Portada » Economía » Conceptos Fundamentales de Economía y Bienestar Social
Un mercado solidario se fundamenta en valores humanos y principios de solidaridad, que propugnan el reconocimiento de la otra persona como base de la acción humana y eje de la renovación política, económica y social. Incluye el conjunto de actividades y organizaciones de carácter comunitario, asociativo, cooperativo, mutualista y demás formas colectivas creadas para responder a las necesidades de empleo y bienestar de los pueblos, así como a movimientos ciudadanos orientados a democratizar y transformar la economía.
En un mercado solidario, sus participantes (compradores, vendedores, productores, usuarios, reguladores, legisladores, promotores, etc.) actúan con una lógica en la que la búsqueda de ventajas económicas particulares se realiza en el marco de consideraciones morales. Estas limitan el campo de las acciones aceptables, de modo que nadie pueda resultar afectado en las condiciones de reproducción de su vida.
Estas consideraciones morales persiguen el objetivo general de permitir el desarrollo de las capacidades e iniciativas humanas, asegurando —a la vez— la reproducción de la vida de todos.
Desde un planteamiento intervencionista, se sostiene que el mercado comete injusticias y que, por tanto, debe existir una política económica y social que logre el objetivo de la mejora en la distribución del ingreso, ya sea de forma directa o indirecta. Se concibe la distribución del ingreso a través del aumento de los salarios reales como una manera de lograr una mayor justicia social y un mayor bienestar.
En resumen, los instrumentos para realizar la distribución progresiva de los ingresos giran siempre en torno al aumento de los salarios. Además, se incluye la provisión de servicios esenciales, tales como la educación, salud y justicia.
El costo de vida está asociado al costo que representan los bienes y servicios que los hogares consumen para obtener un determinado nivel de satisfacción. Se puede deducir que, a medida que el costo de la vida aumenta, el impacto más fuerte y destructivo en la calidad de vida de las personas se produce en aquellos sectores donde los ingresos son más bajos y donde hay mayores porcentajes de desempleo, lo que en la realidad se traduce en un incremento de la pobreza. Sin embargo, a quienes tienen altos niveles de ingresos, generalmente, no les preocupa el costo de la vida, ya que su impacto es casi nulo.
Para medir el costo de vida, utilizamos el IPC (Índice de Precios del Consumidor), que consta de 5 pasos:
El Producto Bruto Interno (PBI) es el valor de mercado de todos los bienes y servicios finales producidos dentro de un país en un periodo determinado.
Se refiere al valor monetario de todos los bienes y servicios producidos por una economía en un momento determinado. Es un concepto de valor agregado de cada sector de la economía, lo que significa que los medios intermedios no entran en el valor del PBI para evitar la doble contabilización. El valor agregado es igual al valor de la producción menos el costo de la producción.
Se dice Bruto porque no se considera la pérdida de valor que sufren la tecnología y la maquinaria utilizadas (depreciación).
Se dice Interno porque es producido dentro de los límites geográficos de una economía, independientemente de si fue hecho con recursos nacionales o extranjeros.
El PBI incluye todos los artículos producidos en la economía y vendidos legalmente en los mercados. También incluye el valor de mercado de los servicios de vivienda provistos por el mercado inmobiliario de la economía. Sin embargo, el PBI excluye algunos productos cuya medición es muy difícil, como la mayoría de los artículos producidos y vendidos ilícitamente, y la mayoría de los artículos que son producidos y consumidos en el hogar y que, por lo tanto, nunca entran en el mercado.
La Población Económicamente Activa (PEA) comprende a todas aquellas personas en edad de trabajar que están trabajando o buscan activamente un trabajo. Es decir, incluye a la población ocupada (adecuadamente empleada o subempleada) y a los desempleados (desempleo abierto). También abarca a los trabajadores familiares no remunerados. La edad de trabajar depende de la legislación o las normas estadísticas de cada país.
Por otro lado, la población inactiva está compuesta por aquellas personas en edad de trabajar que no tienen un empleo ni lo buscan activamente, como estudiantes, jubilados, amas de casa o personas con incapacidad permanente.
El concepto de pobreza se vincula directamente con el de bienestar. Es una forma de vida caracterizada por el acceso insuficiente a ciertos elementos indispensables para el bienestar humano. Una persona es pobre cuando está obligada a funcionar socialmente sin poder acceder, en tiempo y forma, a los satisfactores de las necesidades básicas.
La pobreza es un fenómeno que siempre ha estado vinculado a la economía. Los cambios en la pobreza resultan en gran medida de cambios que tienen lugar a diferentes niveles en el conjunto de la economía. En ese sentido, «más allá de la heterogeneidad espacial asociada a las condiciones naturales o la herencia histórica, el factor clave de las desigualdades se asocia a la propia lógica de funcionamiento del sistema económico«.
Cuando el reparto tiene lugar entre los factores de la producción, se habla de distribución funcional del ingreso y adopta la forma de beneficios, rentas, intereses y salarios. Cuando el reparto del ingreso tiene lugar entre los individuos, se habla de distribución personal del ingreso.
Este coeficiente es una medida de concentración del ingreso entre los individuos de una región en un determinado periodo. Esta medida está ligada a la Curva de Lorenz. Toma valores entre 0 y 1, donde 0 indica que todos los individuos tienen el mismo ingreso y 1 indica que solo un individuo tiene todo el ingreso. Mide el grado de desigualdad de la distribución del ingreso o la desigualdad de la riqueza de una región.
Es importante destacar que el Coeficiente de Gini no mide el bienestar de una sociedad. Tampoco permite, por sí solo, determinar la forma en que está concentrado el ingreso, ni indica la diferencia en mejores condiciones de vida entre un país y otro.
La desigualdad económica es la disparidad fundamental que permite a una persona ciertas oportunidades materiales y se las niega a otra. Las medidas relativas a la desigual distribución de la renta permiten conocer cómo se produce el reparto del crecimiento y el desarrollo entre los distintos grupos sociales.
Las distribuciones más equitativas de la renta son una de las características de las sociedades desarrolladas, mientras que las economías más atrasadas suelen tener un reparto de la renta y la riqueza más desigual.
Aunque el texto se centra en la desigualdad económica, las dimensiones de la desigualdad pueden extenderse a otros ámbitos como la educación, la salud, el acceso a servicios básicos o la participación política. La elección de las dimensiones relevantes para medir la desigualdad debe basarse en los objetivos de la política pública y en los aspectos que se consideran fundamentales para el bienestar y el desarrollo humano en una sociedad específica.
Lo opuesto a la desigualdad es la igualdad. Esta podría considerarse en términos de igualdad de oportunidades (todos tienen las mismas posibilidades de éxito, independientemente de su origen) o igualdad de resultados (todos alcanzan un nivel similar de bienestar o riqueza).