Portada » Economía » El Empresario y la Empresa Moderna: Conceptos, Formas Jurídicas y Compromiso Social
El empresario individual es la persona física que ejerce de forma habitual y por cuenta propia una actividad comercial o industrial y responde con todo su patrimonio de las deudas que pueda contraer su negocio. Su responsabilidad es ilimitada.
Lo consideramos comúnmente como un autónomo. La propiedad y el control coinciden en la misma persona.
En las grandes empresas, el empresario (o directivo) se elige en función de su capacitación y no necesariamente por su carácter de propietario. No asume el riesgo patrimonial directo de la empresa, sino un riesgo profesional, y puede perder su puesto de trabajo si la empresa no obtiene buenos resultados. Su objetivo se centra en la búsqueda del crecimiento de la empresa y la generación de beneficios.
Los objetivos empresariales fundamentales incluyen:
Para pertenecer a una categoría (microempresa, pequeña, mediana o grande), se suelen considerar criterios como el número de empleados y el volumen de negocio o balance general. Se debe cumplir el límite de número de empleados y no superar la cifra de volumen de negocio o balance según la categoría.
En función del ámbito geográfico en el que desarrollan su actividad, se pueden distinguir empresas locales, regionales, nacionales, internacionales y multinacionales.
La intervención del Estado en la economía se ha ido ampliando hasta convertirse en un verdadero agente económico. El sector público coordina y regula el mercado, tratando de establecer objetivos generales como el crecimiento del producto nacional y una justa distribución de la renta.
Es una sociedad mercantil cuyo capital está dividido en acciones. El capital mínimo exigido legalmente es de 60.000 € (en España). Los socios no responden de las deudas sociales con su patrimonio personal, limitándose su responsabilidad al capital aportado.
Es una sociedad mercantil cuyo capital, que no puede ser inferior a 3.000 € (en España), está dividido en participaciones sociales, acumulables e indivisibles, que no pueden incorporarse a títulos negociables ni denominarse acciones. Los socios están exentos de responsabilidad personal por las deudas sociales, limitándose al capital aportado.
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC), también llamada Responsabilidad Social Empresarial (RSE), es la integración voluntaria por parte de las empresas de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores.
A medida que las empresas crecen y operan, generan tanto beneficios sociales (bienes y servicios útiles, empleo, riqueza, innovación) como costes sociales (contaminación, ruido, desempleo por reestructuración, posibles abusos laborales, agotamiento de recursos).
Los costes sociales son aquellos efectos negativos de la actividad empresarial que no son soportados internamente por las empresas (no se reflejan en sus costes directos) y son trasladados a la sociedad en su conjunto.
Actualmente, se espera que las empresas adopten una actitud de mayor responsabilidad y más ética, cuidando las consecuencias sociales y medioambientales de sus actuaciones.