Portada » Tecnología » Factores Clave y Métodos de Prevención de la Oxidación y Corrosión Metálica
La corrosión y oxidación de los metales dependen de varios elementos interrelacionados. Es fundamental conocerlos para implementar medidas preventivas efectivas.
Es primordial considerar la naturaleza del metal y su condición actual. Esto implica conocer:
El ataque al metal se origina en el medio en el que se encuentra. Un conocimiento detallado de este medio facilita la predicción del tipo de corrosión y las estrategias para evitarla. Se debe conocer:
La interacción se define por:
La electrólisis implica la descomposición de una sustancia mediante corriente eléctrica. Se depositan películas metálicas protectoras utilizando el metal a depositar como ánodo (+) y las piezas a recubrir como cátodos (-).
Los principales metales autoprotectores depositados electrolíticamente son el cobre, el níquel y el cromo. El espesor de estas películas suele oscilar entre 0.001 y 0.01 mm.
Este método consiste en sumergir brevemente la pieza a proteger en un baño de metal fundido. Al retirarla, se realiza un «enjuagado» para reducir y, sobre todo, uniformizar el espesor de la capa metálica adherida.
Los recubrimientos más comunes son el galvanizado y el estañado.
La metalización se aplica para proteger superficies metálicas contra la oxidación y corrosión, utilizando generalmente cinc, plomo o aluminio como metal protector.
Además, existen procesos de aleación superficial:
El chapado consiste en superponer placas de un metal noble sobre una o ambas caras del metal a proteger. La operación se realiza laminando las chapas de acero junto con las protectoras, lo que provoca una difusión de los metales en la zona de contacto.
Consiste en sumergir las piezas de acero en una solución acuosa de un fosfato metálico ácido.
Este proceso también implica sumergir las piezas de acero en una solución acuosa de un fosfato metálico ácido (Nota: Hay una aparente redundancia en la descripción original, se mantiene el texto tal cual).
Los esmaltes son borosilicatos de calcio, potasio y plomo. Se aplican formando una pasta sobre el metal previamente desengrasado y decapado. Una vez secas, las piezas se introducen en un horno donde el esmalte se funde, creando una capa protectora vidriada.
Un inhibidor es una sustancia que se añade, generalmente en proporción muy pequeña, a un medio corrosivo para detener o disminuir la velocidad de la corrosión. Esto se logra formando un compuesto insoluble sobre la superficie del metal, actuando de forma catódica o anódica.
Los pasivadores más empleados son el minio y el cromato de zinc; ambos se utilizan como impregnadores de las piezas de acero antes de aplicar cualquier pintura.
