Portada » Geografía » El Sector Pesquero en España: Flota, Caladeros, Acuicultura y Sostenibilidad
La pesca que predomina en las regiones con flota moderna es la de altura y gran altura, destinada a los caladeros internacionales. Los puertos más importantes del norte son Vigo, A Coruña, Bermeo y Pasaia.
España es una de las grandes potencias pesqueras mundiales, como lo reflejan su flota de 8.840 buques, la captura anual de 787.000 toneladas de pescado y el empleo de 31.000 tripulantes. La pesca aporta el 1 % del PIB. Sin embargo, en comparación con hace 50 años, la actividad ha disminuido debido al agotamiento de caladeros, la situación internacional y la entrada en la UE, marcando un cambio respecto a la época dorada de la pesca en los años 70.
España tiene su actividad pesquera dividida entre distintos mares:
Las diferencias entre ambos mares han marcado la pesca en cada región. La sobreexplotación ha reducido su importancia y los puertos ahora descargan pescado de aguas lejanas, mientras los litorales buscan desarrollo industrial y turístico.
La pesca en España comenzó en la Prehistoria y alcanzó importancia comercial en la Antigüedad con la exportación de garum a Roma. En la Edad Media, los vascos cazaban ballenas y navegaban hasta Terranova. La Revolución Industrial y la llegada del vapor en el siglo XIX impulsaron la pesca, y en el siglo XX, los arrastreros aumentaron las capturas. En los años 70, España alcanzó su récord pesquero.
España participa en la Política Pesquera Común (PPC), que contiene cuatro puntos fundamentales:
Provincias destacadas en la pesca: Málaga, Murcia, Castellón, Alicante, Cádiz, Granada, Almería, Valencia.
La CC. AA. donde la producción predominante de moluscos es Galicia.
La acuicultura en España ha crecido significativamente en los últimos años, convirtiéndose en un sector clave para la producción de alimentos y la economía. En 2023, la producción alcanzó las 326.520 toneladas, un 12 % más que el año anterior, reflejando la adaptación del sector a la demanda y a prácticas sostenibles. España es el principal productor de acuicultura en la UE, contribuyendo a la seguridad alimentaria y generando empleo en zonas costeras y rurales. Su producción abastece tanto al mercado interno como a otros países europeos.
Tanto la acuicultura marina como la continental impulsan industrias complementarias como la fabricación de piensos y la depuración, además de influir en la producción de conservas y moluscos, especialmente en Galicia. El desarrollo acuícola se perfila como una alternativa clave ante la creciente demanda de productos pesqueros y el agotamiento de los recursos.
Las regiones pesqueras españolas han variado su significado tradicional, incluso los puertos. La actividad pesquera se centra en el Atlántico en detrimento del Mediterráneo.
Galicia sigue siendo líder en pesca, con un tercio de las capturas y casi la mitad del empleo pesquero. Su flota opera en aguas adyacentes, caladeros comunitarios y aguas lejanas.
La pesca de bajura es más social que económica. Su flota, mayormente artesanal, enfrenta una disminución de capturas y dificultades de acceso a aguas extranjeras. Huelva y Cádiz destacan con la pesca de atún en la almadraba.
En el litoral Mediterráneo, en las regiones de Tramontana y Levante, así como en la Balear, la pesca de especies como la barradilla o el salmonete ha sido tradicionalmente abundante, pero actualmente las pesquerías están en niveles mínimos por agotamiento. La flota es antigua y el Mediterráneo sufre un grave deterioro ecológico.
La pesca canaria tuvo su edad de oro entre los años 1961 y 1980. Radicó en la explotación del banco sahariano, favorecido por la corriente de Canarias. Sin embargo, la pérdida de estos caladeros ha hecho que sus puertos sean ahora bases para flotas que operan en el Atlántico Suroriental.
Los caladeros españoles enfrentan problemas como el deterioro del ecosistema marino, agotamiento de recursos por sobrepesca y una flota litoral excesiva. Para mitigar estos problemas, se han establecido normativas sobre artes de pesca, redes, tallas mínimas y repoblación, reguladas principalmente por la UE.
Debido a la escasez de recursos en aguas nacionales, España ha desarrollado una potente flota de altura y gran altura, que opera en caladeros internacionales, entre ellos: