Grabación y Notas en la Entrevista Cualitativa

Las entrevistas suelen ser grabadas en audio. Si bien algunos objetos de investigación pueden requerir registro de vídeo, como en ciertas entrevistas grupales, la imagen del investigador tomando notas no ha pasado a la historia. Se trata de una alternativa que solo se considera en situaciones de negativa rotunda por parte del entrevistado, por los motivos que sean. En estos casos, una de las cualidades esenciales de los entrevistadores, la memoria, cobra aún más importancia.

Cuando los temas son de acceso común, la grabación en cinta de audio no suele presentar problemas. Se recomienda el uso de cintas de larga duración, ya que resulta incómodo tener que darles la vuelta cuando la grabadora no es autorreversible. Esto puede provocar la paralización y ruptura del discurso del entrevistado. La longitud de la cinta también es recomendable para investigaciones que implican grabar a la misma persona en momentos sucesivos, como en las historias de vida.

Es conveniente que la presencia de la grabadora en el lugar de la entrevista sea discreta. Se recomienda el uso de aparatos pequeños o con micrófonos que pasen inadvertidos, de modo que el entrevistado pueda incluso olvidar el hecho de la grabación.

A pesar de que la grabadora registrará fielmente la conversación (salvo accidentes), es recomendable, tal y como advierten Fontana y Frey, que el entrevistador tome notas de forma rápida y regular, escribiendo todo lo que se le ocurra sin importar si más tarde puede ser desechado por irrelevante. También es conveniente revisar estas notas para la conducción de la entrevista, aunque esta labor deba realizarse con aparente poca importancia.

3.4. Estrategias en la Entrevista

Quienes realizan investigación cualitativa huyen de ofrecer fórmulas magistrales o recetarios para conseguir un buen resultado en su trabajo. No obstante, se pueden rescatar algunas estrategias usadas con frecuencia para obtener la relación ideal de entrevista.

Estrategias Previas a la Entrevista

Estas estrategias deben ponerse en práctica antes del comienzo de la entrevista, siempre que el profesional tenga opción:

• La elección de los entrevistados más adecuados para proporcionar información.
• La elección de los entrevistadores más flexibles y experimentados.
• La elección del momento y lugar más apropiado para que la comunicación fluya tranquilamente y sin prisas.

Tácticas de Entrevista (Recapitulación de M. Vallés y P. Corbetta)

Haciendo una recapitulación sobre las propuestas tácticas de M. Vallés y P. Corbetta, hablaremos de:

1. Táctica de la pausa o del silencio: Resulta conveniente en ciertos casos para que el entrevistado pueda hacer memoria, recordar o reflexionar sobre los acontecimientos o situaciones que estuviera evocando. La concesión de este tiempo es una muestra de respeto por el entrevistado, sin imponer ritmos impropios de una conversación y garantizando la no directividad del instrumento de investigación. El límite se establece en el umbral a partir del cual el silencio se vuelve incómodo y puede significar la pérdida del ritmo de la entrevista. Es imprescindible evitar silencios embarazosos.
2. Tácticas de estímulo o animación: En la mayoría de las ocasiones, basta mostrar interés mediante un ritual de gestos, ruidos y expresiones orales congruentes. Una mirada atenta, acompañada de movimientos de cabeza afirmativos o expresiones como «j, sí?», «mmm», «ya» o «jqué interesante!» pueden ser suficientes para mantener la narración y animar al entrevistado. De esta forma, este sabrá que está cumpliendo los objetivos planteados al inicio de la conversación.
3. Táctica de elaboración: Se pretende que el individuo profundice en las respuestas, aportando más detalles y matices que pueden resultar relevantes en el proceso interpretativo del tema de estudio. Las invitaciones del entrevistador se realizan al finalizar la intervención del sujeto o un poco después. Las fórmulas habituales son similares a «comprendo», «continúe», «¿y después?», «¿qué sintió en ese momento?». De esta forma se manifiesta verbalmente interés y se deja fluir el discurso del entrevistado.
4. Táctica de repetición: Esta táctica presenta dos opciones: repetir una pregunta formulándola de forma distinta, o simplemente repetir alguna expresión o palabra de la respuesta del entrevistado, como en «Si he escuchado bien, usted me ha dicho que…». La segunda alternativa es más deseable que la primera y suele proponerse unos minutos después de que el entrevistado haya intervenido. De este modo, se hace patente, con más intensidad, el interés del investigador.