Portada » Biología » Ciclos Biogeoquímicos Esenciales y su Alteración Antrópica
El carbono es incorporado en forma de CO2 por los productores mediante la fotosíntesis. Los consumidores incorporan el carbono al alimentarse de los productores, y los descomponedores lo hacen al actuar sobre los cadáveres y los productos de desecho. El proceso respiratorio de productores, consumidores y descomponedores devuelve la mayor parte del carbono al medio en forma de CO2.
Una parte del carbono queda precipitada en conchas y esqueletos formados por algunos animales marinos. Cuando estos organismos mueren, caen al fondo, reingresando el carbono muy lentamente al ciclo.
Otra parte del carbono es retenida en la corteza terrestre durante largos periodos en forma de roca caliza y de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural), que es liberado a la atmósfera cuando estos son quemados.
Los humanos estamos interviniendo en el ciclo del carbono de dos maneras principales:
El proceso de fijación del nitrógeno que realizan consiste en combinar el nitrógeno atmosférico (N2) con hidrógeno (H2) para formar amoníaco (NH3). Rhizobium leguminosarum es una bacteria simbiótica que se encuentra en unos nódulos que hay en las raíces de las leguminosas. Parte del nitrógeno fijado lo cede a las plantas en forma de un componente soluble en el citoplasma celular.
En el caso de Clostridium y Azotobacter, que son bacterias del suelo, el amoníaco queda acumulado en él. La acción de los descomponedores sobre los cadáveres y los productos de desecho del metabolismo de productores y consumidores enriquece el suelo con amoníaco. Este proceso se denomina amonificación.
Casi todo el amoníaco que llega al suelo pasa rápidamente a ión nitrato por la acción quimiosintética de algunas bacterias. Este proceso se denomina nitrificación y ocurre en dos etapas:
Existe un proceso perjudicial para la agricultura denominado desnitrificación, que consiste en la transformación del (NO3-) en (NO2-) y de este en N2 que pasa al aire. Dicha transformación la realizan las bacterias del género Pseudomonas. Así se completa el ciclo del nitrógeno.
Los humanos intervenimos en el ciclo del nitrógeno de varias maneras:
El fósforo se halla en la corteza terrestre como componente de diversos materiales. Por efecto de la meteorización química se transforma en ión ortofosfato (PO43-), que es transportado en disolución por las aguas. Una parte permanece en el suelo y otra parte llega al mar.
Las plantas absorben únicamente el fósforo que está en la solución del suelo en forma de ión fosfato, y de estas toman el fósforo los animales. Dicho elemento entra como componente en los ácidos nucleicos, en el ATP, en los esqueletos, etc.
El fósforo que ha sido transportado al mar es incorporado en parte por las plantas y animales marinos, y la mayoría precipita, desintegrándose. Los cadáveres de los seres vivos se descomponen por efecto de los organismos descomponedores, liberándose así el fósforo.
En el fondo del mar se acumulan grandes cantidades de este elemento. Son las llamadas «trampas de fósforo» porque, al acumularse este en los sedimentos marinos, queda fuera del alcance de los seres vivos.
El hombre, para abonar los campos, debe limitarse a los yacimientos minerales de fosforitas (que también proceden de antiguas cuencas sedimentarias marinas). Asimismo, puede recurrir al guano, excrementos de aves marinas, generalmente pelicaniformes, que estas dejan en grandes cantidades en los acantilados (los denominados «cabos blancos«).
Los humanos intervienen en el ciclo del fósforo principalmente de dos maneras: