Portada » Biología » Escorbuto y Vitamina D: Síntomas, Radiología y Trastornos Óseos
Ofrecen el «signo del muñeco o títere», ya que al cogerles, con ligera presión, las epífisis distales reaccionan inmediatamente con separación y encogimiento de los hombros. Más tarde, se desarrollan extensos hematomas subperiósticos. Cuando ya han brotado los dientes, aparece a veces una gingivitis como en el escorbuto. Las hemorragias cutáneas y mucosas anemizan al paciente.
Las características radiológicas más relevantes del escorbuto son:
Las vitaminas D (calciferol) son esteroles que aparecen solo en el organismo animal. La vitamina D3 (colecalciferol) deriva del 7-dehidrocolesterol por irradiación con luz ultravioleta, y existe en la piel humana y en los aceites de hígado de ciertos peces. El componente más activo y útil en clínica humana es la vitamina D2 (ergocalciferol, ergosterol irradiado). Las vitaminas D se absorben en el tracto intestinal junto con grasas, ya que todas son liposolubles.
La vitamina D está muy relacionada con el metabolismo del calcio y del fósforo. Su principal acción es aumentar su absorción intestinal. También tiene un efecto directo sobre el proceso de calcificación y el depósito de fosfato cálcico en los huesos.
Los cambios en su actividad explicarían las alteraciones en la absorción intestinal, los riñones y los huesos.
En la infancia, produce raquitismo; en la madurez, osteomalacia.
Este crecimiento es modificado en el raquitismo hasta tal punto que se producen alteraciones y deformaciones que nunca se dan en la osteomalacia, porque en los adultos no existe el cartílago epifisario (o de crecimiento).
Las manifestaciones precoces del raquitismo se manifiestan, esquemáticamente:
A veces, van precedidos de sudoración excesiva y trastornos gastrointestinales.
En la craneotabes, se reblandecen zonas del cráneo, casi siempre entre los huesos occipital y parietal, a lo largo de la sutura lambdoidea (para explorar este defecto se coge el cráneo con las palmas de las manos, estando el explorador frente al enfermo, y se palpa la región occipitoparietal con los dedos; entonces se nota que el cráneo cede a la presión y, al retirar los dedos, vuelve a su posición original, como cuando se aplasta un pergamino); después engrosa la bóveda craneana y aparece la «protuberancia craneana» característica.
La primera dentición se retrasa, con o sin aparición desordenada de los dientes.
El signo que aparece después de la craneotabes es la hipertrofia de las articulaciones condrocostales de la extremidad anterior de las costillas («rosario raquítico»). La espina dorsal se deforma en cuanto a su postura, pero no en lo que atañe a su estructura real. Hipertrofia de las conjunciones diafiso-epifisarias de los huesos largos (rodete de la muñeca y submaleolar) y las extremidades se curvan en distintas direcciones, según la edad en que se desarrolla la enfermedad; así, al segundo año, son habituales las piernas «corvas». Cuando un niño con raquitismo grave comienza a caminar, lo hace columpiándose. La deformación de la pelvis es una causa importante de distocia en las mujeres adultas. La enfermedad afecta también los músculos del abdomen, apareciendo el aspecto «panzudo»; a veces, pies planos.
La osteomalacia es la hipovitaminosis D en el adulto. La rarefacción de los huesos aumenta de manera continua, sobre todo los de la pelvis, tórax y extremidades. La pelvis presenta una deformidad característica. Aumenta la convexidad del sacro, los bordes del hueso ilíaco se aplastan, el estrecho superior de la pelvis es asimétrico y se estrecha más. En los huesos de las extremidades, la cortical se adelgaza. Se producen fracturas sin causa aparente. La osteoporosis senil muestra una notoria rarefacción ósea facilitadora de fracturas después de traumatismos menores. A la disminución en la formación de la matriz orgánica del hueso se añade la menor aposición de calcio.
La hipervitaminosis D provoca una amplia calcificación de los cartílagos blandos, incluyendo pulmones y riñones. Los síntomas consisten en pérdida de peso, inapetencia, debilidad general, hipotonía muscular, cefaleas, dolores osteoarticulares, confusión mental, poliuria (pretende eliminar el exceso de calcio y fósforo, pero puede conducir a la deshidratación mortal). En el análisis de la orina, hay signos de sufrimiento renal (albuminuria, cilindruria, algunos cilindros de calcio cuando aquella no es muy ácida) y cifras altas tanto de calcio como de fósforo.
Es muy importante que la ingestión diaria de esta vitamina en los niños pequeños no sobrepase las 400 U.