Portada » Economía » Estrategias de Crecimiento Empresarial: Economías de Escala y Diversificación
Las empresas tratan de alcanzar su dimensión óptima, que les permita producir con el mínimo coste posible, como consecuencia de las denominadas economías de escala.
Las economías de escala consisten en la disminución del coste medio (coste por unidad) a medida que aumenta la cantidad de producción y crece la empresa.
Las empresas deben elegir entre un único negocio o varios. Existen dos tipos de crecimiento:
Las estrategias de especialización incluyen:
Las estrategias de diversificación incluyen:
Cuando la empresa crece añadiendo fases de la cadena de valor, el proceso se conoce como integración vertical. Las ventajas de la integración son:
Los inconvenientes incluyen la pérdida de las ventajas de la especialización y la aparición de nuevos costes de gestión.
En la subcontratación, una empresa encarga a otra la realización de una actividad bajo condiciones estipuladas. Sus ventajas son:
Existen dos modelos de crecimiento:
Las modalidades de concentración incluyen:
Consiste en un acuerdo donde las empresas unen esfuerzos para aprovechar ventajas. Tipos de cooperación:
La franquicia es un acuerdo donde el franquiciador cede a la franquiciada el derecho a usar una marca a cambio de pagos periódicos. Otras formas de cooperación incluyen:
Las empresas multinacionales son compañías formadas por una matriz con filiales en diferentes países. Sus características son:
Las ventajas incluyen:
Las desventajas incluyen:
Las PYMES son pequeñas y medianas empresas, adecuadas para actividades artesanales y donde el trato personalizado es importante. La necesidad de coexistencia entre grandes y pequeñas empresas es fundamental.
Las ventajas incluyen:
Las desventajas incluyen:
Los costes sociales son aquellos provocados por las empresas, pero soportados por la sociedad. Esto da lugar a la responsabilidad social, que se refiere a las obligaciones y compromisos que las empresas asumen para cuidar y mejorar los impactos de su actividad.
Las empresas consumen energía y recursos naturales a un ritmo superior al que pueden regenerarse, produciendo contaminación y residuos a niveles que la naturaleza no puede asimilar.