Portada » Biología » Fisiología Sensorial y Control Motor: Estructura Retiniana, Vías Gustativas, Olfativas y Unidad Motora
La retina presenta varias capas funcionales clave:
Las alteraciones incluyen:
Se incluyen el reflejo fotomotor y el de acomodación.
El gusto se inicia en la cavidad oral a nivel de la lengua, faringe y epiglotis.
Existen tipos de papilas como las circunvaladas, foliadas y fungiformes. Las papilas filiformes carecen de receptores gustativos.
La inervación gustativa está dada por:
Los tipos de sabores siguen la siguiente vía:
Existen conexiones de la vía gustativa con el complejo amigdalino, a través del núcleo parabraquial, como conexiones paralelas que participan en el aspecto emocional del gusto.
El olfato, junto con el gusto, se relaciona con la capacidad de detectar sustancias químicas en los alimentos, y también con el placer, la interacción madre-hijo, la atracción sexual, el comportamiento social y la detección de peligro.
Se inicia al interactuar con sustancias odoríferas del aire con la mucosa de las paredes de la cavidad nasal y las fibras del nervio olfatorio.
El epitelio tiene componentes como células basales, de sostén, mesenquimáticas y glándulas de Bowman que producen moco. Las células bipolares presentan cilios y son las más importantes.
Las capas incluyen:
Las células en penacho y mitrales dan origen al tracto olfatorio lateral.
La corteza olfatoria incluye:
Su soma se encuentra en el asta anterior. Mediante la MNI permite la contracción muscular. Su acción es resultado de una mezcla de influjos excitadores e inhibidores.
La información sensitiva periférica llega por la raíz posterior y se transmite a la MNI e interneuronas del asta anterior. Las proyecciones descendentes de la corteza y del tronco encefálico (sistemas supraespinales) terminan en cada lado de los segmentos medulares, haciendo sinapsis con la MNI. Esta integración es crucial para llevar a cabo movimientos normales, sinérgicos y ajustados.
Está formada por:
Se caracteriza por la presencia de anticuerpos que se unen a los receptores de acetilcolina postsinápticos. Los pacientes pueden experimentar debilidad intermitente, afectación ocular, debilidad general de la musculatura de miembros, y afección de músculos respiratorios (intercostales y/o diafragma), pudiendo requerir una intervención urgente (crisis miasténica).
El huso neuromuscular (HNM) detecta el cambio de longitud y velocidad del músculo. Se forma por fibras musculares intrafusales que contienen fibras en bolsa nuclear estática y dinámica, y en cadena nuclear.
Se encuentra en los tendones, en la unión miotendinosa. Está formado por redes de fibras delgadas entremezcladas con las fibras de colágeno del tendón. Está formado por fibras aferentes tipo Ib (gran diámetro, mielinizadas, V de conducción de 70-110 m/s). Hacen sinapsis excitatoria con interneuronas que inhiben a la MN alfa.
Es el aumento de la resistencia al movimiento pasivo y a la manipulación, que depende de la velocidad (a más rápido el movimiento, más resistencia). La fuerza mantenida por un periodo corto hace que el músculo ceda (rigidez en navaja). Ocurre en músculos antigravitatorios (flexores de MMSS y extensores de MMII).
Las neuronas que originan axones corticoespinales (neuronas piramidales) se encuentran en 6 zonas de la corteza en capa V:
La irrigación proviene de ramas de las arterias cerebrales anterior y media.
Los axones corticoespinales pasan por la corona radiada y convergen para entrar en el brazo posterior de la cápsula interna. Poseen una organización somatotópica:
Una lesión en el brazo posterior de la cápsula interna ocasiona déficits motores graves. Una hemorragia de ramas lenticuloestriadas causa debilidad/parálisis flácida transitoria seguida por parálisis espástica contralateral.
En el tronco encefálico, los axones CE se agrupan en el mesencéfalo para formar el tercio medio del pie peduncular:
Una lesión vascular en este nivel afectará fibras frontopontinas, corticonucleares y corticoespinales, facilitando la salida del nervio III (aquí se observa el síndrome de Weber: hemiplejia alterna superior, hemiparesia contralateral del brazo y la pierna con espasticidad, desviación del ojo ipsilateral hacia abajo y hacia fuera, pérdida de los reflejos fotomotor directo y consensuado en el ojo del lado de la lesión).
En la unión bulboespinal, el 85% al 90% de las fibras corticoespinales cruzan la línea media en la decusación motora (piramidal).
Pequeñas lesiones vasculares en la decusación motora (ramas de la A. espinal anterior) pueden producir debilidad o parálisis bilateral selectiva (solo miembros superiores o solo inferiores). Las lesiones en la mitad rostral de la decusación en un lado y no en la línea media afectan a fibras del miembro superior que ya han cruzado (debilidad ipsi) y a la otra que no han cruzado (debilidad contralateral).
