Portada » Educación Artística » Desarrollo del Pensamiento Espacial en Geografía Escolar: Teorías y Recursos
El objetivo de la geografía escolar sigue siendo aprender de las características de cada parcela de espacio terrestre y tener información precisa de los lugares, de manera que los alumnos cultos son los que más saben sobre estos conocimientos. Sin embargo, hoy se piensa que ese conocimiento debe considerarse solo un instrumento que aporta racionalidad a la percepción espacial y que ayuda a construir esquemas previos.
Aprender a:
Piaget propuso una secuencia de estadios en el desarrollo de la comprensión espacial:
Son propiedades globales del espacio, independientes de la forma y del tamaño de los objetos, y referidas a la proximidad, separación, envolvimiento, apertura, cierre.
Este primer estadio coincide con lo que Piaget denomina etapa preoperatoria (2-7 años) y se define por la percepción de las propiedades topológicas del espacio. A los 2 años, el conocimiento es egocéntrico y limitado a su experiencia corporal. A los 4 años, comprende las relaciones entre los propios objetos.
Capacidad de predicción sobre el aspecto de un objeto desde diversos puntos de vista, asociadas a los desplazamientos, medidas, coordenadas. Es la etapa de destrucción y superación del egocentrismo infantil.
Permiten referenciar el tamaño, las distancias y las direcciones de los objetos en el espacio. Se basa en la noción de proporcionalidad.
Luquet establece tres fases dentro de la etapa preoperatoria de Piaget, enfocadas en el dibujo infantil:
Según Piaget, a los 7 años se definen volúmenes y perspectivas, se aprenden a relacionar los elementos del espacio y a predecir el aspecto de un objeto desde distintos ángulos de visión. Este segundo estadio coincide con la denominada etapa de operaciones concretas, donde los niños comienzan a adquirir destrezas para leer e interpretar representaciones del espacio y a crear las suyas con coherencia.
Se produce la evolución a lo que Luquet denomina Realismo Visual: en torno a los 8-9 años, comienzan a representar solo las partes y características visibles de un objeto desde un único punto de vista. Se tienen en cuenta las proporciones métricas. Los dibujos muestran un mayor detalle, coordinación y continuidad, y mejora la distancia, escala y orientación.
Piaget señala que a los 11 años es posible la comprensión y representación de las propiedades euclidianas del espacio porque se alcanza el estadio de operaciones formales. La gran mayoría del alumnado será capaz de conocer y comprender el espacio sin necesidad de experimentarlo previamente.
Los mapas cognitivos, o mapas mentales, son representaciones internas del entorno que las personas construyen. Su evolución se alinea con los estadios de desarrollo espacial:
Superegocéntrico, los lugares conocidos conectados con la propia casa, solo con elementos icónicos, inexistencia de escala, dirección, orientación y distancia. Es un «mapa» sin coordinación.
Todavía egocéntrico, coordinación parcial y conexión de lugares conocidos, dirección más precisa pero escala y distancia inexactas, carretera en forma de plano pero edificios icónicos, poca perspectiva.
Mejor coordinación, más detallada, continuidad de rutas, algún edificio representado en forma de plano, mejora en la escala, la dirección, orientación y distancia. Mejor perspectiva.
Mapa coordinado en abstracto y jerárquicamente integrado, preciso y detallado, precisión aproximada en dirección, orientación, distancia y escala. Mapa en formato cartográfico, leyenda necesaria.
Los mapas cognitivos están compuestos por tres elementos:
A diferencia de Piaget, Hannoun parte de la evolución del niño en la adquisición de conciencia de sí mismo y en la capacidad de «tomar distancia» y superar el egocentrismo, hasta llegar a tomar conciencia de sí mismo y del mundo que le rodea.
Su enfoque va «de lo concreto a lo abstracto, de lo físico a lo mental, de la experiencia a la reflexión»:
Para este último estadio, se deben seguir dos direcciones: la descentración y la extensión del concepto.
La cartografía puede ser muy diversa (mapas a gran escala, mapamundis, atlas, planos, croquis) y posee múltiples funcionalidades. Puede ser usada para recabar conocimientos precisos, para su desarrollo, para síntesis, conclusiones, etc. Los mapas utilizados mediante observación directa son la base para enseñar las normas básicas de representación. Además, es el soporte necesario para la adquisición de conocimientos geográficos, tanto para obtener información como para representarla.
Un mapa puede contener datos muy diversos, no solo en relación con el espacio físico, y no todos directamente observables (población, actividades económicas, etc.).
Tonda advierte la capacidad de los niños de 3 años para leer un mapa dentro de una habitación si este está orientado en el mismo sentido, pudiendo manipularlo fuera y dentro, en cualquier posición, a la edad de 5 años. A partir de los 6 años, posee la capacidad de leer mapas icónicos y trazar el itinerario de casa al colegio. Por ello, iniciar la cartografía a edades tempranas es importante, ya que comprenden más de lo que imaginamos.
Por otro lado, Aranda advierte de sus dificultades, pero destaca su presencia en Educación Infantil, buscando la familiarización con mapas reales.
Estas enseñanzas deben ir encaminadas a ayudar a comprender el mundo para poder transformarlo, y los mapas son instrumentos que facilitan una lectura crítica.
La cartografía resulta imprescindible para el aprendizaje del espacio y los contenidos relacionados con él. Del mismo modo, el material audiovisual es una importante fuente de recursos espaciales, como las reconstrucciones en 3D, las fotografías aéreas o las imágenes de satélite.