Portada » Educación Artística » Conceptos Clave en Pintura Automotriz: Materiales, Procesos y Acabados
Los disolventes son productos que tienen la capacidad de disolver los componentes sólidos de una pintura, como las resinas y pigmentos, formando una solución homogénea. Son fundamentales para que la pintura tenga la consistencia adecuada. En cambio, los diluyentes no disuelven componentes sólidos, sino que se usan para reducir la viscosidad del producto final y facilitar su aplicación. Los disolventes suelen intervenir en la formulación de la pintura, mientras que los diluyentes se usan sobre todo antes de aplicarla, y aunque ambos pueden evaporarse, sus funciones no son iguales.
El secado por infrarrojos es un proceso que utiliza radiación infrarroja para calentar la superficie pintada, lo que acelera la evaporación de los disolventes y el curado de la pintura. Es especialmente útil en talleres de automoción para ahorrar tiempo, ya que reduce el tiempo de espera entre capas o procesos. Además, permite concentrar el calor solo en la zona a reparar sin afectar a otras partes del vehículo, siendo ideal para reparaciones localizadas.
Las masillas tienen como propiedades principales:
La viscosidad se mide con copas de viscosidad como las tipo Ford, Zahn o DIN, que permiten calcular el tiempo que tarda en vaciarse un volumen determinado de pintura por un orificio. Se ajusta porque la viscosidad afecta directamente al comportamiento de la pintura al ser aplicada: si es muy espesa puede formar piel de naranja o no cubrir bien, y si es muy líquida puede gotear o escurrirse. Ajustarla correctamente garantiza un buen acabado y facilita el trabajo con pistola o rodillo, según el caso.
Las resinas se clasifican por su forma de secado en tres tipos:
Esta reacción consiste en que sus componentes (resina + catalizador o endurecedor) reaccionan químicamente formando una red sólida y estable, lo que permite una alta resistencia y durabilidad.
Entre los disolventes más utilizados en automoción se encuentran:
La elección del disolvente depende del tipo de pintura y del acabado deseado.
En la percepción del color influyen varios factores:
Por ello, es clave trabajar en cabinas bien iluminadas con luz blanca para valorar el color real.
Los pigmentos son partículas sólidas que proporcionan color a la pintura. Sus características principales son:
El color que percibimos depende del tipo de pigmento y de cómo refleja o absorbe la luz; algunos pigmentos pueden cambiar con el tiempo si no son estables, por eso se usan pigmentos de alta calidad en automoción.
El círculo cromático es una herramienta que representa la relación entre los colores. Los colores primarios son el rojo, el azul y el amarillo; no se pueden obtener mezclando otros colores. Los colores secundarios son los que resultan de mezclar dos primarios en partes iguales: verde (amarillo + azul), naranja (rojo + amarillo) y violeta (rojo + azul). Esta organización permite entender cómo se combinan los colores y cómo conseguir tonos intermedios, algo esencial para realizar mezclas en reparaciones de pintura.
El ajuste de color para colores cromáticos consiste en igualar el color de la pintura nueva con el color original del vehículo. Para ello se realiza una mezcla precisa de pigmentos, controlando el tono, la saturación (intensidad del color) y la luminosidad. Se suelen hacer pruebas sobre placas de test bajo distintas condiciones de luz para comprobar el efecto real, y si es necesario, se ajusta la fórmula añadiendo pequeñas cantidades de pigmentos complementarios. Este proceso requiere experiencia y un buen ojo para que no se noten diferencias tras la reparación.
Los selladores se usan para proteger y sellar uniones, bordes, juntas o zonas reparadas antes de pintar. Existen diferentes tipos:
Se aplican con pistola o espátula y se lijan o pintan encima una vez curados.
La corrosión es un proceso químico en el que un metal, al entrar en contacto con el oxígeno y la humedad del ambiente, sufre una oxidación que forma óxidos como el óxido de hierro (herrumbre), debilitando la estructura metálica. En automoción es un problema serio porque reduce la resistencia del chasis y de las piezas metálicas, por eso es clave proteger el metal con imprimaciones, pinturas y selladores.
Existen varios tipos de corrosión:
Los productos de enmascarado se usan para proteger las zonas que no se van a pintar. Incluyen:
Todos están diseñados para soportar la temperatura de la cabina y evitar filtraciones de pintura.
El proceso de enmascarado comienza limpiando bien la superficie para asegurar la adherencia de las cintas. Luego se colocan con cuidado los materiales de protección sobre las zonas que no se van a pintar, asegurando que no haya arrugas ni huecos por donde pueda pasar pintura. Se presta especial atención a bordes y líneas de corte, usando espumas si se quiere un difuminado. Una vez aplicada la pintura y completado el secado, se retiran los elementos de enmascarado con cuidado para no dañar el acabado.