Portada » Historia » El Conflicto Más Devastador del Siglo XX: Una Perspectiva Histórica
La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue el conflicto más brutal y devastador del siglo XX, caracterizado por la duración e intensidad de los combates, los recursos empleados y la inmensa pérdida de vidas humanas.
Los desencadenantes directos de la guerra fueron los expansionismos nazi y japonés, y la incapacidad de las democracias occidentales para frenarlos. Sin embargo, los orígenes profundos de la guerra deben buscarse en el orden internacional surgido tras la Primera Guerra Mundial.
El Tratado de Versalles fomentó la humillación y el resentimiento de los vencidos, que no aceptaron sus imposiciones. Esto estimuló el revanchismo y el ascenso de sistemas políticos dictatoriales que buscaban el predominio económico y político europeo.
Los regímenes fascista italiano y nazi alemán desarrollaron una política expansionista con la que pretendían engrandecer sus fronteras, desafiando con ello a la Sociedad de Naciones (SDN). Para lograrlo, reforzaron sus ejércitos, impulsaron el militarismo y propiciaron una intensa carrera de armamentos.
Tanto Italia como Alemania intervinieron en la Guerra Civil Española entre 1936 y 1939, facilitando soldados y armamento al bando nacional de Franco. Ante la política agresiva de los regímenes autoritarios, las democracias occidentales se mantuvieron al margen. La debilidad de estas y de la Sociedad de Naciones estimuló el belicismo nazi y fascista, acabando por conducir a la guerra.
La escalada de tensiones llevó a la formación de dos grandes bloques:
Alemania firmó una alianza con Italia (el Eje Roma-Berlín). Esta se renovó en 1939 con el nombre de Pacto de Acero. Alemania también firmó con Japón el Pacto Antikomintern. Un movimiento estratégico clave fue la firma del Pacto Germano-Soviético con la URSS en agosto de 1939, tras el cual se inició la invasión de Polonia en septiembre de 1939.
Francia y el Reino Unido se comprometieron con Polonia a ir a la guerra si era necesario, especialmente cuando en 1939 Hitler reclamó el Corredor de Danzig. Tras la invasión de Polonia en septiembre de 1939, declararon la guerra a Alemania.
Con la invasión de Polonia, Hitler inició la guerra relámpago (Blitzkrieg), caracterizada por ataques sorpresa y avances rápidos. En 1940, los nazis invadieron la mayor parte de Europa Occidental (Dinamarca, Noruega, Países Bajos, Bélgica y el norte y oeste de Francia). La aviación alemana bombardeó puertos y ciudades británicas para preparar un desembarco (la Batalla de Inglaterra). Reino Unido resistió el ataque y Hitler tuvo que renunciar al desembarco, pero decretó el bloqueo británico para impedir la llegada de suministros (la Batalla del Atlántico).
En junio de 1941, Hitler lanzó la Operación Barbarroja y atacó a Rusia. La URSS se incorporó entonces a los Aliados y se enfrentó a las Potencias del Eje. En diciembre de 1941, Japón destruyó la flota estadounidense en Pearl Harbor, lo que provocó la entrada de Estados Unidos en la guerra.
Con la entrada de EE. UU. y la URSS en la guerra, el conflicto cambió de rumbo. Los estadounidenses frenaron a los japoneses en el Pacífico. Hitler fracasó en Stalingrado. La liberación de Europa se inició tras el Desembarco de Normandía (junio de 1944), una operación anglo-estadounidense. Las fuerzas aliadas avanzaron por el oeste, liberaron Francia y entraron en Alemania. En el este, los rusos expulsaron a los alemanes de Polonia, Rumanía y Bulgaria, y bombardearon las ciudades alemanas. Ambos ejércitos aliados ocuparon Alemania y se encontraron el 26 de abril de 1945. El día 30, Hitler se suicidó, y el 8 de mayo, Alemania se rindió.
En el Pacífico, la reconquista estadounidense estaba prácticamente finalizada, pero Japón mantenía una fanática resistencia. Para precipitar la rendición, el presidente estadounidense Truman decidió utilizar un arma nueva, la bomba atómica, que fue lanzada sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945. El 2 de septiembre, Japón se rindió. Así concluyó la Segunda Guerra Mundial.