Portada » Economía » Estrategias para Minimizar el Impacto Ambiental del Transporte Aéreo
En la actualidad, existe abundante evidencia de que la contaminación atmosférica es una de las principales causantes del efecto invernadero y del calentamiento global de la Tierra.
A nivel global, es probable que las políticas encaminadas a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero obliguen a la industria del transporte aéreo a establecer estrategias que incluyan los impactos ambientales que suscita.
Por ejemplo, la planificación de un sistema energéticamente más eficiente de acceso al aeropuerto mediante un sistema de transporte integrado entre el tren y el avión, evitando así el uso del coche privado para el transporte de pasajeros al aeropuerto. Otro aspecto a considerar sería la introducción, por parte de las líneas aéreas y el aeropuerto, de mecanismos que incentiven la competencia modal en los viajes de trayectos cortos donde el tren vuelve a ser una opción más eficiente. Esto podría aumentar el factor de ocupación de los aviones, reduciendo así las emisiones por pasajero-kilómetro. Como se puede apreciar, los modelos de comportamiento en el mercado aéreo pueden sufrir cambios sustanciales como consecuencia de la aplicación de medidas encaminadas a mitigar el cambio climático.
La etiqueta del carbono provee información acerca de la intensidad del uso del carbono (energía de origen fósil) en el consumo de un bien o servicio determinado. Esta técnica podría ser útil para la consecución de un producto turístico más sostenible al menos de dos formas diferentes.
Normalmente, los tour operadores ofrecen sus productos siguiendo la fórmula siguiente: “Destino X, desde el precio de X€ por persona”.
El precio de los viajes de estancia corta es más atractivo que el de los viajes de estancia más larga. Si, en cambio, los tour operadores anunciaran sus productos siguiendo la fórmula siguiente: “Destino X, desde el precio de X€ por persona y día”, se proporcionaría una información más adecuada para que el turista valore su elección. Esto podría incentivar un cambio hacia viajes de estancia larga, dado que aparecerían como más baratos respecto a los viajes de estancia corta, porque el coste total del paquete se dividiría entre un número mayor de días y, como el coste del vuelo (la componente más costosa) no cambia, este se diluiría entre más días de estancia.
La principal ventaja es reducir la demanda de viajes aéreos, ya que el turista está más tiempo fuera y, por tanto, no necesitaría realizar un segundo viaje en el periodo de vacaciones disponible. Si ello es así, conseguimos disminuir la intensidad de carbono de ese tipo de paquete turístico. Otra de las ventajas sería que el ingreso por turista para los tour operadores aumentaría, dado que un paquete turístico de estancia larga produce un mayor margen de beneficio por producto vendido.
El diseño del producto tiene un impacto directo sobre la intensidad del carbono del producto.
Está determinada principalmente por el modo de transporte, la distancia al destino y, en menor proporción, por el tipo de alojamiento y las actividades ofrecidas. Con cambios menores en el diseño del producto se podrían conseguir niveles menores de emisión de CO2. En los paquetes con destinos a menos de 2000 kilómetros de distancia se podría cambiar de modo de transporte desde el aéreo al tren o autobús, que son más eficientes en el consumo energético por pasajero transportado.