Portada » Psicología y Sociología » Alcoholismo y Farmacodependencia: Comprendiendo sus Dimensiones y Abordajes
El alcoholismo es una enfermedad que consiste en padecer una fuerte necesidad de ingerir alcohol etílico, de forma que existe una dependencia física del mismo, manifestada a través de determinados síntomas de abstinencia cuando no es posible su ingesta. La persona con alcoholismo no tiene control sobre los límites de su consumo y suele ir elevando a lo largo del tiempo su grado de tolerancia al alcohol.
El primer contacto de la futura persona enferma con el alcohol es el consumo ocasional de alivio, es decir, una conducta en la que indirectamente se considera a las bebidas embriagantes como una droga tranquilizadora.
Pérdida de control con incapacidad para detenerse y/o abstenerse en casi todas las situaciones de ingestión.
Aparecen las crisis de ingestión de alcohol (especialmente en el alcoholismo intermitente), con grave deterioro de la vida familiar, laboral y social (la persona enferma experimenta dos o más episodios de embriaguez al día durante varios días).
Los estragos causados por el alcohol en el medio laboral no siempre son evidentes a simple vista. La persona con alcoholismo es, con frecuencia, un enfermo oculto y cuya condición es ocultada. Su actitud puede causar malentendidos y minar la moral de sus compañeros. El alcoholismo produce daños en la industria que son muy difíciles de cuantificar estadísticamente, incluso si el problema es conocido. A continuación, se detallan algunos de estos problemas:
El alcohol afecta en primer lugar al Sistema Nervioso Central (SNC), y su consumo excesivo y prolongado puede provocar daño cerebral.
Las personas con dependencia necesitan cesar por completo el consumo de alcohol (abstinencia), mientras que los bebedores problemáticos podrían tener éxito moderando su consumo.
Una vez diagnosticado el trastorno, el tratamiento generalmente involucra tres pasos fundamentales:
Muchas personas con problemas de consumo de alcohol no reconocen que la bebida se les ha salido de control. Anteriormente, los profesionales de la salud creían que se debía confrontar a las personas con alcoholismo acerca de sus problemas con la bebida; sin embargo, la investigación actual ha demostrado que la compasión y la comprensión son enfoques más efectivos.
La abstinencia del alcohol se realiza en un entorno controlado y supervisado, donde se pueden administrar medicamentos para aliviar los síntomas. Generalmente, la desintoxicación toma de 4 a 7 días.
Tras la desintoxicación, los programas de recuperación o rehabilitación del alcoholismo ayudan a las personas a mantenerse abstinentes. Estos programas suelen ofrecer asesoramiento, apoyo psicológico, asistencia y cuidados médicos.
Los programas pueden ser de carácter residencial (paciente hospitalizado), donde los pacientes viven en los centros durante el tratamiento, o ambulatorio, donde los pacientes asisten al programa mientras viven en sus hogares.
Ofrecen un modelo de recuperación mediante la observación de los logros de los miembros sobrios del grupo.
La farmacodependencia es una forma específica de adicción derivada del consumo reiterado de fármacos o cualquier sustancia utilizada para prevenir, curar, aliviar enfermedades o reparar sus secuelas.