Portada » Magisterio » Conceptos Fundamentales de Salud Pública y Prevención
El concepto de salud ha ido cambiando a lo largo del tiempo. Durante mucho tiempo, la salud ha sido definida en términos negativos (salud = ausencia de enfermedad). Actualmente, se utiliza como definición la que realizó la OMS en 1946, que la define como: Salud es el estado completo de bienestar físico, mental y social.
Esta definición es utópica y subjetiva, lo que hizo que muchas instituciones no estuvieran de acuerdo con ella. Su inconveniente es que mide la salud como un estado absoluto y no admite que hay diferentes grados. El concepto de salud varía según países y según las diferentes etapas de la historia. La salud tiene dos aspectos, uno objetivo y otro subjetivo:
Desde 1946, la OMS ha adaptado su definición de salud, convirtiéndola en un concepto dinámico que permite hacer programas sanitarios adecuados a los diferentes países y a las diferentes épocas.
Hay múltiples factores que influyen en el estado de salud del individuo. La mayoría de estos factores pueden ser cambiados a lo largo de la vida:
Son aquellos factores que encontramos dentro de una comunidad y que nos permiten valorar las condiciones de salud de los individuos.
Gasto Sanitario:
La práctica sanitaria siempre ha estado orientada al diagnóstico y al tratamiento de las enfermedades. No se habló de prevención hasta los años 70, durante los cuales se iniciaron campañas con el propósito de prevenir las patologías antes de que se desarrollen.
Es la evolución de una enfermedad, sobre todo si no se trata con ninguna medicación. Toda enfermedad se divide en tres períodos:
Es aquel en el que la enfermedad todavía no se ha manifestado. Todos estamos constantemente relacionándonos con factores que favorecen o determinan la aparición de una enfermedad (factores ambientales, genéticos, sociales, hábitos, etc.). La suma de varios factores es la que determina que suceda una determinada enfermedad.
Se divide en dos fases:
Los resultados de cualquier enfermedad pueden ser: la curación, la muerte del paciente, la cronicidad o las secuelas.
Existen tres niveles de prevención:
Prevención: Cualquier actuación que permita reducir la probabilidad de aparición de enfermedades o interrumpir su proceso.
A) Acción gubernamental: Puede ser:
B) Relación paciente – personal sanitario (paciente – odontólogo/higienista):
Este nivel de actuación implica que el profesional interaccione directamente con el individuo. Tiene la ventaja de que el mensaje llega de una manera mucho más clara. A nivel preventivo, es más aconsejable contratar higienistas dentales, ya que la relación coste/beneficio es más favorable.
C) Acción individual: Es la que realiza cada individuo en su vida diaria.
Todas las personas han de beneficiarse de la educación sanitaria, tanto personas sanas como enfermas. Dentro de la población, encontramos dos grandes grupos: Jóvenes y Adultos. A los jóvenes llegaremos a través de los colegios y a los adultos mediante la publicidad y los medios laborales. La ventaja de los jóvenes es que aún no han adoptado los hábitos o aún no los han consolidado. En cambio, con los adultos tendremos que lograr un cambio de hábitos. De todas las posibilidades, la más rentable es la educación sanitaria destinada a jóvenes, porque se encuentran en período de formación, lo asimilan todo mucho mejor y los cambios que se instauren servirán para más años de su vida. Al grupo de población enferma podremos acceder a través del sistema sanitario. Aunque sea menos rentable formar a los adultos, también es necesario conseguir cambios de hábitos en esta población, ya que evitará muchas enfermedades.
Son aquellos en los que hay contacto directo entre el educador y la población que recibe la información.
Son aquellos en los que el educador no entra en contacto con la persona que recibe el mensaje. Son mucho más económicos, aunque menos personalizados.
Existen dos tipos de incidencia:
Por lo tanto, una incidencia alta y una baja prevalencia nos indica que la enfermedad tiene muchos casos nuevos y una rápida curación (o muerte) del paciente. En cambio, una prevalencia alta y una incidencia baja marcan un tipo de enfermedades crónicas.
Son variables que intentan medir en forma cualitativa o cuantitativa sucesos colectivos para poder respaldar acciones y evaluar logros. La OMS define los indicadores de salud como variables que sirven para medir los cambios. Para que un indicador sea válido, ha de reunir una serie de características:
Para que un indicador de salud sea fiable, ha de provenir de una fuente rigurosa y de confianza. Las principales fuentes de las que podemos obtener información de forma veraz son los registros civiles de las poblaciones, censos, datos de vigilancia epidemiológica de las comunidades. Los indicadores de salud son útiles para evaluar cuatro puntos importantes de la sanidad:
Dentro de los indicadores de salud, cuando los utilizamos para evaluar un programa, podemos encontrar indicadores epidemiológicos e indicadores operacionales:
Indicadores epidemiológicos: Se utilizan para valorar la magnitud y la importancia de una situación determinada,siempre van a estar referidos a la población a partir de la cual se calcula un período de tiempo y un lugar geográfico. Es muy útil para medir el impacto o los efectos de los programas de salud, comparando los resultados antes y después de realizar el programa (mide los resultados).
Indicadores operacionales: Miden el trabajo realizado, ya sea la cantidad o la calidad, miden la cantidad de actividades realizadas en función de las metas fijadas, son típicos en países en vías de desarrollo, (mide el numero de acciones que se realizan).