Portada » Arte » El Arte del Cinquecento: Maestros del Renacimiento Italiano
Artistas importantes como Benvenuto Cellini y Juan de Bolonia.
Se consideraba sobre todo escultor. Para él, la escultura estaba en un bloque de piedra donde tenía que quitar lo que sobraba. Muy joven, después de pasar por el taller de Ghirlandaio, entró en la escuela de artistas de Lorenzo de Medici, donde su maestro Giovanni, le familiarizó con la escultura clásica. Con 23 años se le encargó la Piedad, realizando más tarde dos versiones. Realizó el famoso David (escultura de mármol de dimensiones colosales).
Su estilo se caracteriza por una gran fuerza dramática, la terribilitá y la grandiosidad. Su técnica se basa en mármoles bien pulidos y a medio desgastar. Los rasgos formales se componían de composiciones grandiosas, anatomías potentes y escorzos. Uno de sus proyectos más ambiciosos fue la tumba de Julio II, inconclusa, de la que forma parte su famoso Moisés. Realizó los sepulcros de los Médici.
Considerado uno de los grandes genios de la Humanidad. Fue científico, ingeniero, artista… Para él, la pintura reproduce la realidad y por ello hay que estudiar al ser humano y la naturaleza de este. Investiga sobre la luz, su gran preocupación y emplea la técnica del sfumato basada en la difuminación envolviendo todo como una neblina dando una sensación donde funde figura y ambiente. Así, las luces y las sombras se distribuyen magistralmente. Leonardo plasma con asombrosa naturalidad el movimiento en todas las figuras. Destacan la Virgen de las Rocas, la Gioconda (retrato con extremo sfumato), y la Santa Cena (Cristo anuncia la traición de uno de sus Apóstoles).
En su primera obra, Tondo Doni, plasma la unión del mundo cristiano y el pagano. Más tarde, realiza el sepulcro del papa Julio II y tres años después se le encargan los frescos de la bóveda de la Capilla Sixtina, su obra más conocida. También pinta la pared del fondo de la Capilla Sixtina, donde representó el Juicio Final, donde el papa Pablo IV censuró los desnudos de la obra. Sus últimas obras fueron frescos de la Capilla Paulina del Vaticano, donde pinta la Conversión de San Pablo y la Crucifixión de San Pedro. En todas sus pinturas expresó el pesimismo de su espíritu, al contemplar la ruptura de la Iglesia con la Reforma, poniendo fin al Humanismo, y al Renacimiento.
En sus obras destacan sus figuras monumentales, dinámicas, musculosas, escultóricas y expresivas. En sus primeras obras utiliza colores brillantes y las figuras transmiten optimismo. Esto se va perdiendo en su madurez, con desproporción, forzados escorzos y tonos apagados.
Nació en Urbino, y muy joven comenzó a trabajar en el taller de Perugino. Sus pinturas se caracterizan por una perfecta maestría en el dibujo y por la rica gama cromática. Sus composiciones son armoniosas, con figuras dinámicas y de singular belleza. Viaja a Florencia donde aprendió de Leonardo y Miguel Ángel. Pintó obras como la Madona del Campo (1º de la trilogía) y los Desposorios de la Virgen (marca la transición del Prerrenacimiento al Alto Renacimiento).
Participó en la decoración de las estancias del Vaticano, obras tan extensas que obligó a contratar ayudantes. En la primera pintó la Stanza della Signatura donde pintó la Disputa del Sacramento, la Escuela de Atenas, las Virtudes y el Parnaso. En la Sala de Helidoro realizó la Liberación de San Pedro y el encuentro de León I con Atila. También pintó la Sala del Incendio de Borgo y la de Constantino. También trabajó en las obras de la basílica de San Pedro sustituyendo a Bramante.
En Venecia se desarrolló un estilo donde predomina el color en contraposición de líneas y contrastes. Se le da importancia al paisaje, al culto y al lujo. Es una pintura armoniosa donde la luz y el color se funden e integran perfectamente.
Tiziano es uno de los artistas más destacados. Su estilo evolucionó mucho a lo largo de su vida y recibió honores por su labor (conde palatino). Desde muy joven entró a trabajar en los talleres de grandes pintores como Giovanni Bellini y Giorgione, donde intervino en el famoso cuadro del Concierto Campestre. Entre sus obras más tempranas están la Bacanal y la Venus de Urbino. También pinta temas religiosos como la Asunción de la iglesia de Santa María dei Frari. También retratos como el Hombre del guante y el ecuestre de Carlos V. Se aprecia su técnica inconfundible en cuanto al tratamiento de color y efecto. Hace que los contornos desaparezcan y trabaja las formas por medio del color (suave, rico o desvanecido). Obra más importante es el más bello desnudo, Dánae.