proyecto. En etapas más avanzadas del proyecto, se recomienda presentar tanto las cotizaciones como el compromiso escrito de los proveedores para abastecer las cantidades de materias primas e insumos necesarios. En caso de que el abasto no sea totalmente seguro, se recomienda buscar alternativas en el extranjero, cambiar de tecnología si es posible, o incluso abandonar el proyecto.
Ciertos procesos o técnicas de producción exigen una escala mínima para ser aplicables. Las relaciones entre tamaño y tecnologías influirán, a su vez, en las relaciones entre tamaño, inversiones y costo de producción. En efecto, dentro de ciertos límites de operación, a mayor escala, dichas relaciones propiciarán un menor costo de inversión por unidad de capacidad instalada y un mayor rendimiento por persona ocupada; lo anterior contribuirá a disminuir los costos de producción, a aumentar las utilidades y a elevar la rentabilidad del proyecto. En términos generales, la tecnología y los equipos tienden a limitar el tamaño del proyecto a un mínimo de producción necesario para ser aplicables.
Si los recursos económicos propios y ajenos permiten escoger entre varios tamaños, se debe considerar la gran diferencia de costos y rendimientos económicos para producciones similares. Si existe flexibilidad de la planta, es decir, si los equipos y la tecnología lo permiten, se puede considerar la implantación por etapas del proyecto como una alternativa viable.
Aquí se hace referencia, sobre todo, al personal técnico de cualquier nivel. Este aspecto no es tan importante para limitar el proyecto, ya que con frecuencia se ha dado el caso de que, cuando se manejan tecnologías avanzadas, vienen técnicos extranjeros a operar los equipos.
Lange define un modelo particular para fijar la capacidad óptima de producción de una nueva planta, basándose en la hipótesis de que existe una relación funcional entre el monto de la inversión y la capacidad productiva del proyecto. Esto permite considerar la inversión inicial como medida directa de la capacidad de producción (tamaño). El mayor uso de un factor permite una menor inversión en otro factor. En estas condiciones, el costo total alcanza su nivel mínimo cuando el incremento de la inversión inicial es igual a la suma descontada de los ahorros en costos de operación que esa mayor inversión permite generar.
Una forma más detallada de determinar la capacidad óptima de producción es considerar la capacidad de los equipos disponibles en el mercado y, con esto, analizar las ventajas y desventajas de trabajar cierto número de turnos y horas extras. Cuando se desconoce la disponibilidad de capital para invertir, este método puede ser particularmente útil.