Portada » Psicología y Sociología » El Proceso Creativo Neocognitivo: Memoria, Imágenes Mentales y Cognición Visual
El paradigma cognitivo traslada la atención del proceso creativo desde la conducta externa, propia de los modelos clásicos, hacia los procesos internos que intervienen en el procesamiento de información: percepción, memoria y pensamiento.
Se traslada el objeto de estudio de fuera a dentro del sujeto y, desde conductas secuenciales y ordenadas jerárquicamente, hacia acciones donde todos los procesos intervinientes se interrelacionan entre sí, son dinámicos y están en constante retroalimentación.
En este escenario, la memoria juega un papel crucial. Guilford propuso un sistema de comunicación con entradas de información procedentes del exterior.
En el proceso de resolución de problemas intervienen operaciones mentales: cognición, producción, evaluación y memoria. Estas operaciones proporcionan recuerdos, seleccionan y eliminan la información irrelevante que no ha sido filtrada por la percepción, y aportan todo el bagaje subjetivo y personal de interpretaciones de la realidad.
Utilizamos una memoria activa que rompe con el concepto de memoria-almacén, propio de las primeras interpretaciones de la Memoria a Largo Plazo, y que se alimenta de informaciones semánticas, simbólicas, conductuales y figurativas.
Tanto la memoria como la retroalimentación o la salida están presentes en todo el proceso creativo, que se inicia con la entrada de información.
Las entradas son ítems de información. Las salidas representan el abandono del problema (por rechazo o ignorancia), la postergación en la búsqueda de soluciones, o el hallazgo de la solución (o soluciones parciales o definitivas). En medio, nos encontramos con las operaciones mentales de cognición (definición y redefiniciones del problema) y de producción de ideas (convergentes o divergentes).
En la actualidad, el neocognitivismo reivindica el papel de las imágenes mentales visuales sobre la memoria y, muy especialmente, sobre la creatividad.
La existencia de una relación entre creatividad e imágenes mentales ha sido puesta de manifiesto por muchos creadores que afirman tener imágenes como componentes básicos de su proceso de trabajo.
Para estos autores, la utilización de imágenes mentales visuales sirve para:
Las imágenes mentales son especialmente importantes para aquellos creadores que necesitan representar propiedades de los objetos tridimensionales en el espacio.
La teoría del umbral de Torrance establece que cuando el Coeficiente Intelectual (CI) está por debajo de cierto umbral, la creatividad también está limitada. Por el contrario, cuando el CI se sitúa por encima de ese límite, la creatividad llega a ser una dimensión independiente.
Las imágenes mentales visuales están especialmente unidas a los aspectos del pensamiento creativo.
Kosslyn ha propuesto su modelo de simulación por ordenador de la cognición visual y del procesamiento de imágenes. Según este modelo, las imágenes mentales visuales se basan en sustratos neuronales de la visión y de la memoria, e intervienen en el proceso creativo a través del siguiente proceso:
Cualquier persona puede recuperar visualmente una imagen mental, porque la ventana va recorriendo la imagen por secuencias.
De todo ello se deduce la enorme importancia que tienen todos los elementos que intervienen en la creación de un anuncio y, especialmente, aquellos que queremos que sean recordados: la marca, el diseño del envase del producto, el nombre del producto, etc.
Al recordar un anuncio, el consumidor activa fragmentos del mismo y lo reconstruye añadiendo otros recuerdos y vivencias que tenía en su mente en el momento en que procesaba el anuncio. Por eso, durante la codificación del anuncio, no sólo se memorizan los rasgos más sobresalientes, sino que se memorizan también los rasgos que hemos seleccionado para recordarlos posteriormente.
Los rasgos con los que recuperamos la información pueden cambiar con el tiempo, reduciendo el anuncio a formas muy simples y a las emociones que tuvimos en el momento del procesamiento de la información. Esto se debe a que, según el efecto de congruencia emocional, aumenta el recuerdo si el contenido de un mensaje es congruente con el estado de ánimo de un sujeto.
Según las teorías de la imagen mental, empezamos la recuperación del recuerdo a través de un aspecto concreto o rasgo incidental del estímulo.
Los recuerdos cambian con el tiempo, convirtiéndose en formas cerradas, simples y simétricas. La memoria reduce el mensaje y tiende a hacerlo más coherente con el resto de nuestros pensamientos, actitudes, opiniones, etc.